Mejorar el abordaje de los pacientes con insuficiencia cardiaca, incluyendo la prevención, la detección precoz, el diagnóstico, el tratamiento y la calidad de vida, es el objetivo del proyecto Carabela, una iniciativa impulsada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), con la colaboración de AstraZeneca, en el que participarán en una primera fase piloto diez hospitales españoles.
Este proyecto persigue, como fin último, acabar con la inequidad en el abordaje asistencial en insuficiencia cardiaca en España, de forma que el lugar de residencia de los pacientes no influya en la atención que reciben. El proyecto Carabela destaca por su carácter innovador e integrador y culminará su primera fase piloto con la presentación de un documento de consenso en el que se incluyan las principales áreas de mejora en la asistencia y las soluciones propuestas para optimizar la atención a los pacientes con insuficiencia cardiaca.
Con este propósito, las dos sociedades científicas han desarrollado una metodología, ágil, dinámica e innovadora, que permitirá conseguir cinco hitos:
- Caracterizar el proceso asistencial y elaborar un informe de análisis de situación sobre la gestión y el manejo de la insuficiencia cardiaca en cada uno de los 10 hospitales colaboradores
- Identificar los elementos de mejora y factores de éxito
- Reducir la variabilidad clínica existente en el manejo del paciente
- Definir las recomendaciones que mejoren el circuito asistencial
- Conocer e incluir la voz del paciente a lo largo de todo el proceso, desde que comienza con los síntomas hasta que recibe tratamiento.
Tal y como indica el Dr. Ángel Cequier, presidente de la SEC y miembro del comité de expertos del proyecto Carabela, pese a los programas que se han puesto en marcha en los últimos años, “la optimización del abordaje asistencial en la insuficiencia cardiaca dispone de un amplio margen de mejora en aspectos como la prevención, el diagnóstico precoz, la prevención de las hospitalizaciones, la reducción de la mortalidad o la mejora de la calidad de vida de los pacientes; de ahí la importancia de proyectos como el que ahora emprendemos”.
En este sentido, el Dr. Ricardo Gómez, presidente de la SEMI y también integrante del comité de expertos, resalta que “el proyecto Carabela nos permitirá profundizar en la atención que reciben los pacientes con insuficiencia cardiaca, detectar potenciales necesidades y analizar el abordaje que se hace de esta patología en cada uno de los diez centros piloto que participan en la iniciativa de cara a consensuar y establecer protocolos concretos para optimizar, homogeneizar y mejorar la asistencia que se brinda a estos pacientes”.
Por su parte, Ana Pérez, directora médica y de asuntos regulatorios de AstraZeneca España, indica que “el compromiso de AstraZeneca con los profesionales sanitarios, los pacientes y el sistema de salud propiamente dicho ha formado parte del ADN de la compañía desde sus inicios. De ahí nuestra voluntad de colaborar activamente con las dos sociedades científicas para que el proyecto Carabela llegue a buen puerto”.
Nuevo contexto asistencial por el impacto de la COVID-19
El proyecto Carabela cobra un especial interés teniendo en cuenta el nuevo contexto asistencial generado por el impacto de la COVID-19 en el sistema sanitario que requerirá de la puesta en marcha de soluciones innovadoras que permitan la adaptación del circuito asistencial a las necesidades no solo de los centros y profesionales sanitarios sino también de los pacientes.
Y es que la COVID-19 ha generado un aumento de las listas de espera, la saturación de las agendas de los profesionales sanitarios y una necesidad de reducir los desplazamientos de los pacientes a los centros, entre otros aspectos. En este contexto, esta nueva iniciativa de la SEC y la SEMI permitirá redefinir el abordaje de la insuficiencia cardiaca con nuevos medios y herramientas para mejorar el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes.
Los datos sobre la prevalencia e incidencia de la insuficiencia cardiaca en España son dispares en función de los estudios. El dato de prevalencia se sitúa entre el 1% y el 2% de la población adulta en los países desarrollados, alcanzando los 770.000 pacientes en España. La incidencia oscila entre los 2 y los 4 casos por cada 1.000 personas y año, pudiendo llegar hasta los 154.000 nuevos casos en nuestro país.