Entrevista a la Dra. Nancy Babio, Dietista-Nutricionista, Presidenta del Col·legi de Dietistas-Nutricionistas (CoDiNuCat), vicepresidenta de la Sociedad Española de Dietética y Nutrición (SEDYN), responsable del Grado en Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili, e investigadora del CIBEROBN y del IISPV.
Usted es presidenta del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña. ¿Qué papel hacen los dietistas-nutricionistas en el sistema sanitario o social?
El dietista-nutricionista es un profesional con titulación universitaria, especializado en la alimentación de las personas para el cuidado de su salud (acción preventiva) y para contribuir al tratamiento de las enfermedades a través de las dietas adecuadas.
Somos una profesión comprometida con la salud pública, cumplimos una función esencial en la atención primaria para prevenir enfermedades de la población y evitar muchos de los costes que se derivan para la Administración pública.
¿Y en la atención a las personas mayores?
Actualmente, España es el país más envejecido de Europa, y las previsiones para los próximos años dicen que también será el más envejecido del mundo, superando a Japón. Por ello, es prioritario planificar políticas sanitarias adecuadas que respondan al creciente envejecimiento y que ayuden a mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario de nuestro entorno.
Es necesario, prioritario y urgente incorporar dietistas-nutricionistas en el ámbito de la atención primaria, con el fin de reducir gastos sanitarios importantes derivados de medicamentos, así como de ingresos y mayor estancia hospitalaria por complicaciones derivadas de un mal estado nutricional previo. Tenemos datos muy significativos que avalan esta afirmación. Pero no se trata sólo de la desnutrición, sino también de la obesidad, ya que contribuye también al desarrollo de otras enfermedades asociadas como la hipertensión, la diabetes y la dislipemia. Tres enfermedades que son responsables del principal gasto sanitario en medicamentos.
La buena noticia es que todas ellas, son enfermedades que se pueden prevenir y tratar mediante un abordaje dietético-nutricional, especialmente a nivel de atención primaria de la salud. Así pues, la prevención, como la incorporación de dietistas-nutricionistas en la atención primaria es una inversión en salud.
¿Cuáles son los principales problemas que tienen las personas mayores desde el punto de vista nutricional?
La desnutrición es un problema generalizado en todos los niveles de la atención sanitaria, desde la atención primaria a la especializada y con una gran incidencia en centros de atención geriátrica, que afecta a la gente mayor y a los enfermos crónicos.
Pero, actualmente, también hay un porcentaje alto de personas mayores con malnutrición, tanto por desnutrición como por obesidad. Todo esto se suma a los problemas de sarcopenia (pérdida de masa muscular) y fragilidad, que se pueden prevenir y mejorar con una alimentación saludable.
¿Cómo comen las personas mayores en Cataluña? ¿Siguen un patrón de alimentación mediterránea?
Podemos decir que, aunque la adherencia a la dieta mediterránea cada vez es menor en la población más joven, aunque es seguido por la gente mayor. Los últimos datos de la encuesta ESCA 2020 muestran que el 67% de las personas de 65 a 74 años y el 65.6% de la gente de más de 65 años siguen una dieta mediterránea, mientras que la población de 15 a 44 años la sigue en un 53,2%.
¿Qué importancia tiene la alimentación para la salud de las personas mayores? ¿Y para conseguir un envejecimiento saludable?
Conseguir un envejecimiento saludable depende de muchos factores: algunos no los podemos cambiar, como la genética que hemos heredado de nuestros padres (aunque sí modular), nuestra edad o nuestro sexo, pero buena parte de la forma cómo nos hacemos mayores depende de las decisiones que tomamos cada día. Algunas decisiones que nos pueden ayudar a disfrutar de una salud y una calidad de vida mejor es, por ejemplo, ser físicamente activos, reducir las actividades sedentarias, no fumar y seguir una alimentación frugal y adecuada. Estos pequeños cambios mantenidos en el tiempo tienen grandes efectos sobre la salud.
