Un artículo de Graciela Lahuerta, Especialista en Psicogerontología
La pandemia Covid-19 vino a quedarse por una larga temporada, y nos sorprendió en nuestra vida cotidiana, en nuestros planes a corto, mediano y largo plazo y en nuestro esquema conceptual referencial operatorio. Es decir, comenzamos a replantearnos aquello que creíamos y que nos sostuvo a través del tiempo. Y sin embargo, algo tuvo continuidad.
En un Siglo XX que finalizó caracterizándose por su inclinación al individualismo, la pandemia vino a interpelar la necesaria acción conjunta, cooperativa y comunitaria en algo tan esencial como el cuidado de la vida y la salud. Lo vincular tomó protagonismo justamente cuando ya se instalaba en un sector de los ciudadanos, el sálvese quien pueda. Superar esta pandemia es un trabajo conjunto. El cuidarse es por uno y por todos. El riesgo de contagio es para todos, si bien los sectores con más recursos económicos y conciencia están menos expuestos.
Profesionalmente trabajo con personas mayores (PM). Yo misma soy una PM. Durante el 2020 estuve, y sigo estando hoy, desde diferentes lugares, acompañando a las PM en este tránsito por el Covid-19. Mi intervención está focalizada en la salud mental y el aprendizaje. He estado y estoy en contacto con muy diferentes vejeces. A todos ellos les agradezco los inmensos aportes que han hecho, también en esta era de pandemia, y que me han enriquecido en la variabilidad de ver la vida, su esencia y la vejez.
En el presente artículo tomaré anécdotas y frases de las PM con quienes tuve oportunidad de trabajar en el año 2020 en diferentes momentos de la pandemia. Quisiera aclarar que la gran mayoría pertenece a un sector socioeconómico de clase media. En ellos se reflejan aprendizajes que han atravesado muchas veces con dolor, cuestionamiento, reflexión, rabia, amor y a veces también humor. Como consecuencia se transformaron y/o pudieron transformar su realidad. Es decir, muchos pudieron conservar un distanciamiento sanitario, pero permanecieron comunicados.
En mi país, cada vez son más las PM que desean aprender en una institución privada o pública. En una investigación realizada por la UCA en el marco del programa Barómetro de la Deuda Social con Personas Mayores, 2.000.000 de PM declaraban querer estudiar y 600.000 PM estudiaron en el año 2018. Disponible en UCA On line.[1]
Las diferentes instituciones de educación con PM han actuado durante la pandemia en 2020 como sostén, contención, promoción de lazos sociales y también asistencia en forma virtual o remota, e inclusive presencial. Ellas y las PM pudieron continuar con sus objetivos de educación adecuando los programas a la tecnología con que contaban y al grado de conocimiento/desconocimiento y equipamiento que tenían las PM y las instituciones. En general primó la necesidad de continuar comunicados.
Por ejemplo, el centro de talleres con PM Centro Honrar la Vida[2] cuyos cursos y talleres eran todos presenciales, al declararse la cuarentena, se comunicaron por grupos de WhatsApp y abrieron un espacio dentro del programa de radio, con el que ya contaban, para recibir consultas, comentarios, preocupaciones, dudas, etc. especialmente por la pandemia. A partir de ellos los conductores del programa, también PM, invitaban a especialistas que pudiesen ayudar a pensar los grandes interrogantes planteados por los oyentes. Como el programa de radio había sido levantado del espacio con que contaban, continuaron realizándolo a través de You Tube. Disponible en HONRAR LA VIDA On line[3]. Además, los difundieron por WhatsApp. Hubo aprendizaje en adaptarse a estas nuevas circunstancias no solo de Covid, sino a la pérdida que habían sufrido de un espacio propio y las cuestiones tecnológicas que se convirtieron en límite. Pero las PM no permitieron que fuesen limitantes. Se habilitó un espacio en el cual las PM podían expresar su malestar:
“La cuarentena nos está deshumanizando. Me responsabilizan por la enfermedad, nos invisibilizan. Necesitamos tener alguien que nos escuche”
“Necesitamos hablar de los sentimientos”
“Yo al principio callé, pero es cierto lo que comentan mis compañeras.. necesitamos decir y decidir”
Dos oyentes PM de la radio hacían estos comentarios a 45 días de la declaración de emergencia sanitaria en cuarentena estricta. Las PM, pasaron a ser visibles. En un comienzo surgieron actitudes y medidas paternalistas, hasta autoritarias en algunos casos, señalando a este sector etario como el más vulnerable y consecuentemente al que se le prohibía salir. Debía permanecer aislado. Nuevamente se hizo una mostración de los grandes prejuicios a cerca del envejecer y se consideró a las PM pura biología perdiendo de vista que somos sujetos bio-psico-social-cultural con derechos y una trayectoria en la cual aprendimos a ser resilientes.
