El impacto de la crisis de la Covid-19 en la salud mental de las personas mayores es indiscutible. El aislamiento inicial, las limitaciones en las visitas de familiares o las propias salidas del centro y la imposibilidad de continuar con unos hábitos saludables enfocados al envejecimiento activo han puesto «en jaque» su equilibrio psicológico y emocional, tal y como señalan desde Orpea, que advierte de la importancia de cuidar la salud mental y psicológica de las personas mayores.
En el complejo contexto actual, es preciso prestar mayor atención a la salud psicológica de los mayores porque, como indican los expertos, durante este tiempo de pandemia, han aumentado los casos de insomnio, angustia y ansiedad en las personas mayores.
Por ello, desde ORPEA se advierte que hay que estar muy atentos a posibles síntomas que puedan surgir, para evitar la aparición de depresión y prevenir complicaciones cognitivas y funcionales en los residentes. En el día a día, lo más importante es trabajar las emociones positivas a través del ejercicio físico, las actividades lúdicas y terapias, e incluso la alimentación.
Actividades y terapias que refuerzan el bienestar mental y emocional de los mayores
La salud psicológica influye en la calidad de vida de las personas mayores. Por eso, para contrarrestar el desánimo, en los centros ORPEA se fomentan actividades y terapias que refuerzan el bienestar mental y emocional de los residentes:
- Ejercicio físico
Practicar ejercicio físico de manera regular aporta beneficios físicos y psíquicos porque favorece la liberación de endorfinas, también conocidas como hormonas de la felicidad. Estas sustancias químicas que genera el cerebro cuando realizamos actividad física de manera constante ayudan a regular los niveles de estrés y de ansiedad. Por tanto, incluir actividades físicas en las rutinas de las personas mejora su humor. En ORPEA apuestan por la gerontogimnasia, que son programas de ejercicios dirigidos y adaptados a las necesidades de los residentes, en la que se trabaja la fuerza, la propiocepción, la estabilidad, el equilibrio, etc. - Fisioterapia y terapia ocupación
Estas terapias promueven el trabajo físico y cognitivo y mejoran la autonomía de las personas mayores en las actividades de la vida diaria (subir las escaleras, abrocharse la camisa, peinarse, asearse sin ayuda…). Los movimientos y ejercicio dirigidos potencian las habilidades y destrezas, lo que redunda en una mejoría física, pero también en la autoestima. Se sienten menos dependientes y mejor con ellos mismos. - Actividades recreativas y lúdicas
Estas actividades tienen como objetivo disfrutar y entretenerse, pero también son otra forma de terapia, porque potencian la socialización e integración al grupo, lo que previene el aislamiento y la sensación de soledad no deseada. - Dieta sana y equilibrada.
La alimentación también es un factor muy importante para la regulación del estado de ánimo, ya que la calidad nutritiva de los alimentos contribuye de manera positiva a la salud mental. Vitaminas como la B, C y E, ácidos grasos como los Omega 3, o minerales como el zinc o el hierro, son esenciales para la salud. - Visitas de los familiares y, en su defecto, videollamadas o videoconferencias
Los vínculos afectivos con los familiares son fundamentales para el bienestar emocional y psicológico de las personas mayores. Y si no es posible que las visitas se realicen de manera presencial, hay que poner a disposición de los mayores otras opciones tecnológicas que le permiten ver y comunicarse con sus seres queridos.
Todas estas actividades y alternativas terapéuticas favorecen la salud mental y psicológica de las personas mayores que viven en las residencias, “pero el apoyo psicológico profesional siempre debe estar presente para trabajar la prevención”, indica Victoria Pérez, la directora Sanitaria de ORPEA.