Dejar el hogar para ingresar en una residencia de mayores es una de las decisiones más complejas a las que se puede enfrentar tanto la persona que se irá a vivir allí como las que forman parte de su entorno afectivo. Y es que elegir residencia para una persona mayor es una decisión importante y no siempre fácil, ya que son muchos y muy importantes los factores clave que deben valorarse a la hora de tomar una decisión.
A la hora de tomar una decisión desde Valdeluz Mayores se recomienda tener en cuenta tres aspectos fundamentales del centro: los servicios estructurales de los que dispone, los servicios de atención y cercanía que ofrece, y sus garantía y certificados. Así para facilitar la siempre complicada decisión de elegir una residencias Valdeluz Mayores recomienda prestar una especial atención a estas diez cuestiones:
· La ubicación como factor esencial
La ubicación es importante, pero no hay que confundirlo con la cercanía. Esta puede hacer que se elija un lugar para vivir que no es el idóneo, si este no cumple con todos los requisitos necesarios. Lo fundamental es asegurar es el fácil acceso para las visitas familiares: conexión con carreteras principales, transporte público cercano y zonas útiles cerca, desde una entidad bancaria hasta un parque, pasando por supermercados y otros servicios de ocio.
· Servicios estructurales
Estas características que debe tener una residencia hacen referencia a factores físicos, tales como el edificio, los diferentes espacios, el equipamiento, las instalaciones y los avances tecnológicos en el cuidado de los mayores.
· Medidas ante crisis sanitarias
La situación generada por la pandemia ha cambiado el paradigma de cómo elegir residencia de la tercera edad. Ahora se demanda:
- Un espacio seguro, donde las medidas de higiene estén reforzadas y haya protocolos específicos frente a cualquier emergencia.
- Una política de entradas y salidas del edificio con test PCR, toma de temperatura y normas de distanciamiento social.
- Material y protocolos óptimos para los propios trabajadores del centro.
- Especial mención a las unidades de convivencia, las cuales deben permitir controlar las crisis sanitarias por grupos de afección o riesgo.
Además, ante una crisis sanitaria, es importante conocer los planes de contingencia del centro: capacidades de sectorización y segmentación de los residentes, los acuerdos con terceros ante una necesidad de derivación hospitalaria masiva, el acceso del centro a EPIs y pruebas diagnósticas en caso de escasez o de no ser facilitadas por la administración, la capacidad y disposición a la reposición de personal ante potenciales bajas, etc.
· Alimentación equilibrada
Hay una creencia popular hacia las residencias de mayores y su “baja calidad” a la hora de responder a las necesidades nutricionales de los residentes. Por ello es importante valorar que:
- Siempre es mejor que haya cocina propia en la residencia, pues así se garantiza la máxima calidad en la preparación.
- Dieta personalizada. Y no olvides que tu ser querido tiene una necesidades y gustos diferentes a los demás. Comprueba que los menús están adaptados a cada persona, incluyendo diferentes texturas para fácil masticación.
· Tecnología al servicio del bienestar
A la hora de valorar la infraestructura de una residencia hay que valorar especialmente la implementación de las últimas innovaciones tecnológicas . Algunos de los ejemplos más específicos que pueden mostrar un modelo moderno de residencia son:
- Control de errantes. A través de sensores individualizados según patologías o posible riesgo, se puede controlar a personas con dificultades de orientación, con alta probabilidad de caídas u otras situaciones críticas.
- Habitación “conectada”. Tanto atención personalizada (con sistemas de llamada al profesional de enfermería o de registro de actividades) como en momentos de ocio (smart TV con contenido personalizado, programas de ejercicios) o más familiares (conexión por videollamada con sus seres queridos).
- Seguridad digitalizada. Aumentando la garantía de protección con puertas con control de accesos contactless y otras mejoras que garantizan la estabilidad dentro de la residencia.
- Sistemas de información centralizado, que gracias por ejemplo a la tecnología RFID y a los lectores con pantalla ubicados en la entrada de las habitaciones, permiten el seguimiento de la actividad de residentes y personal.
· Servicios especializados
Hay tres clases principales de residencias. En el primero están las personas con bastante independencia, que no necesitan cuidados de terceras personas. En el segundo nivel se encuentran residencias que ya incorporan servicios de hostelería, atención y cuidado. El tercer nivel serían centros que, con la segmentación adecuada de espacios y entornos, puedan garantizar el máximo nivel de servicio a personas mayores afectadas de patologías o síndromes de difícil abordaje, que requieren mayor grado de atención y mayor especialización de los recursos empleados. En este sentido, estos servicios especializados en este tercer nivel deberían ofrecer:
- Cobertura de servicio sanitario: ¿hay enfermería 24 x7?, ¿hay supervisión médica en fines de semana?
- Una gran especialización en servicios sanitarios, con profesionales y especialistas (médicos, enfermeros, terapistas ocupacionales, fisioterapeutas, entre otros)
- Dotación y tecnología médica para que, en el día a día, se minimicen las derivaciones a un hospital: ¿cómo es la enfermería?, ¿hay dotaciones de oxígeno y vacío en alguna zona?
- ¿Hay una unidad especialmente dedicada al cuidado de personas con enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Demencia, Parkinson, Esclerosis Múltiple)?
· Servicios de atención y cercanía
Además que contar con tecnología e infraestructuras eficaces, también es importante que las personas mayores se sientan arropadas y cercanas, con un equipo cercano, comprometido y con calidad de cuidados. Estas características hacen de una residencia un verdadero «hogar».
· Actividades para fomentar el bienestar
Cada persona mayor tiene unos gustos particulares, unos hobbies específicos y hasta un horario totalmente personal. Se debe buscar una residencia que se adapte a él, no lo contrario, y que ofrezca:
- Un programa de ocio, desde salidas culturales hasta juegos de mesa en el salón, todas pensadas para cada residente.
- Momentos para el ejercicio físico, así como las posibilidades para hacerlo: zonas de actividad tanto interior como exterior, jardines para dar paseos o relajarse…
- Actividades para garantizar el bienestar emocional. Si vas a elegir una residencia de la tercera edad querrás que tus seres queridos se encuentren bien tanto por fuera como por dentro. La estimulación cognitiva, las salas multisensoriales y el envejecimiento activo son algo a considerar.
· Comunicación con los familiares
Pese a que la situación actual puede ser compleja, en la residencia elegida debe haber mecanismos para que lo familiares puedan saber en cualquier momento cómo se encuentran los residentes.
- Comunicación cercana con los familiares, los horarios de visitas (en situaciones normales) suficientemente flexibles, o de atención telefónica, dan también una idea de lo empático de la organización de la residencia.
- Comunicación especializada, con informes semanales profesionales sobre el estado de los residentes; así también se puede conocer su evolución psicológica, médica, social…
· Garantías del centro
En este último punto a la hora de elegir residencia de mayores, se debe prestar atención a factores que nos garantizan el “buen hacer”, ya sea desde la propia institución como desde el reconocimiento de otros organismos oficiales.