La Unión democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP) se suma al Día Internacional de la Mujer para visibilizar los derechos de las mujeres mayores, denunciando que las desigualdades y dificultades añadidas a las que se tienen que enfrentar día tras día las mujeres (salarios más bajos, problemas de conciliación, dificultades de promoción, etc.) se agravan con la edad.
Y es que, tal y como advierten desde UDP, «hacerse mayor» tiene un significado diferente para mujeres y hombres, ya que las mujeres mayores deben hacer frente a una doble discriminación: por edad y género. Por ello, alcanzar la igualdad de género pasa por empoderar a las mujeres mayores, una tarea que se debe alcanzar de manera transversal. Y para lograrlo UDP señala la necesidad de:
- Romper los falsos estereotipos y roles impuestos a las mujeres durante la vejez.
- Participación y escucha de las mujeres mayores, sobre cómo quieren envejecer, dónde y con quien.
- Contar y dar voz a las mujeres mayores en entornos rurales, donde la falta de accesibilidad les aboca al aislamiento social y a la soledad no deseada.
- Denunciar públicamente la violencia de género y fomentar estrategias y políticas de envejecimiento activo, salud, prevención de género y atención a personas mayores, en la que la igualdad de género sea transversal.
- Mejorar los derechos de las mujeres en todas las etapas de su vida, sin olvidarlas e invisibilizarlas durante la vejez, para no dejar a ninguna atrás. Para acompañarlas, sin paternalismos, y defender unos derechos que no se acaban por el simple hecho de cumplir años.
- Implementar un nuevo modelo de cuidado que supere el papel tradicional de la familia y básicamente de la mujer como cuidadora y que apueste por la igualdad de género en los cuidados.
La Unión democrática de Pensionistas y Jubilados de España señala que los efectos de la pandemia de la Covid-19 podrían revertir los avances y logros en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres. La crisis del coronavirus agrava las desigualdades existentes para las mujeres, desde la salud y la economía, hasta la seguridad y la protección social.
Acabar con la brecha de género, también en las pensiones
«Son muchas las mujeres que han estado en primera línea de la pandemia, como trabajadoras esenciales en estos tiempos de Covid-19, sobre todo relacionadas con la salud, los cuidados y con la atención directa a personas mayores (sanitarias, cuidadoras, profesionales de atención a domicilio y personal de residencias y centros de día) cuya economía es precaria. Una situación que si no cambia, las convertirá en futuras pensionistas precarias», indican desde UDP.
Para evitarlo, desde esta entidad se aboga por acabar con la brecha de género en las pensiones, señalando que «nuestros representantes políticos también tienen que apostar por la eliminación de la brecha salarial entre hombres y mujeres durante su etapa laboral. Pero también por adoptar más medidas de conciliación profesional y laboral, porque todo ello, sin duda, supondrán una mejora y avance en las pensiones de las futuras pensionistas».
En este sentido, desde UDP se reclama acabar con la desigualdad de género en las pensiones, mejorar las pensiones de invalidez y viudedad, igualar las pensiones más bajas al salario mínimo, la no penalización de la jubilación, tras 40 años cotizados. Y todo ello, blindando las pensiones públicas en nuestra constitución como derecho fundamental. A ello hay que añadir que, «la privatización de las pensiones perjudica y golpea a los colectivos de personas con mayor precariedad económica, y más en una situación como la que estamos viviendo del coronavirus. Personas autónomas, personas en situación de dependencia, personas con jubilaciones anticipadas de ERES y mujeres».
Invisibilidad del trabajo doméstico y del cuidado de familiares
Por lo que respecta al tiempo dedicado al trabajo remunerado y no remunerado, a juicio de UDP queda patente la invisibilidad del trabajo doméstico y del cuidado de familiares (personas en situación de dependencia o de discapacidad, nietos y nietas, etc.), mayoritariamente realizado por las mujeres. Se tiende a subestimar la contribución y la puesta en valor de su tiempo y dedicación al bienestar de la población.
Para romper con la feminización de los cuidados, UDP advierte que hay que seguir educando y formando a jóvenes y adultos en valores de igualdad, eliminando los estereotipos y edadismo que rodean al colectivo de las personas mayores. «Las mujeres mayores no son todas iguales. Ni todas las mujeres mayores necesitan cuidados, ni todas quieren ser cuidadas, ni tampoco ser cuidadoras», indican desde esta asociación, recalcando que «creemos firmemente que reconocer las aportaciones de las mujeres mayores en nuestra sociedad es una oportunidad que debe ser aprovechada para el desarrollo de su vida activa, para proporcionarles una mayor seguridad y un pleno ejercicio de sus derechos».
Con el compromiso de la mejora de la calidad de vida de todas las personas –especialmente de las personas mayores– y la responsabilidad firme de lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres, especialmente a las mujeres mayores, todos los programas realizados por UDP incluyen la perspectiva de género como un pilar fundamental para el empoderamiento y participación activa de las mujeres dentro del colectivo de personas mayores y están alineados a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, contribuyendo al objetivo 5 (igualdad de género), así como al resto de objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
En este sentido, y enmarcada en la celebración del Día de la Mujer, desde UDP se ha lanzado una encuesta para conocer la opinión de todas las personas que forman parte de la Organización, con respecto a los avances en igualdad y cómo se plasman en el día a día de las entidades y asociaciones que la conforman.
Como indican desde esta entidad, todavía queda mucho por avanzar. «Hoy, mañana y siempre, debemos exigir el reconocimiento de todas las mujeres, y en especial, el de las mujeres mayores, de todas aquellas que dedican su tiempo a los demás, de las que nunca tienen vacaciones ni días libres, y cambiar los estereotipos y los roles impuestos negativamente a la mujer mayor. Todo lo que sea un retroceso es una pérdida de derechos para la mujer. Un motivo más para seguir caminando y avanzando hacia una sociedad más igualitaria, inclusiva, libre de machismo y edadismo«, señalan.