Las consecuencias a nivel respiratorio del confinamiento por coronavirus en la población mayor pueden agravarse en los próximos años con procesos más intensos de insuficiencia respiratoria, fatiga muscular, disnea, asma bronquial y pérdida de la calidad de vida. Se trata de síntomas y alteraciones que, según estudios recientes, pueden afectar de una manera notoria a partir de los 85 años.
En este sentido, Francisco J. Paz, Director de Fisioterapia zona Centro-Norte en Ballesol y coordinador del programa Reactivate, señala que “7 de cada 10 personas mayores podrían padecer enfermedades cardio-respiratorias y aún no lo saben”. Precisamente, el programa Reactivate está diseñado, entre otros fines, para recuperar la capacidad pulmonar invadida durante el confinamiento, con una planificación individualizada de fisioterapia respiratoria que pueda prevenir posibles secuelas y rebrotes relacionados con el COVID-19. “Hasta 5 años podrían durar las secuelas respiratorias si no se tratan con un correcto tratamiento de fisioterapia respiratoria”, advierte el Director de Fisioterapia zona Centro-Norte en Ballesol.
Tal y como indica este experto, a través de Programas de Readaptación Respiratoria, en los que juega un importante papel la Fisioterapia Respiratoria, los síntomas se pueden controlar, aliviar y revertir, consiguiendo optimizar la función pulmonar, con ejercicios de potenciación muscular del diafragma y pectoral, espirómetros incentivados, etc. Todo lo cual redunda en una mejora de la capacidad de ejercicio y en un aumento de la independencia del paciente en las actividades de su vida diaria.
Y es que la fisioterapia respiratoria contribuye a mejorar el drenaje de secreciones del paciente, mejora la ventilación pulmonar y oxigenación y facilita la entrada y deposición de los medicamentos inhalados. Además, potencia la musculatura respiratoria y ayuda al paciente en el control ventilatorio, principalmente durante esfuerzos o el ejercicio físico, controlando la aparición de disnea. Todo ello además de reducir el tiempo en UCI.
La intervención de estas patologías derivadas del largo periodo de confinamiento, aislamiento e inmovilismo de la población mayor hace aconsejable la intervención de este tipo de terapias respiratorias. Como indica Juan Agüero, enfermero del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander y fisioterapeuta respiratorio, “cada vez se hace más visible el deterioro progresivo del aparato respiratorio en relación con el propio envejecimiento”, por lo que aconsejar “realizando una correcta fisioterapia respiratoria en derrames pleurales, Neumotórax, Neumonías, se puede acortar un 50% el tiempo de recuperación”, reduciendo así el tiempo de estancia hospitalaria.
El impacto del coronavirus supone un reto a los cuidados y a la salud mental. Adicionalmente, hoy, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) ha escalado al tercer puesto en las causas de mortalidad global, por la implicación de la contaminación ambiental y del tabaquismo. La mortalidad a los 4-7 años en pacientes diagnosticados de EPOC, con una edad media de 65-70 años, oscila entre el 30% y el 48% dependiendo de la gravedad en el momento del diagnóstico.
La prevención, el mejor antivirus
Entre los objetivos generales del abordaje en fisioterapia respiratoria está mejorar la sintomatología asociada (disnea y fatiga muscular), preservar y fortalecer la función respiratoria o fomentar la actividad aérobica programada y constante en la población mayor. Para Agüero “estas son las mejores vacunas que existen para retrasar el deterioro respiratorio”, junto a la prevención, que es “el mejor antivirus” y ejercicios pautados por médicos/fisioterapeutas; entre ellos, la respiración addómino- diafragmática, la espiración con labios fruncidos en posición acostada y sentada, la expansión costal de apertura de brazo en posición sentada o la respiración coordinada con elevación de pierna.
Sin embargo, un rebrote de COVID-19 en aquellas personas que han superado o desarrollado infecciones agudas respiratorias “posiblemente conllevaría un pronóstico de mayor gravedad debido a la probable limitación funcional que haya podido dejar la enfermedad previa. De ahí la importancia de recabar esta información en los enfermos afectados hasta ahora por esta pandemia”, advierte Juan Agüero.
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