Gracias a las medidas adoptadas por el sector de las residencias y a una mejor preparación de los centros, la segunda ola del coronavirus está generando un descenso notable de la tasa de mortalidad en los centros sociosanitarios, siendo ésta además inferior a la que se produce en el entorno domiciliario, tal y como indica Aeste, asociación patronal que agrupa a grandes operadores privados de servicios residenciales, teleasistencia y de ayuda a domicilio de nuestro país.
Hasta la fecha, los casos de mortalidad se han reducido, con ejemplos relevantes, como por ejemplo en la Comunidad de Madrid donde, según datos de la Consejería de Políticas Sociales, en septiembre, se han producido 33 fallecimientos, dato que contrasta con los registros de la primera ola donde, en el período de un mes entre mitad de marzo y mitad de abril, fallecieron cerca de 6.000 personas con COVID-19 confirmada o síntomas dentro de las residencias.
Otro ejemplo lo encontramos en la Comunitat Valenciana donde la incidencia de la enfermedad ha disminuido considerablemente en las residencias, con un descenso del 43,8%, y con solo 32 centros que tengan algún enfermo de los 327 autorizados.
Y es que los centros sanitarios están ahora más preparados y los protocolos están funcionando (un 80% de los centros cuenta con planes de contingencia para situaciones COVID o similares), pese a lo cual Aeste advierte que se ha de seguir avanzado y no bajar la guardia.
Cabe destacar que el sector sociosanitario ha sido y es una de las claves para hacer frente a la crisis sanitaria. Como destaca Jesús Cubero, secretario general de la patronal de residencias Aeste, “durante los últimos meses, y desde la llegada de la pandemia, se ha realizado un gran esfuerzo y trabajo en los centros sociosanitarios para responder a esta segunda ola del coronavirus. Los datos demuestran que las medias adoptadas están funcionando, aunque no hemos de bajar la guardia y debemos seguir avanzando para repensar el modelo de dependencia y su sistema de financiación«.
A juicio del máximo representante de Aeste, «las residencias son ahora lugares más seguros y resulta fundamental poner en valor el esfuerzo y entrega del personal de los centros sociosanitarios en una situación tan complicada como la presente».
Tal y como confirman los datos del último estudio de situación COVID-19 en España, elaborado por la Red Nacional de Vigilancia epidemiológica de España, el ámbito más frecuente de exposición al coronavirus se da en el entorno domiciliario (hasta en un 33,4% de los casos), seguido del entorno laboral (7,2%), a mucha distancia de la exposición que se produce en los centros sociosanitarios (3,7%).
En los últimos meses estos centros han implementado diversas medias con el objetivo de paliar la situación y evitar un colapso del sistema como sucedió en la primera oleada. Gracias a las mismas los centros sociosanitarios proporcionan control estricto de los contagios, lo que ha generado un descenso notable de la tasa de mortalidad. Entre las medidas adoptadas, las más destacadas han sido:
- Personal de los centros
Actualmente, y en la medida de lo posible, los trabajadores tienen a su cargo a los mismos residentes y evitan moverse de su planta para evitar cualquier riesgo. Además, se realizan test periódicamente y de manera aleatoria y PCRs tanto a los trabajadores de nueva incorporación como a todos aquellos que regresan de un periodo de vacaciones. Hasta la fecha se ha conseguido realizar test al 91,5% de los residentes y al 95% de los trabajadores. Igualmente, y de manera obligatoria, se realizan tests a todos los residentes y trabajadores de un centro cuando se detecta un positivo, sumándose a los PCRs que realizan las autoridades sanitarias.Los trabajadores reciben una formación continua para identificar los posibles riesgos biológicos en los centros, así como para trabajar con las protecciones adecuadas, entre las que destacan los equipos de protección individual (EPIs).
- Medidas para familiares y allegados
Además de habilitar espacios informativos online con información básica y actualizada sobre la covid-19, se han potenciado los sistemas de interconexión remota tanto para mejorar la comunicación entre central y centros como entre estos últimos y las familias. Se ha dotado a los centros de tablets con conexión a Internet y nuevos terminales móviles para mantener conectados a los residentes con sus familiares mediante videollamadas. Igualmente se han restringido y controlado las visitas cuando la situación lo ha requerido.
- Medidas de distanciamiento e higiénico-sanitarias extremas
En los centros se mantiene la distancia de seguridad de 1,5 metros entre los residentes, tanto durante las terapias como en los comedores, y entre los familiares y los residentes durante las visitas. Se ha extremado la limpieza de las zonas de uso común, así como en aquellos en los momentos y horas punta en los espacios en los que circulan personas del exterior. En cuanto a trabajadores, familiares, proveedores y cualquier persona ajena al centro, se mantienen las disposiciones higiénico sanitarias vigentes: temperatura, desinfección de manos y zapatos.
Modelo de coordinación sociosanitaria supervisado por los servicios públicos de salud
En el mes de julio, Aeste exigió, junto a Comisiones Obreras, Asade y UGT, un plan de choque que, entre otras medidas, trabajara en un modelo de coordinación sociosanitaria bajo la supervisión de los servicios públicos de salud. Aunque se ha avanzado, sigue siendo necesario un gran Pacto de Estado al que se sumen los principales partidos políticos, el Gobierno, las Comunidades Autónomas, patronales, sindicatos y las principales asociaciones de mayores.
Desde la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) también se aboga por la creación de un órgano de coordinación y gestión, liderado por las administraciones, que cuente con participación activa de expertos del sector empresarial privado.