A lo largo de nuestro tránsito vital hemos atravesado hechos adversos, cuando no traumáticos o con valor traumático, lo cual, en la mayoría de los casos, dicho en criollo, nos fogueó. Las PM, se hicieron oír, y reclamaron sus derechos de ser mirados como sujetos, de opinar y hablar también en pandemia. Declararon su autonomía en el cuidado y, de hecho, demostraron cuidarse más que los jóvenes en la adopción de las medidas de prevención. También hubo aprendizaje cuando pudieron repensar a partir de las opiniones de pares, y cuando expresaron su posicionamiento solidario y comunitario.
“Nuestro objetivo es postergar parte de nuestra libertad en favor de la salud de todos”
Y surgían reflexiones a cerca de la vida a consecuencia de la pandemia. Comenzando por análisis existenciales que luego llevaban a las vivencias personales.
“Cómo influye el miedo en nuestra vida”
……”la incertidumbre…. ¿volverá la normalidad?”
A partir de estos pensamientos comenzaban los aportes a lo largo de diferentes emisiones de radio, en cuanto a que muchas cosas en la vida hacemos aún con miedo. Y que no hay certeza en la vida. Y comenzaba un recorrido….. Qué cuestiones tratamos de desarmar para comprender a qué le tenemos miedo, y si tenemos certezas, qué variables podemos asegurar, las decisiones que se pueden tomar y las elecciones que se pueden hacer.
En ese momento, había mucha desinformación y desconocimiento. Circulaban, aún ocurre, muchas noticias falsas y empezábamos a comprender la gravedad de este evento disruptivo. La mayoría de esas noticias auguraban un futuro mucho más negro que el que vivimos. Las PM consideraban que estábamos atravesando una realidad en la cual lo que sí podían transformar era a ellos mismos.
“No podemos modificar las cosas como están, pero quizá podamos aprender a armarnos con un poco de optimismo.”
“Sufrimos de analfabetismo informático. Pero ahora sí me interesa aprender. Y en cuanto a todo lo que circula, dosifico las noticias. A mí no me molesta estar adentro, pero comunicada”
Muchas PM tomaron cursos a distancia para aprender los recursos tecnológicos con que contamos. Inclusive comenzaron a preguntarse por las estrategias necesarias para discriminar falso o verdadero dentro del espectro de la información digitalizada. Y, además, comenzaron a abrir su abanico de posibilidades. Antes de la pandemia, aquellos que asistían a cursos/talleres buscaban lugares de capacitación dentro de la cercanía de sus hogares. Hoy se inscriben en aquellos que les interesan sin importar las distancias debido a la digitalización de los cursos/talleres, aunque prefieren hacerlo junto con sus afectos. Esto les favorece conocer otras culturas, costumbres, etc. Con lo cual se enriquece el aprendizaje, se agrega un plus.
Una docente del programa universitario UniTE[4] con PM decidió continuar dando clases también a través de WhatsApp con su grupo de alumnos. La mayoría de sus alumnos (67 en total) no contaba con el equipamiento ni el conocimiento para realizar encuentros a distancia. Una de las clases de dos horas reloj, a la que fui invitada a dar, transcurrió entre los aportes de las PM como respuesta a mi consigna para pensar, mi análisis y devolución construidos en red, y sus síntesis como conclusiones y el cierre. El desarrollo de la clase partía del análisis de un párrafo de una escritora conocida que hablaba de su propia vejez. Estos fueron algunos de los comentarios que hicieron las PM.
“La vejez…. Se trata de adaptarnos…. Pero no pasivamente… Siempre tengo algo que aprender” …
“Quizá me faltó aclarar que hasta ayer fui invencible, sin embargo, tiemblo al viento como un celofán”
Quiero aclarar que este tema, la toma de conciencia de la actitud omnipotente, está presente en muchas de las PM con quienes trabajo. Es decir, también a partir de la pandemia, hay autocuestionamiento relativizando “el poderlo todo”. Y se transitan caminos para deconstruir rigidez, y construir flexibilidad[5] (Zarebski,2019). Atravesar la pandemia promovió el encuentro en la adversidad, a pesar del aislamiento, y allí la semejanza con los otros.
“Quien no sabe negar, no sabe reinar”
“A mí me costó años decir que no”
Estas expresiones expresan el aprendizaje cuando se toma conciencia de los límites propios. En muchas PM se abrió un camino hacia la autoindagación: qué sí quieren, qué no quieren, por qué no pueden decir que no. ¿A qué le temen?
