La pandemia de Covid-19 y las medidas de salud pública impuestas ha afectado a la asistencia prestada a los pacientes con dolor crónico, tal y como se puso de relieve en el encuentro virtual ‘Más allá del covid-19. Reflexiones para un nuevo abordaje en el manejo del dolor crónico’, organizado por BioInnova Consulting, con el apoyo de la farmacéutica Grünenthal.
En la conferencia inaugural, el director de Relaciones Institucionales, Acceso al Mercado y Precio de Grünenthal, Javier Martínez, recordó que uno de cada seis españoles sufre dolor crónico, siendo la primera causa de discapacidad, de bajas laborales y de afectación de la funcionalidad de la población, y supone un coste total, directo e indirecto, del 2,5% del PIB.
El en marco de este encuetro virtual intervinieron representantes de pacientes, clínicos y gestores que han participado en el desarrollo del ‘Documento de Posicionamiento sobre el Manejo del Dolor Crónico en tiempos de COVID-19’, un informe que se publicará este mes de enero que aúna las propuestas identificadas como resultado de un proyecto de diálogo multilateral entre representantes de asociaciones de pacientes, profesionales sanitarios expertos en el manejo del dolor y gestores sanitarios de la administración pública.
En su intervención, Alberto Pardo, subdirector general de Calidad Asistencial y Cooperación Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, destacó que la pandemia por el SARS‐CoV‐2 ha afectado, de forma importante, al abordaje de los pacientes con patologías crónicas, como es el caso de los pacientes con dolor, produciendo dificultades en su accesibilidad a los recursos asistenciales y un incremento en la utilización de las consultas no presenciales. “Esta situación hace necesaria la medición y el análisis de la situación, una vez superada la pandemia, con el fin de establecer actuaciones para la atención adecuada a estos pacientes”, afirmó.
Por su parte, Ignacio Velázquez, coordinador del Plan Andaluz de Atención a las Personas con Dolor, puso en valor el papel de la telemedicina, señalando que “la pandemia nos ha enseñado la utilidad y necesidad de la medicina telemática, que viene a suplir las carencias de la visita presencial, no a sustituirla”.
La contribución de las asociaciones de pacientes, fundamental
En su intervención, Isabel Colomina, presidenta de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AMICE), destacó la contribución de las asociaciones de pacientes. «En esta situación de pandemia, las asociaciones de pacientes jugamos un papel relevante en la ayuda del manejo de la enfermedad. Más allá del tratamiento farmacológico y seguimiento médico que corresponde a los profesionales sanitarios, nosotros ofrecemos apoyo y formación para que los pacientes puedan tener una mejor calidad de vida», destacó.
En este sentido, José Luis Baquero, director y coordinador científico del Foro Español de Pacientes, recalcó que “el empoderamiento del paciente tiene una base legal (Ley 41/2002, de 14 de noviembre), pero además se justifica en razones éticas y prácticas; y sus únicos representantes legítimos somos las organizaciones de pacientes”. Por su parte, Elisenda de la Torre, vocal de la Liga Reumatológica Española (Lire) señaló que “si el sistema quiere estar centrado en el paciente, es esencial la toma de decisiones compartidas, por lo que la utilización de la telemedicina tendrá que estar consensuada entre el sanitario y el propio paciente”.
La importancia coordinación entre todos los profesionales
Otro tema abordado en este encuentro fue la importancia coordinación entre todos los profesionales impliecado en el manejo del dolor crónico. Edelmira Córcoles, coordinadora del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), incidió en que “en la actualidad, la Covid-19 está provocando que la atención a las patologías crónicas se vea desplazada”.
“Sin embargo, no podemos olvidar que las personas que padecen este tipo de patologías y el dolor que conlleva son la gran mayoría de los pacientes y necesitan cuidados y atención de manera coordinada, pues en muchas ocasiones tienen que ser atendidos en distintos niveles asistenciales”, señala Córcoles, quien incide que esto exige “coordinación entre todos los profesionales, incluidos los farmacéuticos comunitarios, que, por nuestra proximidad, no solo conocemos la situación del paciente y su tratamiento, sino también el entorno en el que se desenvuelve y que puede condicionar su adherencia a la terapia; algo que es capital para el manejo del dolor crónico».
Por su parte, Manuela Monleón, representante de la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y de Atención Primaria (FAECAP) señaló en su intervención que “es hora de que los pacientes exijan al sistema ser cuidados por lo mejores profesionales y los más adecuados, porque los hay. Y en el caso de AP, la enfermera de familia es la más adecuada para cuidarles”. De la misma forma, Monleón cree que en las unidades de Dolor se requiere de una enfermera de práctica avanzada en dolor para afrontar las demandas de estas unidades, y por tanto, para ofrecer los mejores cuidados a las personas que sufren dolor a nivel hospitalario.