La desnutrición es uno de los problemas que pueden sufrir las personas mayores, sobre todo las que tienen enfermedades agudas o crónicas. ¿Qué importancia tiene en la práctica clínica diaria?
Uno de cada cuatro ingresos hospitalarios presenta desnutrición. La desnutrición aumenta la tasa de reingresos prematuros, dado que estos pacientes son proclives a las infecciones y una morbilidad mayor. Los pacientes desnutridos prolongan su estancia en el hospital el doble que un paciente normal, y su recuperación se retrasa un 50% más.
Encontramos más datos interesantes en el estudio PREDYCES (Prevalencia de la desnutrición y costes asociados en España), según el cual el coste en personas mayores con desnutrición se duplica: alcanza los 12.000 euros, frente a los 6.408 de una persona sin este problema.
En definitiva, la desnutrición es un problema generalizado en todos los niveles de la atención sanitaria. En este sentido, hago mía la afirmación de Arvid Wretlind, padre de la nutrición clínica, que dice: «La desnutrición en los pueblos del tercer mundo es un indicador de pobreza. La desnutrición en los hospitales es un signo de ignorancia». Por lo tanto, la Administración debe darse cuenta del papel clave que tenemos los dietistas-nutricionistas.
¿Aparte de la desnutrición, destacaría otros problemas de malnutrición que afecten a las personas mayores?
Hoy día, la malnutrición, tanto por defecto como por exceso, es el gran problema. Uno de cada dos españoles tiene exceso de peso. El exceso de peso asociado al envejecimiento supone un grave problema con repercusiones sociales, política y económica. Lo que es más importante es que está asociado a una reducción de la calidad de vida, un mayor grado de dependencia y un aumento de la mortalidad y las enfermedades crónicas relacionadas con la obesidad. Por ello, es prioritario desarrollar estrategias preventivas, efectivas y eficientes que afronten el problema del envejecimiento y sus efectos, y que aseguren una calidad de vida mejor a este grupo de edad, para ayudar a mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario del nuestro entorno.
¿Qué propuestas hace el CoDiNuCat para mejorar la atención nutricional de las personas mayores?
La incorporación de los dietistas-nutricionistas en el ámbito sanitario, tanto en la atención primaria como a escala hospitalaria, es la mejor inversión en salud.
Varios estudios internacionales y nacionales avalan que la incorporación de los dietistas-nutricionistas en la atención primaria ahorra costes sustanciales en medicamentos, visitas médicas e ingresos hospitalarios. En Nueva Zelanda, por cada dólar invertido en tratamiento dietético se produce un ahorro de 6,40 dólares en medicamentos y en atención hospitalaria. En pacientes con hipercolesterolemia se ha demostrado que por cada dólar invertido se produce un ahorro de cinco dólares en estatinas y otras intervenciones. En un estudio realizado en 2012, la Asociación Holandesa de Dietistas afirma que cada euro invertido en un tratamiento dietético supone un ahorro de hasta cuatro euros en otros costos de salud.
A escala nacional, tenemos el ejemplo del estudio PREDIMED (Prevención con dieta mediterránea), que ha sido un referente en el ámbito mundial y del que tengo la suerte de formar parte. Los participantes que siguieron una dieta mediterránea redujeron un 30% la probabilidad de tener un infarto o un accidente cerebrovascular o de morir por causas cardiovasculares. La intervención nutricional la han llevado a cabo dietistas-nutricionistas y ha demostrado que nunca es tarde para hacer los cambios alimentarios. Por todo ello, los dietistas-nutricionistas somos una inversión en salud.
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[…] Una de las principales conclusiones de este estudio, realizado para conocer la opinión de los especialistas médicos sobre la desnutrición en el paciente y su tratamiento, así como la importancia del tratamiento nutricional, es la importancia de realizar un cribado nutricional entre las primeras 24 o 48 horas del ingreso para poder detectar y prevenir una posible desnutrición. […]