La Facultad de Educación y Deporte de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y el grupo sociosanitario IMQ Igurco han suscrito un convenio de colaboración que tiene como objetivo favorecer la salud, la calidad de vida y la autonomía personal de las personas mayores a través de la actividad física y el deporte.
Desde la Geriatría se lleva décadas insistiendo en la importancia de la actividad física para las personas mayores y, al mismo tiempo, los profesionales de la actividad física y el deporte se encuentran ante un público cada vez más numeroso de personas mayores a las que atender. A ello hay que añadir que el confinamiento durante la primera onda epidémica de la COVID-19 y las restricciones de movilidad en las residencias de personas mayores derivadas de ella han supuesto un verdadero reto para la capacidad funcional de ese colectivo.
Este acuerdo toma como base la utilización y generación de la evidencia científica, y abarca docencia relacionada con la Geriatría y la actividad física, prácticas y una beca de “Transición del mundo educativo al laboral”. Así, tal y como detallas, Sara Maldonado-Martín, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UPV/EHU, “en primer lugar, comprende un convenio de prácticas obligatorias curriculares para estudiantes de cuarto curso del grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, con dos plazas disponibles: una en Vitoria-Gasteiz y otra en Bilbao. En segundo lugar, se cuenta con un convenio de colaboración en el título propio de posgrado como especialista universitario en “Ejercicio Físico y Estilos de Vida Saludable”, en el que se engloba un seminario denominado “Geriatría: fisiopatología, beneficios y necesidad del ejercicio físico”, impartido por el Dr. Iñaki Artaza”.
El acuerdo de ambas entidades también incluye “un convenio de colaboración de prácticas extracurriculares para estudiantes del título propio de posgrado como especialista universitario en “Ejercicio físico y estilos de vida saludable”, así como un acuerdo de aceptación de un estudiante con beca de “Transición del mundo educativo al laboral” durante tres meses, dentro del acuerdo entre la UPV/EHU y el departamento de Educación del Gobierno Vasco”.Todas las actividades a realizar en las instalaciones de IMQ Igurco se relacionarán con el desarrollo de programas de ejercicio físico multicomponente con intervención en personas mayores.
Tal y como explica Sara Maldonado-Martín, “estos convenios de colaboración ofrecen la oportunidad de aplicar directamente el conocimiento del alumnado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en personas mayores con intervenciones de ejercicio físico, que es su ámbito de competencia laboral”.
Por su parte, Iñaki Artaza, médico especialista en Geriatría y director médico asistencial de IMQ Igurco, destaca que “los beneficios que tiene la actividad física tanto para la salud y bienestar de la persona mayor, como para el mantenimiento de la capacidad funcional y, consecuentemente, de la autonomía personal, están muy acreditados en la literatura científica. El ejercicio físico regular tiene un efecto positivo no sólo en el ámbito de la movilidad, sino también en, por ejemplo, la función cardíaca, respiratoria, digestiva, metabólica e incluso cognitiva y afectiva”.
Por ello, el Dr. Artaza aconseja que las personas mayores con capacidad suficiente para ello realicen diariamente o casi diariamente ejercicios enfocados a mejorar cuatro aspectos clave del físico de la persona: “la resistencia (trabajando los aspectos cardiovasculares y respiratorios); la fortaleza de los músculos, que dan seguridad en la marcha y mantienen la estructura corporal de la persona mayor; el equilibrio, que previene caídas y se puede trabajar de múltiples formas; y, por último, la elasticidad, que permitirá a la persona mayor desempeñar con mayor facilidad muchas de las tareas habituales de la vida diaria, como vestirse, atarse los zapatos, agacharse a recoger algo del suelo, etcétera». Este experto destaca que «todo ello contribuye a retrasar la aparición de la fragilidad que, aunque es la antesala de la discapacidad y de la dependencia, puede ser reversible”.