“Lo principal es aceptar las limitaciones físicas y poner las energías en las cosas que sí podemos hacer. No estar lamentándonos por esas limitaciones sino adaptarse a ellas”
“Que la muerte nos sorprenda viviendo aún en Covid”
Éstas fueron ideas que estuvieron presentes en todo momento. La vida y la muerte. Hubo un equilibrio entre la noción de finitud y la posibilidad de desarrollo. La muerte se hizo presente y facilitó que se tuviese una posición anticipada frente a la finitud.
“Hay que hacer las ganas”
La intervención en el campo de las PM promoviendo la reflexión y el pensamiento crítico agregó y agrega un plus al tránsito por la pandemia. Promueve aprendizaje. Hay algo más por detrás de lo visible que es expresión de lo extra temporal. Se enriquece el campo representacional y surgen vitales interrogantes que favorecen la complejización del ser y/o hacer. En definitiva, agrega vida.
En la investigación internacional REDIP-COVID donde participamos 8 países latinoamericanos[6], frente a una de las preguntas a completar estas fueron las ideas que mayor cantidad de respuestas tuvo.
“Durante la cuarentena he podido reflexionar acerca de: …. la importancia de la vida, de la familia, los vínculos”… [7]
(Montero-López Lena et. al 2020)
Es posible inferir que en la cuarentena hubo una búsqueda de sentido que profundiza la mirada de lo previamente conceptualizado, el posicionamiento y el auto-cuestionamiento[8] que están motorizados por el pulso vital.[9] (Zarebski, Marconi 2017) Es decir, pareciera ser que, en diferentes culturas, con diferentes realidades sociales, las PM frente a la amenaza de la muerte, se han involucrado subjetivamente en nuevos aprendizajes que favorecen una complejización de sus saberes previos…
Ahora bien, también se han detectado PM vulnerables que se han quedado con un padecimiento imposible de transformar o transformarse desde algún posicionamiento enriquecedor. Vuelvo a aclarar que me refiero a este grupo socio-económico que podemos enmarcar dentro de una clase media. Cuando me refiero a PM vulnerables no me refiero al condicionamiento biológico, sino a una personalidad rígida enmarcada por factores psíquicos de vulnerabilidad. Éstos implican una limitación de posibles nuevos aprendizajes que faciliten la adaptación y construcción de resiliencia[10] (Lahuerta, 2019).
El impacto del hecho no moviliza esquemas previos, y se cristalizan mecanismos que yo llamaría burocráticos por su efecto controlador y a veces sin sentido. Allí hay un salto cualitativo imposible y un sujeto empobrecido sometido a circunstancias muy adversas con valor de impacto traumático. En los contactos que he tenido éste fue el caso de aquellos que no contaban con una red de sostén con percepción de apego seguro[11] (Fonagy, 1999). Muchos de ellos se quejaban de la soledad. No solo estaban solos, también se sentían solos. Consideremos que depende de en qué momento de la vida estaban las PM previo a la pandemia y de cómo eran, el modo en que la enfrentaron. Algo tuvo continuidad.
Aquellos que no dominaban las herramientas tecnológicas antes de la pandemia, tuvieron más obstáculos para continuar comunicados. Pero no fue determinante, dependió de su flexibilidad personal que pudiesen solicitar ayuda, descubrir y construir un camino creativo que les permitiese un aislamiento sanitario en vez de quedar en una encerrona social y afectiva.
El título del presente artículo aborda el Covid19 y las PM: consecuencias y aprendizajes. Quisiera detenerme en un último lugar, pero no definitivo…
Las PM tuvieron protagonismo. Reclamaron con su voz, sus deseos y derechos. La sociedad vio el envejecer como un lugar vital y protagonista diferente a aquel que se pretendió direccionar. Tuvieron un efecto educativo para aquellos que quisieron ver y oír. Mostraron su rebelión, militaron su opinión. Declamaron sus cuidados, los exigieron en la calle, en los medios de comunicación y en las redes. Las vejeces se mostraron como un lugar a no temer. Las PM no quedaron por fuera de la trama social marginados, se expresaron oponiéndose a una mirada biologista, lineal y prejuiciosa que condena la vejez. Aportaron complejidad.
Recién en las últimas décadas, el giro epistemológico hacia la complejidad ha permitido que comenzáramos a dar cuenta de la multidimensionalidad que se abre cuando pasamos de las metáforas mecánicas al pensamiento complejo, que toma en cuenta las interacciones dinámicas y las transformaciones…[12](Najmanovich, 2001, p 109-111).
A lo largo del presente artículo he transcripto solo algunas de las muchas experiencias y decires de las PM con las que trabajé en el 2020. Se hace compleja la selección porque todas se dan dentro de un contexto necesario de relatar. Es un recorte del pasado y resulta incierto pensar el desarrollo futuro posible de los acontecimientos en tanto Covid-19 y post Covid-19. Se abren muchos interrogantes y a su vez, podemos pensar en lo transcurrido y afirmar que, en un gran sector de la población mayor, nuevamente se ha compensado la vulnerabilidad biológica y sanitaria con aprendizajes que demostraron una vinculación afectiva y social complejizando las subjetividades en evidente tránsito vital.
