La actual coyuntura sanitaria ha acentuado la necesidad de desarrollar modelos de atención integral adaptados a las necesidades específicas de los pacientes vulnerables para abordar las desigualdades por discapacidad y género, tal y como se puso de relieve durante la III Jornada de Pacientes SEMI, organizada de forma virtual por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
En este encuentro virtual se dieron cita médicos internistas, expertos en gestión sanitaria y representantes del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), de la Fundación Más Que Ideas, de la Asociación de Pacientes con Pluripatologías Crónicas en representación del Foro Español de Pacientes, y de la Alianza General de Pacientes para analizar cómo abordar la desigualdad por discapacidad y/o género para mejorar la salud de las personas.
Con el objetivo de contribuir a transformar el modelo sanitario para alcanzar una medicina de alto valor centrada en las personas incorporando la perspectiva de pacientes y cuidadores, la SEMI organiza anualmente esta jornada, que en esta edición ha analizado la actual coyuntura sanitaria y cómo ésta afecta a los pacientes más vulnerables, así como el impacto de las desigualdades por discapacidad y/o género en salud y cómo abordarlas y de qué manera afrontarlas para mejorar la salud de las personas.
Y es que el contexto que vivimos como consecuencia de la pandemia ha puesto en evidencia que «nuestro sistema debe actualizarse para afrontar desde una óptica sociosanitaria las demandas de los colectivos más vulnerables y/o con discapacidad», tal y como destacó la Dra. Arántzazu Álvarez de Arcaya, coordinadora SEMI de las Relaciones con los Pacientes y coordinadora de Medicina Hospitalista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, durante la inauguración de la jornada.
Modelos de atención integral e integradores adaptados a las necesidades de las personas
En materia de discapacidad y salud, la Dra. Álvarez de Arcaya recalcó que «las necesidades de las personas con discapacidad no se centran única y necesariamente en la enfermedad. Tenemos que debatir sobre las implicaciones clínicas, sociales, éticas y legales; sobre las diferencias en accesibilidad y en equidad en la utilización de los recursos; sobre alternativas asistenciales adaptadas a sus necesidades aprovechando el gran desarrollo tecnológico que permite la hogarización de los cuidados y, al mismo tiempo, facilita la accesibilidad al sistema y la comunicación entre los profesionales y pacientes. Ayudarles a desarrollar su proyecto vital es tarea que implica a todos los profesionales de la salud. Tenemos que hablar de una medicina de cuidar y en muchos casos, de acompañar. Este es el reto actual para todos los profesionales de la salud: desarrollar modelos de atención integral e integradores adaptados a las necesidades de las personas«.
Sobre ello se debatió en la Mesa «Discapacidad y cuidados», moderada por el Dr. Ignacio Vallejo Maroto, coordinador del Grupo de Trabajo de Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de SEMI, y que contó con participación de Alfredo de Pablos Calelle, presidente de la Asociación de Pacientes con Pluripatologías Crónicas y representante del Foro Español de Pacientes; así como del Dr. Manuel Mirón, jefe de servicio de hospitalización a domicilio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Torrejón y coordinador del grupo de trabajo Hospitalización a domicilio y Telemedicina de SEMI. También participó en la mesa el Dr. Benjamín Herreros, director del Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés de la Universidad Europea, Elena López Gutiérrez, terapeuta ocupacional y experta en Gestión de Calidad, y Pilar Villarino, directora ejecutiva del Comité Español de Representantes de Personas con discapacidad (CERMI) y secretaria del Patronato de la Fundación CERMI Mujeres.
Pilar Villarino resaltó la necesidad de lograr un «espacio sociosanitario conjunto« y recordó que «la discapacidad es muy diversa, que hay que tener en cuenta las discapacidades invisibles y la situación de las mujeres con discapacidad». En este sentido, Elena López Gutiérrez, terapeuta ocupacional, incidió en que hay que «crear estrategias adecuadas para tratar al paciente de forma integral y holística y hacer un traje a medida y no viceversa».
Por su parte, el Dr. Manuel Mirón destacó que «la hospitalización a domicilio permite optimizar recursos, pero nunca debe ir en detrimento del bienestar del paciente. La situación que más nos cuesta asimilar es la de la persona que enferma y, a causa de ello, adquiere discapacidad». Y en relación al actual contexto COVID-19, Alfredo de Pablos puso de relieve la componente individual, social y relacional de la discapacidad y a las dificultades que suponen las barreras para las personas con discapacidad y para su participación social en la vida cotidiana. Además, señaló que su situación ahora con la pandemia ha agravado su situación, afirmando que «estamos en stand by, esperando que todo esto pase».
Las mujeres constituyen el 66% de la población dependiente
Respecto a las diferencias de género, la Dra. Álvarez de Arcaya subrayó que «son una realidad sociosanitaria. Los determinantes de salud, la percepción de enfermedad, la comunicación entre los profesionales y los pacientes, y el trato profesional son factores clave que influyen en el abordaje de la enfermedad desde la perspectiva de género. Y a ello tenemos que añadir que la repercusión social de ser mujer y tener una discapacidad es claramente diferente. Como también lo es el impacto bio-psico-social de la mujer que es cuidadora, hecho todavía más importante cuando además es paciente».
Todo ello se analizó en la mesa «Género y enfermedad», moderada por la vicepresidenta segunda de la SEMI, la Dra. Juana Carretero, con participación de la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar; la Dra. Paloma Casado, subdirectora de Humanización, Bioética, Información y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; Rosa María Salazar de la Guerra, directora gerente del Hospital Guadarrama; Víctor Rodríguez Ibáñez, de la Fundación Más que Ideas, y la Dra. Asunción Gonzálvez Gasch, coordinadora SEMI del Observatorio de Igualdad.
La presidenta de la POP, Carina Escobar, destacó mención a que el 68% de las mujeres de 15 años o más tiene alguna enfermedad crónica y que las mujeres constituyen el 66% de la población dependiente, abogando en su intervención por un «modelo centrado en el paciente más preventivo y proactivo y menos reactivo». También incidió en que «las mujeres tardan casi tres años más de media en obtener un diagnóstico que los hombres». Y en relación al «Estudio del Impacto de la COVID-19 en Pers. con Enfermedad Crónica», señaló que «tres de cada cuatro mujeres, frente a uno de cada cinco hombres, indican que su salud ha empeorado como consecuencia de la pandemia por COVID-19″.
La conferencia de clausura, bajo el título «Un mundo global a través de la mirada de las mujeres turkana», corrió a cargo de la Dra. Carmen Hernández-Pérez, directora médica de la Organización Cirugía en Turkana.
Tal y como afirma Dra. Álvarez de Arcaya, foros y espacios de encuentro entre pacientes y profesionales, como la III Jornada de Pacientes SEMI, «permiten conocer cuáles son los resultados óptimos desde la perspectiva de los pacientes para adaptar los procesos asistenciales incorporando los aspectos sociales, incrementar la seguridad clínica, mejorar los resultados en salud desde la doble óptica paciente-profesional, y capacitar en las habilidades necesarias para afrontar mejor la enfermedad. Sólo así podremos conseguir una medicina centrada en las personas y para las personas«.