La hipertensión arterial es la comorbilidad más frecuente en el paciente COVID-19 (50,9% de los casos) y que se asocia a un mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa en el paciente COVID-19, independientemente de otras comorbilidades, sexo y edad, tal y como revela una reciente investigación vinculada al Registro Clínico SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El objetivo de esta investigación era, por un lado, comprobar si la hipertensión representaba un factor de riesgo independiente de muerte en pacientes hospitalizados con SARSCoV-2, o si por el contrario, su elevada prevalencia simplemente reflejaba la edad avanzada de la mayoría de los pacientes. Y, por otro, examinar el efecto que el tratamiento antihipertensivo anterior al ingreso con inhibidores de la ECA y antagonistas del receptor de la angiotensina II (ARA2) –los antihipertensivos más utilizados– podía tener sobre estos pacientes, a raíz especialmente de un estudio especulativo, publicado al inicio de la pandemia en una revista de impacto elevado, que sugirió que estos fármacos podían potenciar la susceptibilidad y/o gravedad de la infección por SARS-CoV-2.
Este estudio liderado por SEMI revela ahora que el tratamiento previo con fármacos antihipertensivos del tipo IECA/ARA2, en comparación con otros medicamentos, no altera los resultados en pacientes hipertensos, y que los pacientes tratados con bloqueadores de los receptores de angiotensina II (ARA2) presentaban el menor riesgo de mortalidad por todas las causas de todos los antihipertensivos. Como se muestra en este estudio, la mortalidad aumentó en pacientes que no continuaron su tratamiento previo con fármacos IECA/ARA2 durante su estancia hospitalaria. Destaca el hallazgo de que el grupo de pacientes tratados con ARA2 antes de su ingreso mostraba una tendencia a mejorar la supervivencia a partir de la segunda semana de estancia.
Dicha investigación, que acaba de ser publicada en el Journal of Clinical Medicine, está firmada por 25 internistas, y ha analizado datos de 12.226 pacientes con infección confirmada por SARS-CoV-2 de 150 hospitales, reclutados entre el 1 de marzo y el 24 de junio y con una edad de entre 18 y 106 años.
El primer firmante de la investigación es el Dr. Enrique Rodilla, presidente de la Sociedad de Medicina Interna de la Comunidad Valenciana (SMICV), facultativo de la Unidad de Hipertensión del Hospital de Sagunto y profesor de la Universidad Cardenal Herrera-CEU en Valencia. Para este especialistas «esta investigación supone un avance importante para comprender la relevancia de la hipertensión arterial y de su tratamiento previo al ingreso hospitalario en la infección por SARS-CoV-2, pues en una población muy extensa y con datos robustos de mortalidad global fusiona con datos clínicos dos hipótesis hasta ahora controvertidas en la bibliografía: una, la microinflamación sistémica como nexo de unión entre hipertensión y COVID-19, y dos, la importancia de la degradación de la angiotensina II en fases avanzadas de la enfermedad. Este estudio otorga visibilidad científica a la labor asistencial que en la práctica llevan a cabo los internistas en esta pandemia».
Tras la hipertensión arterial (50,9%), las comorbilidades más frecuentes en el paciente COVID-19 serían la diabetes (19,1%) y fibrilación auricular (11,2%). Esta investigación forma parte de las más de 70 en marcha ligadas al Registro SEMI-COVID-19, que contiene datos de más de 17.000 pacientes con infección por SARS-CoV-2 confirmada y que fueron atendidos por médicos internistas en los hospitales. En este registro, participan casi 900 médicos internistas de 214 hospitales de todo el país.