La Universidad Valencia y la Universidad de Santiago de Compostela con la colaboración de la Asociación Galega do Sector da Dependencia (AGASEDE) están realizando un importante estudio (RESICOVID) para conocer los efectos del confinamiento y sus consecuencias en las personas que viven en las residencias y los profesionales.

En la investigación se ha detectado un fuerte impacto psicológico producido por la pandemia en los trabajadores de dichos centros. Si los centros gerontológicos son, ya de por sí, contextos complejos en los que la presión asistencial y la carga psicológica de atención a las personas dependientes se asocian con un riesgo de estrés laboral y el Síndrome de Quemarse por el trabajo (SQT) o Burnout, en el momento actual de pandemia, los centros gerontológicos, y concretamente las residencias, fueron los focos de contagios más importantes, tanto de transmisión por habitante por el contexto habitacional cerrado, como de la mortalidad dada la fragilidad de las personas mayores.

La pandemia ha supuesto una mayor carga psicológica de los profesionales de los centros, tanto en su desempeño con las personas residentes como en su vida personal, familiar y social

Este hecho ha provocado que se llevaran a cabo medidas sanitarias más estrictas y confinamientos más largos, un incremento de las tareas y la carga de trabajo, tanto en el personal de atención directa como en el personal técnico de la gerencia de los centros, mayor carga psicológica de los profesionales de los centros, tanto en su desempeño con las personas residentes como en su vida personal, familiar y social.

Estos factores, a los que se añade la presencia prolongada en el tiempo de los mencionados estresores, hizo que el riesgo de SQT en el personal de los centros gerontológicos se convirtiera en uno de los principales temas de investigación y una de las mayores preocupaciones de los agentes del sector gerontológico en los últimos meses.

El SQT es una alteración del estado del ánimo, una disforia derivada de la actividad laboral que si no se trata y se mantiene en el tiempo puede ocasionar problemas de salud más graves, como la depresión. Está claro que esta pandemia que empezó ya hace un año produce desgaste psíquico, esto es, agotamiento emocional y físico debido a que en el trabajo se tiene que tratar a diario con personas que tienen problemas, enfermedades y necesitan ayuda y atención continuada. La mayor parte de las personas que viven en residencias tienen alguna situación de dependencia.

En el estudio RESICOVID-PROF (en curso) se analizan diferentes variables que ponen de manifiesto que un elevado número de profesionales presentan síntomas compatibles con cuadros de ansiedad, irritabilidad o temor a lo que puede suceder, etc. También se manifiestan problemas relacionados con insomnio, dificultad de concentración, síntomas somáticos musculares, síntomas gastrointestinales, entre otros.

Sin duda, esta etapa que estamos viviendo no pasa indiferente a nadie y debemos ser conscientes de que los profesionales de los centros son la base para que se pueda llevar a cabo una atención de calidad a las personas mayores. Este estudio sobre el Burnout ya cuenta con una muestra de más de 500 trabajadores de centros residenciales de Galicia y la Comunidad Valenciana. Los profesionales que quieran participar pueden hacerlo cubriendo un cuestionario disponible en: https://www.agasede.es/artigo/burn-outimpacto-de-la-pandemia-en-los-profesionales-de-centros-residenciales/