En la madrugada del 6 de enero se produjo un trágico incendio en una residencia de ancianos en Sevilla, que se saldó con la muerte de una anciana de 89 años y 21 residentes hospitalizados, cinco de ellos con pronóstico grave.
Y es que las residencias de ancianos son espacios especialmente vulnerables en caso de incendio, debido a la movilidad reducida de sus usuarios y los cuadros de enfermedades cognitivas que normalmente se ven asociados a la edad avanzada. Estas circunstancias hacen de la instalación de sistemas de protección contra incendios, elementos imprescindibles para garantizar la seguridad en residencias de mayores.
En el caso de esta residencia de ancianos de Sevilla, según fuentes de los bomberos, el fuego se originó en un cuarto junto a la lavandería, en la segunda planta del edificio. Las primeras investigaciones visuales apuntan como origen un aparato eléctrico, que junto a “algún tipo de producto químico almacenado, hizo que el fuego se propagara más rápido”.
Para tratar de evitar al máximo estas trágicas situaciones, los expertos de seguridad contra incendios de la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, TECNIFUEGO, aconsejan reforzar las medidas obligatorias recogidas en la legislación.
Algunas de las acciones elementales que hay que poner en marcha para asegurar la seguridad contra incendios de una residencia son:
- crear zonas completamente seguras en cada planta donde el fuego no llegue (sectorización)
- habilitar zonas de evacuación segura
- ignifugar los materiales (alfombras, cortinas, sillones, etc.)
- reforzar los sistemas de seguridad contra incendios exigidos por la legislación, instalando sistemas que detecten el incendio en su fase temprana, rociadores automáticos de agua y evacuación de humos que despeje pasillos y vías de escape.
Las residencias de ancianos tiene el mismo uso que los hospitales según señala el Código Técnico de la Edificación (CTE), en su denominación Uso Hospitalario. El término hospitalario es de aplicación a los edificios asistenciales sanitarios (hospitales, residencias, clínicas) que cuentan con hospitalización de 24 horas y que están ocupados por personas que en su mayoría son incapaces de cuidarse por sí mismos.
El CTE realiza una definición de los requisitos de comportamiento al fuego de los elementos constructivos y materiales, para garantizar la estabilidad y resistencia térmica del edificio. Se determina la estabilidad ante el fuego exigible a la estructura portante del edificio, y otras características de protección pasiva que faciliten el confinamiento y la evacuación segura en caso de incendio.
- Extintores portátiles
Se dispondrán extintores en número suficiente para que el recorrido real en cada planta hasta un extintor no supere los 15 m. Cada uno de los extintores tendrá una eficacia como mínimo 21A-113B. En zonas de Riesgo Especial Alto, de más de 500 m2, un extintor de carro de 25kg.
- Columna seca
Cuando la altura sea mayor de 15 m.
- Boca de Incendio Equipada (BIE)
En todo caso (BIE 25 mm). En los lugares de riesgo especial alto, BIE de 45 mm.
- Instalación de detección y alarma
En todo caso. Se dispondrán pulsadores manuales de alarma en los pasillos, zonas de circulación, zonas de tratamiento intensivo y en locales de riesgo alto. Se dispondrán detectores de humo en las zonas de hospitalización. Se dispondrán detectores adecuados al riesgo en toda zona de riesgo alto. Cuando el edificio tenga más de 100 camas deberá contar con comunicación telefónica directa con Bomberos.
Además, se exigen determinadas condiciones para la accesibilidad a los edificios de los servicios de extinción de incendios. Y se instalará al menos un hidrante exterior (aparato hidráulico para toma de agua de los bomberos) en los hospitales cuya superficie total construida es mayor de 2.000 m2.
El mantenimiento de los equipos es fundamental para garantizar su eficacia, ya que son equipos que están en reposo y solo se accionan en caso de incendio. Por ello, se deben cumplir rigurosamente las tareas de mantenimiento de todas las instalaciones y siempre deben ser realizadas por empresas especializadas y habilitadas para ello, según señala el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios, RIPCI.
La inspección periódica de las instalaciones por parte de las autoridades competentes para comprobar que todo cumple y funciona adecuadamente completarían las medidas aconsejables de seguridad contra incendios en residencias de ancianos.