Un artículo de Isabel Hernández,
jefa clínica de Fundación ACE
Actualmente, 50 millones de personas en todo el mundo tienen demencia y se calcula que, hacia el 2050, esta cifra ascenderá a 152 millones. La enfermedad de Alzheimer es la forma de demencia más común.
A pesar de que la investigación está actuando en diferentes campos, no hay todavía una forma segura de prevenir el Alzheimer y otros tipos de demencia. Sin embargo, la evidencia científica ha identificado varios factores de riesgo asociados con este tipo de enfermedades. Algunos de estos factores, como por ejemplo la genética o la edad, están totalmente fuera de nuestro control. Pero, por el contrario, sí que podemos actuar sobre algunos elementos llevando a cabo cambios en nuestro estilo de vida o utilizando tratamientos farmacológicos que enlentezcan la progresión.
1. Mantente activo/a
Practica ejercicio cardiovascular regular de forma que suba tu ritmo cardíaco e incremente el riego sanguíneo en la cabeza y el cuerpo. Algunos estudios han demostrado que existe una relación entre el ejercicio físico y una reducción del riesgo de deterioro cognitivo.
2. Desafíate a ti mismo/a
Desafía y activa tu mente. El aprendizaje en cualquier etapa de la vida te ayudará a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Así que apúntate siempre que sea posible a algún curso para adquirir conocimientos o aprender nuevas habilidades. También te puede ir bien hacer sudokus y rompecabezas o jugar a algún juego de estrategia como el ajedrez o las cartas. Si lo prefieres, también puede ser beneficioso hacer alguna actividad artística.
3. Deja de fumar
Son muchos los estudios que demuestran que el tabaco incrementa la probabilidad de desarrollar deterioro cognitivo. Dejando de fumar puedes reducir este riesgo a niveles similares a los de personas no fumadoras.
4. Modera el consumo de alcohol
Un consumo elevado de alcohol durante un periodo prolongado de tiempo puede producir daños en el cerebro que pueden incrementar el riesgo de desarrollar demencia. En este sentido es siempre recomendable moderar tu ingesta de alcohol.
5. Cuida de tu corazón
Los factores de riesgo cardiovascular como por ejemplo la obesidad, la tensión alta o la diabetes tienen un impacto negativo en tu salud cognitiva. Ten en cuenta que, si cuidas tu corazón, también estarás cuidando de tu cerebro.
6. Protégete la cabeza
Algunas lesiones cerebrales pueden incrementar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Por eso, utilizar casco cuando vas en bicicleta, ponerse el cinturón de seguridad en el coche o protegerte la cabeza cuando practicas determinados deportes de contacto, pueden ser buenas opciones para evitar caídas y golpes innecesarios.
7. Come sano
Intentar mantener una dieta sana y equilibrada baja en grasas y con frutas y verduras abundantes puede ayudarte a reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
8. Descansa bien
Ten en cuenta que dormir pocas horas de manera continuada debido a causas como por ejemplo el insomnio o la apnea puede producir problemas de memoria.
9. Cuida tu salud mental
Algunos estudios relacionan la depresión con una probabilidad más elevada de sufrir deterioro cognitivo. Por eso es fundamental buscar tratamiento médico en caso de tener síntomas de depresión, ansiedad u otros tipos de problemas mentales. Por otro lado, es importante saber gestionar y mantener el estrés a raya.
10. Socializa
Aunque pueda parecer sorprendente, mantener una vida socialmente activa ayuda a tener tu cerebro sano. Por eso, es importante encontrar maneras de salir, relacionarte y conocer gente dentro de tu comunidad o pasar ratos con tus amigos y familiares.
Sobre la autora: Isabel Hernández
La doctora Isabel Hernández es neuróloga y Doctora en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona. En la actualidad, ejerce como jefa clínica de Fundación ACE y coordina la Unidad de Memoria y los servicios médicos de la Unidad de Atención Diurna de la misma Fundación.
Su interés científico en el campo del Deterioro Cognitivo se centra en la Degeneración Lobar Frontotemporal. En este sentido, es coinvestigadora en numerosos ensayos clínicos y estudios sobre la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, tanto en el ámbito farmacológico como no farmacológico y epidemiológico. Además, es autora y coautora de más de 50 artículos en materia de discapacidad clínica y cognitiva, genética y demencia.