Alimentarse adecuadamente, especialmente en el caso de las personas de edad avanzada, es clave para vivir más, tener de una mayor calidad de vida y, al mismo tiempo, reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades o infecciones y luchar contra ellas, tal y como se puso de relieve en el webinar “¿Cómo influye la alimentación en la salud de las personas mayores? Soluciones nutricionales en los nuevos cuidados de larga duración”, organizado por la Fundación Edad&Vida.
Y es que cuidar la alimentación cobra una especial relevancia en un momento como el actual para prevenir y tratar los efectos de la COVID-19, especialmente en personas mayores, que son las que presentan mayor vulnerabilidad o fragilidad.
Presentado por Joaquim Borrás, Presidente de la Fundación Edad&Vida, y moderado por Laura Tuneu, Especialista en Endocrinología de Quirónsalud, el webinar contó con la participación del Dr. Gregorio Varela, Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo y Presidente de la Fundación Española de la Nutrición. Durante su intervención, el Dr. Varela Puso de manifiesto la alta tasa de malnutrición en personas mayores, tanto por defecto como por exceso, y el riesgo que esto comporta para su sistema inmunológico:
Este experto advirtió de la importancia de “prestar especial atención a las personas mayores de 80 años, que son el grupo poblacional que más crece, pero el más desconocido en cuanto a requerimientos nutricionales. Son las personas más vulnerables, las que más han sufrido durante la pandemia, y las que padecen más desnutrición, sea por defecto o por exceso. Es fundamental garantizar las ingestas mínimas de nutrientes en los diferentes niveles asistenciales para reforzar su sistema inmunológico”.
Por su parte, Jaume Borrás, Director General y Director Médico de Brudylab, señaló que “la pregunta es si se puede mejorar la protección de las personas mayores a través de la nutrición. Y la respuesta es que sí. Que debemos garantizar una dieta completa y suficiente, con el aporte diario de nutrientes y micronutrientes, y complementarla con suplementos alimenticios. En muchas ocasiones las personas mayores necesitan suplementación para reducir el riesgo de contagio o para mitigar su cuadro clínico”.
Por su lado, Beatriz de Diego, Coordinadora del Servicio de Nutrición y Dietética de Compass Group, puso el acento en los factores que aumentan el riesgo de malnutrición, entre ellos, la pérdida de la capacidad de masticar, y la importancia de dotar de textura y sabor los alimentos triturados, destacando que “debemos plantear todos los menús con el objetivo de mejorar el aporte nutricional y, a la vez, adaptarlos para que no pierdan su textura, su gusto, su olor… el aspecto emocional de la comida también es muy importante”.
En la misma línea, Genoveva Fernández, Dietista-Nutricionista de Sodexo; subrayó que “cuando llegue el momento debemos hacer de las comidas en las residencias o en los hospitales un momento placentero. Debemos estimular todos los sentidos, para crear toda una experiencia a la hora de la comida. Hicimos un estudio antes de la pandemia en esta línea con resultados positivos, que relacionaban un buen estado emocional con la disminución del riesgo de desnutrición”.
En su intervención, Juan Mañas, Health Care Social Manager de Campofrío Health Care, destacó la necesidad de replantear el sistema de financiación, ya que, “con unos precios adaptados que garanticen la calidad en los productos y unos sistemas de control que velen por ello. Se debería fijar un precio mínimo realista que garantice la calidad de los productos y el aporte de nutrientes necesarios para los diferentes perfiles de las personas atendidas”.
Todos los participantes en el webinar “¿Cómo influye la alimentación en la salud de las personas mayores? Soluciones nutricionales en los nuevos cuidados de larga duración”, organizado por la Fundación Edad&Vida, abogaron por la necesidad de elaborar un documento de consenso sobre las necesidades nutricionales en residencias y hospitales, junto a sus gastos asociados. A la vez, remarcaron la seguridad alimentaria de la que goza el sector asistencial en nuestro país, tanto a nivel de aportación nutricional como de prevención de infecciones.