El sector de la restauración colectiva, responsable de dar de comer a millones de personas cada día en comedores de hospitales, residencias, centros escolares y universitarios, empresas y establecimientos deportivos y culturales, entre otros servicios, estima que el impacto del COVID-19 reducirá el conjunto del sector a prácticamente la mitad en términos de facturación.
El sector calcula ya un descenso del 43% de su facturación en lo que va de año, en una situación de práctica paralización que mantiene al 53% de sus más de 90.000 empleados en ERTEs. Todos los segmentos de actividad están sufriendo un descenso, los que pone en peligro la continuidad de muchas empresas y el mantenimiento de algunos servicios como comedores escolares o de empresa, e incluso algunos servicios de restauración en el ámbito hospitalario, tal y como advierte Food Service España, la Federación Española de Restauración Colectiva que integra a las principales empresas del sector a nivel nacional.
En este sentido, desde la Federación destacan especialmente “la importancia de prolongar los ERTEs de fuerza mayor, ya que de lo contrario supondrá la desaparición de muchas empresas y, en consecuencia, no se podrán prestar servicios básicos de alimentación en comedores de empresas, colegios, residencias…”, señala Antonio Llorens, presidente de Food Service España. A su juicio, en estos momentos el sector necesita, más que nunca, ayuda y escucha por parte de la Administración para afrontar un proceso de transformación del sector que va más allá de un impacto coyuntural. “El sector estaba ya evolucionando hacia nuevos modelos, pero el impacto de esta pandemia amenaza con provocar una transformación que podía preverse para los próximos 10 años, pero que se está convirtiendo en una verdadera reconversión acelerada en apenas 10 meses, con un impacto que puede ser definitivo para muchas empresas del sector”, señala el presidente de Food Service España.
Práctica desaparición de cafeterías y servicios a familiares
En concreto, en el sector sociosanitario, aunque el servicio a pacientes se ha mantenido e incluso se ha incrementado en momentos concretos, el cierre de las cafeterías de hospitales y las condiciones impuestas por la pandemia -en cuanto a visitas de familiares-, ha condicionado el desarrollo del servicio de forma muy relevante. De hecho, las pérdidas en las cafeterías de hospitales se sitúan entre el 60 y el 70%, mientras que en el conjunto del sector sociosanitario la disminución de ingresos se estima entre el 15 y el 20%, mientras que los costes han aumentado de forma considerable por las condiciones especiales del servicio que está exigiendo esta pandemia.
Respecto a los comedores escolares, analizando parcialmente los primeros datos disponibles, la Federación destaca que la vuelta al cole ha supuesto una activación menor de la prevista, con tasas de ocupación de entre el 40 y el 60% respecto a años anteriores. Sin embargo, esta disminución no ha permitido reducir los costes en la misma proporción teniendo en cuenta que se han tenido que asumir costes adicionales de monitores y otros servicios derivados de los protocolos frente a la pandemia, sin poder variar los precios.
En el caso de los comedores de empresa, el impacto de la pandemia se une al rápido desarrollo del teletrabajo que ha provocado que en los comedores de empresa apenas se alcance el 10% de ocupación respecto a ejercicios anteriores. Opciones como la comida a domicilio o sistemas de vending son alternativas que el sector está intentando desarrollar, pero que no pueden paliar el brusco descenso de ingresos que está provocando una situación que ha cambiado frásticamente para prolongarse en el tiempo más allá de la pandemia. De hecho, el retorno a la actividad ha supuesto la reapertura de algunos comedores corporativos, pero lastrados por una ocupación que apenas permite cubrir los costes operativos.
Y aunque con un peso inferior en volumen en el conjunto del sector, el segmento del ocio acumula caídas en facturación próximas al 80% que están lastrando también los resultados de muchas compañías del sector, acumulando una fuente adicional de pérdidas.
Según el presidente de Food Service España, “aproximadamente el 50% de nuestro volumen de negocio procede del sector público, que en este momento se encuentra colapsado con otras peticiones, todas ellas necesarias, y recursos económicos contenidos. Pero asumiendo este contexto, tenemos que afrontar la realidad de un sector que suma al descenso de su actividad, un aumento de costes que compromete seriamente la viabilidad de muchas empresas y el futuro de más de 93.000 puestos de trabajo”.