La opicapona puede ayudar a un amplio rango de pacientes con enfermedad de Parkinson con fluctuaciones motoras, tal y como se expuso en el VI Congreso de la Academia Europea de Neurología, celebrado virtualmente a finales de mayo.
Un nuevo análisis post-hoc de dos grandes estudios multinacionales (BIPARK-I y II) muestra que opicapona, un inhibidor de la COMT (catecol-O-metiltransferasa), que se administra una vez al día, ha demostrado eficacia tanto en pacientes recién diagnosticados con fluctuaciones motoras (fluctuaciones motoras de menos de 1 año de duración), como en aquellos con fluctuaciones motoras de más tiempo (de duración superior a 1 año) medida por las variaciones desde el momento inicial en el tiempo OFF y ON absolutos frente a placebo.
El tratamiento con el inhibidor de la COMT es adecuado en pacientes que toman levodopa y presentan fluctuaciones motoras como las de fin de dosis. Estas fluctuaciones pueden presentarse antes en el transcurso de la enfermedad de lo que se pensaba anteriormente. La discinesia fue el acontecimiento adverso «al menos posiblemente» relacionado con el tratamiento más frecuente. Los pacientes con fluctuaciones motoras recién diagnosticadas que recibieron opicapona 50 mg, tuvieron una menor incidencia de discinesias que los que tenían fluctuaciones motoras de más tiempo de duracción.
Tal y como destaca Joaquim Ferreira, catedrático de Neurología y Farmacología Clínica de la Universidad de Lisboa, «opicapona ha demostrado eficacia tanto en las fluctuaciones motoras recién diagnosticadas como en las de más duración. Esto refuerza el beneficio de opicapona independientemente de la duración de las fluctuaciones motoras y sugiere que se podría plantear su utilización ante las primeras fluctuaciones motoras de final dosis».
La posibilidad de un uso más temprano de opicapona en algunos pacientes también fue respaldada por datos adicionales publicados por la Academia Europea de Neurología (EAN), que demuestran la eficacia en pacientes con fluctuaciones motoras tratados solo con levodopa/iDDC (es decir, sin utilizar agonistas dopaminérgicos ni inhibidores de la MAO-B) en un análisis post-hoc de BIPARK-I y II.
Antonio Portela, presidente ejecutivo de la farmacéutica BIAL señala que «BIAL tiene el compromiso de ofrecer soluciones terapéuticas innovadoras y está orgullosa de la gran cantidad de datos de opicapona que se han presentado en la EAN», destacando que «estamos centrados en ofrecer una opción eficaz para los pacientes tratados con levodopa que pueden sufrir fluctuaciones motoras en alguna etapa del tratamiento. Estos datos, junto con la evidencia en práctica clínica habitual del estudio OPTIPARK recién publicado, también presentado en la EAN, muestran el potencial de opicapona en la práctica clínica».
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa, crónica y progresiva, caracterizada por la pérdida masiva de dopamina estratial por la degeneración de neuronas dopaminérgicas en el cerebro (sustancia negra). Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de la enfermedad de Alzheimer, con una prevalencia de aproximadamente 0,5–1% en las personas de entre 65 y 69 años, elevándose a un 1–3% entre los mayores de 80 años. Debido al envejecimiento demográfico, se prevé que tanto la prevalencia como la incidencia de enfermedad de Parkinson aumenten en más de un 30% para 2030.
En España se tarda una media de entre 1 y 5 años en diagnosticar la enfermedad del Parkinson, incluso un 19% espera más de 5 años a recibir el diagnóstico definitivo, y está especialmente infradiagnosticada en ancianos.