En la reconstrucción económica y social tras los peores momentos de la pandemia de COVID-19, se debe tener en cuenta la “falta total y absoluta de recursos económicos” que sufren muchas entidades de la discapacidad, ya que “han hipotecado todo su presupuesto de actuación para este ejercicio 2020 en la compra de equipos de protección individual (EPI)” para poder desarrollar su labor, tal y como advierte el director general de Fundación ONCE, José Luis Martínez Donoso.
“No se han puesto a regatear ni racanear sobre las partidas a utilizar en esta situación, y a eso hay que darle respuesta y hay que buscar los mecanismos, y los hay, tan solo tiene que haber voluntad política”, asegura Martínez Donoso en una entrevista concedida a la publicación ‘Cermi.es semanal’.
En este sentido, reclama que “de forma inmediata” los fondos europeos para paliar los efectos de la pandemia lleguen al sector de la discapacidad, ya que “los dineros han venido, los dineros están, lo que hay que hacer ahora es que esa canalización tenga ese reparto justo en cuanto a las necesidades de los diferentes colectivos”.
Ante el auge vivido por las nuevas tecnologías como medio de interacción social durante la pandemia, Martínez Donoso pone en valor el papel de las nuevas tecnologías para superar barreras en el caso de las personas con discapacidad, aunque lamenta que siga existiendo en muchos casos falta de accesibilidad que genera brecha digital. Asimismo, hace un llamamiento para avanzar en materia de inclusión y ofrecer más apoyos para que todas las personas con discapacidad puedan elegir si viven en centros residenciales o en comunidad.
En esta entrevista, el director general de Fundación ONCE repasa también el trabajo que desde esta entidad se ha llevado a cabo durante la pandemia, adaptándose rápidamente para que su plantilla pudiera teletrabajar; desarrollando y coordinando iniciativas para proporcionar EPI a entidades del sector y a profesionales sanitarios, así como alimentos a las personas en riesgo de exclusión, y manteniendo sus programas de impulso de la formación y la empleabilidad de las personas con discapacidad.
Todo ello se ha realizado pese a la falta de ingresos por la suspensión de la venta del cupón de la ONCE ante el confinamiento, cuyos agentes vendedores acaban de volver a la calle. “A las personas con discapacidad y a las entidades esta pandemia las ha dejado un poquito más tocadas que al resto de la ciudadanía”, señala el director general de Fundación ONCE.
11 claves para una nueva normalidad accesible
En otro orden de cosas, Fundación ONCE, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y el Real Patronato sobre Discapacidad han editado la publicación ‘11 claves para una nueva normalidad accesible‘, con recomendaciones para adecuación de los espacios y edificios públicos a esta nueva realidad fruto de la lucha contra el Covid 19 teniendo en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad.
La publicación aborda, de manera fácil y sencilla, once elementos como son las ‘Pautas de conducta’, ‘Información en diferentes formatos’, ‘Adecuación de Equipos de Protección’, ‘Dispensadores de Gel Hidroalcohólico’, ‘Espacio de separación mínima’, ‘Mamparas separadores de protección’, ‘Terrazas y veladores’, ‘Sistemas de activación de elementos’, ‘Espacios higiénicos de uso público’, ‘Transporte colectivo’ y ‘Reducción de aforo de espacios públicos’.
Cada uno de estos elementos ha sido analizado y dentro de ellos se proponen consejos que reflejan aspectos relacionados con los grandes colectivos de personas con discapacidad como son discapacidad visual, auditiva, física, cognitiva y discapacidad psicosocial, de manera que el nuevo cumplimiento normativo en los entornos públicos y laborales no se convierta en una barrera para la libre circulación y desarrollo de actividades por parte de las personas con discapacidad.
De esta forma, en lo que respecta a la información se recomienda el uso de pictogramas y la lectura fácil, así como que los mensajes que se ofrezcan en formato sonoro en espacios públicos incorporen alternativas en formato escrito o en lengua de signos. Respecto a las mascarillas, se afirma que pueden provocar desconfianza por parte de personas con discapacidad cognitiva o psicosocial al dejar oculto parte del rostro. Además, disminuyen la vocalización y volumen entre los interlocutores, lo que incide negativamente en la comunicación con personas con discapacidad auditiva. En cuanto al gel hidroalcohólico, se considera necesario plantear un criterio de cara a normalizar su ubicación y facilitar su localización por parte de las personas con dificultad visual y asegurar su cómoda manipulación a quienes tengan problemas de destreza en los miembros superiores.
Esta publicación se enmarca dentro de la iniciativa #BarrerismoCovid, cuyo objetivo es sensibilizar sobre las barreras a las que pueden enfrentarse las personas con discapacidad, e irá acompañada de videos protagonizados por los personajes de la serie animada ‘ON Fologüers’.
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