Asunción Klinika ha puesto en marcha el proyecto ‘Sabor Da Vida‘ con el que busca convertir el momento de la comida en un momento de ilusión, interés y disfrute para mejorar el estado nutricional de los pacientes y humanizar su experiencia en el hospital.
Crema de nabo y apio con semillas de lino o Ensalada de escarola y manzana con vinagreta de rábano negro. Cualquiera de estos dos platos con resonancias a restaurante con estrellas Michelin los pueden degustar los pacientes ingresados en Asunción Klinika, gracias al proyecto ‘Sabor Da Vida‘.
Desde el pasado mes de marzo, este centro tolosarra está ofreciendo a los pacientes cuyas patologías no lo contraindiquen, la opción de elegir, además de los menús habituales, platos especiales KM 0, basados en la cesta ecológica que semanalmente traen al centro desde el caserío Irure Txiki de Errezil. “Cada viernes preparamos un plato especial, basado en dichos productos de temporada y dotado de imaginación, creatividad y vanguardia”, explica Karlos Montilla, jefe de Cocina de Asunción Klinika.
Pero el proyecto ‘Sabor Da Vida‘ va más allá. Con él, el centro también busca poner en valor su apuesta por la cocina cocina ‘casera’ hecha por y para personas. “En Asunción Klinika no trabajamos con empresas de catering que nos traen un producto envasado y listo para el consumo. En nuestras renovadas instalaciones, nuestro personal cocina cada día comida casera, hecha con gusto y cariño. Por personas para personas. Esta siempre ha sido la marca de la casa y pretendemos que así siga siendo”, señala Montilla.
La tercera pata sobre la que se sostiene el proyecto son los proveedores y productores locales como garantía de calidad y sabor. “Si vivimos en la provincia con más estrellas Michelin del mundo por metro cuadrado, más en concreto, en el interior de Gipuzkoa, zona de ricos quesos, verduras, legumbres y hortalizas… No hay excusa para no dar a nuestros menús un toque local y de calidad asegurada apostando por el kilómetro 0 y los productores locales. Ganamos todos. Contribuimos a generar riqueza en nuestro entorno más cercano, a reducir nuestro impacto medioambiental y nos aseguramos de la calidad de nuestros menús”, indica el jefe de Cocina de Asunción Klinika.
Entre los proveedores del centro destacan algunos como la ONG Kellesensa, cuyas babarrunas, cultivadas por un grupo de amigos de Berastegi, recibieron el premio a la mejor alubia en 2019. También otras empresas locales como Ogiona, que provee de pan al hospital; o la distribuidora de fruta Urkola.
Hacer el momento de la comida más atractivo e ilusionante
El nombre del proyecto, “Sabor da Vida” no es casual. La desnutrición en el paciente hospitalizado es un fenómeno real que cada vez preocupa más a las autoridades sanitarias, ya que supone un mayor riesgo de complicaciones y reingresos del paciente, especialmente en el caso de las personas mayores. Son muchas las razones por las que el paciente ingresado no se nutre adecuadamente, más allá de los problemas derivados de la propia patología: situación de estrés que conlleva la enfermedad que hace que la pérdida de apetito esté presente en el enfermo, comidas poco atractivas…
“Nuestra propuesta: hagamos el momento de la comida más atractivo e ilusionante. Así, mientras humanizamos el momento de la comida, podemos contribuir a mejorar el estado de nutrición, una estrategia de la cual se beneficiarán todos nuestros pacientes y sobre todo aquellos más frágiles, haciendo más agradable y humana la estancia del paciente en nuestro hospital”, concluye Montilla.