La Fundació Víctor Grífols i Lucas acaba de publicar el cuaderno “Soledad, Envejecimiento y final de la vida”, una publicación que debate, a partir de la opinión de distintos expertos, sobre las circunstancias que afectan a muchas personas mayores en la etapa final de su vida.
Y es que la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la necesidad de plantear un profundo debate ético sobre el acompañamiento en el final de la vida, y las secuelas psicológicas que pueden ocasionar a aquellas personas que no pudieron estar al lado de sus seres queridos durante la primera oleada de la pandemia. Esta situación adquiere, además, una especial relevancia a partir de una realidad demográfica, que obliga a plantear nuevas soluciones.
Cabe destacar que el envejecimiento de la población en nuestro país se agudizará en 2050 debido, principalmente, a la incidencia del el baby boom de los 60 y 70 y a la caída de la natalidad experimentada en los últimos años, así como al aumento de la esperanza de vida, que ha crecido 15 años en dos décadas. En este sentido, Albert Esteve, demógrafo y director del Centre d’Estudis Demogràfics UAB, pone en duda en este cuaderno la sostenibilidad del actual modelo de pensiones, además de considerar que es necesaria una mayor implicación institucional para no dejar en manos de las familias el cuidado de las personas dependientes.
Port su parte, Ángeles Duran, socióloga y doctora en Ciencias Políticas, también muestra su escepticismo sobre el actual sistema, ya que considera que después de la jubilación, con el aumento de la esperanza de vida, a muchas personas les pueden llegar a quedar 20 años de vida. Según Duran, al mercado solo le interesa la gente que produce y, actualmente, se puede llegar a vivir hasta los 90 años, con lo cual la etapa productiva de las personas se reduce a la mitad de su existencia.
Para esta socióloga, “cuidar resulta muy caro, lo que está generando la proliferación del proletariado de los cuidadores bondadosos, una nueva clase social que trabaja en condiciones muy precarias”. El cuidado de la gente mayor recae en estas personas o en las familias, lo cual es insostenible. “Las administraciones públicas deben empezar a impulsar actuaciones capaces de hacer frente a una realidad que se verá acrecentada en los próximos años”, advierte la doctora en Ciencias Políticas.
En el cuaderno también interviene Xavier Gómez-Batiste, director del Observatorio Qualy, que expone el proceso evolutivo que se está experimentando en clínica asistencial para el cuidado de las personas mayores. Este experto considera que hay que combinar una buena atención clínica con la promoción de cambios en las actitudes sociales y culturales frente al final de la vida y la vulnerabilidad de la gente mayor.
Asimismo, Begoña Román, presidenta del Comitè d’Ètica de Serveis Socials de Catalunya, considera en esta publicación que, “hay que pensar en el papel de las familias y no dejar en sus manos todo el cuidado de la gente mayor, por lo que resulta necesaria que las instituciones se impliquen para poder aportar soluciones”. También participa en el cuaderno Amaia Cilveti, coordinadora del programa de la Obra Social de ‘La Caixa’, “Siempre Acompanyats”, que apuesta por impulsar intervenciones que empoderen a las personas, comprometan a la comunidad y sensibilicen a la ciudadanía, para generar de este modo, redes de apoyo que ayuden a acoger a las personas mayores afectadas por situaciones de soledad.
Por último, el cuaderno recoge los ejemplos de tres ciudades (Madrid, Barcelona y Vic) que cuentan con experiencias prácticas de compassive communities desplegadas a iniciativa de distintas instituciones y municipios, y que empiezan a arrojar resultados evaluables. Los impulsores de estas iniciativas coinciden en destacar la importancia de la comunidad para poder trasladar las distintas políticas de actuación a la vida cotidiana, en la necesidad de promover campañas de sensibilización dirigidas a la población y en tener la capacidad de coordinar las acciones con las administraciones públicas.
El cuaderno “Soledad, Envejecimiento y final de la vida” es el resultado de una colaboración iniciada en 2019 entre la Fundación Mémora y la Fundació Víctor Grífols i Lucas, a partir del proyecto “Ciudades que cuidan”, que contempla la organización de conferencias para reflexionar sobre una temática, que requiere una visión poliédrica y que cuenta con múltiples actores implicados a los que dar voz.