La Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados ha aprobado, por unanimidad, una proposición no de ley (PNL) presentada por el Grupo Plural para la inclusión de la Podología en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.
La proposición presentada por el Grupo Plural, en mayo de 2020, pedía al Congreso de los Diputados que instase al Gobierno a «ampliar la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud para incorporar los servicios podológicos, incluyendo especialmente y en un breve plazo, la podología en atención primaria y especializada y el cuidado del pie geriátrico, del pie infantil y del pie diabético».
Esta proposición se ha aprobado finalmente con una enmienda transaccional para recoger las inquietudes de PP y PSOE de que dicha inclusión se haga tras los informes del Ministerio de Sanidad y con la aprobación final en el Consejo Interterritorial de Salud en el que están el Ministerio de Sanidad y las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas.
Tal y como destaca la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP), Elena Carrascosa, esta medida supone un «importante paso adelante» para las aspiraciones de esta profesión que agrupa a 7.500 podólogas y podólogos. Según Carrascosa, «es muy importante seguir trabajando para que se lleve a la práctica de la manera más eficaz posible».
En los últimos años, desde el CGCOP ha trabajado intensamente para lograr que el Congreso diese luz verde a la inclusión de la Podología en la Sanidad Pública. De hecho, la PNL que acaba de aprobarse llevaba desde mayo esperando para ser debatida, pero la Covid-19 ha retrasado su tramitación. Lo más positivo, según la presidenta del Consejo General de Colegios de Podólogos, ha sido la unanimidad de todos los grupos en su aprobación y que en el Congreso se ha hablado de la Podología y han sido oídos y respaldados los argumentos trasladados por el CGCOP a los grupos. En los últimos meses, el Consejo de Podólogos ha realizado una campaña de recogida de firmas en defensa de la incorporación de la Podología a la sanidad pública, que aún sigue abierta, y que ha recabado ya casi 100.000 adhesiones.
En todo caso, este es un avance importante, pero es solo la continuación de un proceso que se inició con el debate de proposiciones similares a la hoy aprobada en varias cámaras autonómicas, en algunos casos respaldadas también por unanimidad. En este sentido, el CGCOP se pone a disposición del Ministerio para seguir colaborando en cuantos informes requiera, involucrando a las asociaciones de pacientes y a las sociedades científicas y convenciendo a las consejeras y consejeros de Salud autonómicos.
La aprobación de esta PNL por el poder legislativo tendrá un carácter ejecutivo una vez que lo apruebe el Consejo Interterritorial de Salud y luego serán las comunidades autónomas las responsables de su ejecución y de convocar las plazas que consideren necesarias en su territorio. De hecho, algunas comunidades, como Cantabria y Baleares, ya se habían adelantado a la inclusión de la Podología en la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud, y habían convocado plazas de profesionales de la Podología, que ya están ejerciendo.
Más del 80% de las personas mayores precisa periódicamente cuidados de un podólogo
Según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, se estima que más del 70% de las dolencias en los pies podrían ser tratadas por podólogos en los Centros de Atención Primaria sin necesidad de acudir a hospitales, liberándolos de la sobrecarga y saturación que estos padecen. Asimismo, el 40% de las lesiones en el pie diabético podrían evitarse si se diagnosticaran y trataran de forma precoz, en fase ambulatoria. Además, según los últimos cálculos, más del 80 % de las personas mayores precisan periódicamente cuidados de un podólogo.
La incorporación de la asistencia podológica en los centros de salud permitiría reducir sensiblemente complicaciones médico-quirúrgicas, como amputaciones y gangrenas, toda vez que disminuiría la atención institucional en servicios sociales comportaría una mayor calidad de vida y bienestar para nuestros mayores.
A todo ello hay que unir que la creciente desatención de los cuidados de los pies de personas diabéticas genera un exorbitante gasto a la sanidad pública al dar lugar a amputaciones de miembros inferiores. La tasa de mortalidad tras la amputación por pie diabético supera el 70%, porcentaje superior al de los cánceres más comunes. Los estudios demuestran que la prevención contribuye a reducir las amputaciones en un 85%.