Consciente de que mantener una buena calidad de aire en espacios cerrados es fundamental para evitar la expansión de aerosoles del coronavirus, Sanotec, empresa española especializada en tecnología de prevención para crear espacios seguros, ha desarrollado un pequeño dispositivo low-cost fabricado en España y homologado para medir y controlar el nivel de CO2 en el aire de espacios como residencias, clínicas, colegios, hoteles…
Las partículas contaminantes que se transportan por el aire son, sobre todo, CO2 resultado de la respiración de las personas. Midiendo estos niveles se controla la transmisión de los aerosoles, partículas que se exhalan al respirar, toser o hablar, y que son la vía de contagio principal del Covid-19, según el Ministerio de Sanidad y Organización Mundial de la Salud.
Ya antes de la pandemia la comunidad científica había estudiado la gran importancia de controlar los niveles de CO2 en espacios cerrados por su factor perjudicial para la salud. Por ejemplo, un nivel alto de CO2 en un entorno cerrado sin una correcta ventilación puede causar cansancio, dolor de cabeza, peor concentración, favorece la transmisión de enfermedades, el deterioro cognitivo e, incluso, un empeoramiento en síntomas en personas con alguna dolencia pulmonar.
El medidor de CO2 presentado por Sanotec, denominado “SaniCO2- Air Guardian”, permite comprobar el nivel de peligrosidad de los espacios cerrados con mala ventilación y sirve de “guía” para decidir cuándo se debe ventilar el espacio (abriendo ventanas, puertas, conectando purificadores, etc.), y cuando los niveles hayan bajado dejar de ventilar, aumentando el confort climático.
Para ello emplea la tecnología NDIR, que mediante un sensor espectroscópico mide la concentración de dióxido de carbono, temperatura y humedad en el ambiente. “SaniCO2- Air Guardian”, un dispositivo portátil con forma de pequeño cubo, muestra los niveles en una pantalla pero también cambia de color como un semáforo (verde, amarillo y rojo), según la calidad del aire.
Y es que a mayor concentración de CO2, peor calidad de aire y mayor riesgo de contagio. Así, una concentración menor de 800 ppm (Partes Por Millón) se considera adecuada, aunque lo ideal es que ronde las 500 ppm. Al superar los 800 ppm salta la alerta por deficiente ventilación, esto conlleva riesgo de permanencia de virus en el aire dentro de la estancia, aumentando el riesgo de transmisión.
Dispone de conexión WIFI para conectarse a smartphones o monitores, permitiendo que los datos se visualicen en una gran pantalla. A través de una aplicación de móvil muy fácil de usar, desarrollada con la empresa de software Zataca Systems, se registran los niveles de dióxido de carbono según espacios, por horas y fechas. También permite ver mediciones en tiempo real de toda la red de dispositivos conectados y controlar si alguno está superando el límite recomendado. Algo muy útil en lugares con muchos los espacios a controlar, por ejemplo las diferentes aulas de un colegio.
Reducir riesgo de contagio y propagación de virus, bacterias y alérgenos
Se trata de una tecnología innovadora, eficaz y recomendada por el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) en la lucha contra SARS-COV2. Y conscientes de la importancia de estos aparatos, Sanotec solo vende dispositivos certificados y homologados. Tal y como afirman desde esta compañía, estos medidores de CO2 económicos «no son una moda, han venido para quedarse por su eficacia para reducir riesgo de contagio y propagación de virus, bacterias y alérgenos que se transmiten por el aire. Sin embargo, el uso de estos productos no exime a nadie de cumplir con las medidas de seguridad establecidas en toda España de control de aforos, distanciamiento social, uso de mascarillas y la ventilación».
Recientemente, el Consejo General de Ingeniería Técnica Industrial de España ha comunicado al Ministerio de Educación y Formación Profesional, que en la actual situación es muy importante medir el Dióxido de Carbono (CO2) en las aulas y analizar la calidad del aire interior en los centros educativos con el fin de minimizar la propagación del Covid-19 a lo largo de curso y en un futuro.
En algunas comunidades autónomas ya es obligatorio el uso de estos dispositivos, por ejemplo en Baleares, y en otras se está estudiando su obligación para determinados sectores como educación y hostelería. Pudiendo en un futuro suponer sanciones o problemas a la hora de obtener licencias de apertura o actividad.