Para finalizar quiero despedirme con el aporte hecho en cuarentena por una de las personas mayores..
“Vos y todos los que nos bien acompañan son nuestro cómplice”…
Fue el comentario al poema que les leí en el programa de radio que sintetiza con tan bellas imágenes al…..“tutor de resiliencia que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma”…… (Fonagy, 1999)
Cómplice[13] (Benedetti, 1920)
«Todos necesitamos alguna vez un cómplice
alguien que nos ayude a usar el corazón
que nos espere ufano en los viejos desvanes
que desnude el pasado y desarme el dolor
prodigioso / sencillo / dueño de su silencio
alguien que esté en el barrio donde nacimos o
que por lo menos cargue nuestros remordimientos
hasta que la conciencia nos cuelgue su perdón
cómplice del trasmundo nos defiende del mundo
del sablazo del rayo y las llamas del sol
todos necesitamos alguna vez un cómplice
alguien que nos ayude a usar el corazón»
[1] http://uca.edu.ar/es/observatorio-de-la-deuda-social-argentina/barometro-de-la-deuda-social-con-las-personas-mayores
[2] Centro Honrar la Vida. Lomas de Zamora. https://www.facebook.com/Centro-Honrar-la-Vida-Lomas-de-Zamora-616925865094435/
[3] Radio Centro Honrar la Vida. https://youtu.be/IUprlqg_hHw
[4] Programa UniTE. UNLZ. https://www.sociales.unlz.edu.ar/index.php/unite/
[5] Zarebski G. (2019) Editora. La identidad flexible como factor protector en el curso de la vida. Ed. UMAI Universidad Maimónides Buenos Aires
[6]Montero López-Lena et al.(2020) Proyecto de Investigación internacional de REDIP -COVID –En prensa: Experiencias psicosociales de la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 65 años en países latinoamericanos: Estudio psicogerontológico. UNAM México
[7] Montero-López Lena, M.; Zarebski, G.; Corte, B.; Guidotti, C.; Heredia, D.; Kabanchik, A.; Rivas, M. (2020). Cuestionario REDIP-COVID19. Documento interno. En Proyecto de Investigación internacional de REDIP -COVID – En prensa
[8] Las diez dimensiones de factores personales protectores que indican identidad flexible son: 1. Disposición al Cambio. 2. Capacidad de Auto-indagación, Reflexión y Espera. 3. Auto-cuestionamiento. 4. Riqueza Psíquica y Creatividad. 5. Auto-cuidado y Autovalidez. 6. Pérdidas, Vacíos y Compensación con Ganancias. 7. Diversificación de Vínculos e Intereses. 8. Vínculos Inter-generacionales. 9. Posición Anticipada Respecto a la Propia Vejez. 10. Posición Anticipada Respecto a la Finitud.
[9] Zarebski, G. Marconi, A. (2017). Inventario de Factores Psíquicos Protectores en el Envejecimiento. (FAPPREN). Editorial Académica Española. http://psicogerontologia.maimonides.edu
[10] Lahuerta, G. (2019) La teoría de la identidad flexible y los factores protectores- Un camino de ida y vuelta en espacios de educación y aprendizaje con adultos mayores. En La identidad flexible como factor protector en el curso de la vida. Editora Graciela Zarebski. UMAI Universidad Maimónides Buenos Aires
[11] Fonagy, P. (1999) Persistencias transgeneracionalesdel apego: una nueva teoría. Revista Aperturas Psicoanalíticas. N° III. www.aperturas.org
[12] Najmanovich, D. (2001) Pensar la subjetividad-complejidad, vínculos y emergencia. En Revista: Utopía y Praxis Latinoamericana. Universidad de Zulia, septiembre 6,14. Maracaibo Venezuela.
[13] Benedetti, M. (1920) Cómplice en Adioses y bienvenidas: 84 poemas y 80 haikus. Paso de los Toros, Uruguay.
Sobre la autora
Graciela Lahuerta. Psicopedagoga (UNLZ). Especialista en Psicogerontología (UMAI). Exprofesora titular de grado de UNLZ. Docente de las Carreras de Posgrado de UMAI: Especialización y Maestría en Psicogerontología a/d y presencial, y Gerontología Social presencial. Cofundadora del Programa UniTE de la UNLZ. Colaboradora con el Centro Honrar la Vida- Lomas de Zamora. Coordinadora de grupos de reflexión con PM. Miembro del equipo interdisciplinario Mayores Activos de la UMAI. Autora de diversas publicaciones.
e-mail: gralahuerta@nullgmail.com