Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en nuestro país. El 28,3% de las defunciones en 2018 fueron causadas por enfermedades del sistema circulatorio, según los últimos datos de mortalidad publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las muertes por enfermedades del sistema circulatorio están casi dos puntos por encima de las muertes por tumores (26,7%) y más de 16 puntos por encima del siguiente grupo, las enfermedades del sistema respiratorio, que suponen el 12,2% del total de muertes.
Más allá de las tasas de mortalidad, las enfermedades cardiovasculares suponen una gravosa carga para el sistema sanitario, pero también para la persona que las sufre, ya que afectan de forma importante a su calidad de vida. Por ello los cardiólogos recuerdan la importancia de modificar ciertos hábitos que repercuten directamente en nuestra salud cardiovascular.
Las enfermedades cardiovasculares se producen por una serie de factores de riesgo. Algunos no se pueden modificar, caso de la edad o la herencia, pero muchos otros sí, tal y como indica el Dr. Fernando Pérez Martínez, jefe de Cardiología del Hospital HM Modelo de A Coruña y responsable de la campaña de prevención cardiovascular ‘¡No te arriesgues corazón!’ de HM Hospitales.
Entre los principales factores de riesgo que se pueden controlar están el tabaco, el colesterol, la hipertensión arterial o la diabetes. Además, los efectos del confinamiento por la pandemia del COVID-19 han provocado que en algunos casos aumenten hábitos poco saludables, que pueden tener impacto sobre la salud cardiovascular como una alimentación menos cuidada, el sedentarismo o el tabaquismo.
Recomendaciones para reducir el riesgo cardiovascular
Como indica el Dr. Pérez Martínez, los buenos hábitos deben comenzar desde la niñez, llevando una dieta sana y equilibrada. Se debe reducir al mínimo el consumo de sal y la ingesta de grasa de origen animal y aumentar el ejercicio físico. “El deporte debe de formar parte de nuestra vida y debemos transmitírselo a nuestros hijos”, indica el cardiólogo, que también recuerda la importancia de conocer el nivel de colesterol desde la infancia y a lo largo de la vida para poder tomar las “medidas higiénico-dietéticas” oportunas.
Otro consejo esencial es evitar completamente el tabaco que “activa la coagulación sanguínea y puede provocar una catástrofe con un pequeño daño vascular, incluso siendo joven”, explica el Doctor. Asimismo, las mujeres que han sufrido hipertensión arterial o glucosa elevada en el embarazo deben estar atentas porque podrían volver a alterarse. Y en caso de tener algún familiar de primer grado joven o de edad media que falleció súbitamente es necesario ponerlo en conocimiento del médico porque es un factor de riesgo muy importante para muchas enfermedades cardiovasculares.
Extremar el cuidado a partir de los 50 años
En este momento de la vida se debe prestar especial atención al peso, a la glucosa y a la presión arterial, ya que la hipertensión arterial es “una plaga” en estas edades. En este sentido, el Dr. Pérez Martínez recomienda “medirla cada día, preferentemente por la mañana y relajado; despreciar la primera toma y volver a tomarla un minuto después. Si supera 130/80 hay que reducir el consumo de sal y si sube mucho de estos valores, acudir al médico”.
Se debe continuar haciendo ejercicio pero bajando un poco la intensidad. “A partir de media hora cuatro días por semana mejorará la calidad de vida y todos los factores de riesgo”, señala en cardiólogo de HM Hospitales. Y un consejo fundamental: “Relájate, a partir de ahora tu cuerpo tolerará peor el estrés” y las investigaciones que se han llevado a cabo hasta el momento demuestran que las personas con altos niveles de ansiedad y nerviosismo tienen mayor riesgo a sufrir problemas de corazón.
Al pasar la barrera de los 70 años es esencial seguir las recomendaciones del médico. Si se descuidan las recomendaciones saludables hay un riesgo alto de sufrir un evento cardiovascular por lo que, si hay sospecha es bueno consultar como está las carótidas y el tamaño de la aorta abdominal. Superados los 80 años la prevención ya no es tan importante. En esta etapa se requiere un tratamiento personalizado de los problemas, ya que es un momento de mayor fragilidad y eso se manifiesta también a nivel cardiovascular.
El Dr. Pérez Martínez destaca que cada uno de estos consejos resulta esencial para vivir con calidad de vida y evitar un daño cardiovascular que puede ser fatal. “El organismo es sabio y vengativo y guarda memoria del daño que le hacemos y del tiempo en que le infligimos ese daño así que, cuanto antes corrijamos esos factores de riesgo muchísimo mejor”, concluye el especialista.
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[…] En la carta se denuncia también que factores como la cultura edadista favorecen a que exista una percepción generalizada de que los síntomas provocados por patologías cardiacas son inherentes al envejecimiento. Este hecho ha provocado que se normalicen situaciones de vulnerabilidad que de otro modo podrían abordarse, diagnosticarse y tratarse adecuadamente. […]
[…] de prestar una mayor atención en el ámbito mundial a la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las neumopatías crónicas, y de reducir los traumatismos, en todas las […]
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