Un artículo de Ana María Camacho Rodríguez,
Coordinadora de Neuropsicología de Stima Mayores
Una necesidad apremiante
Existe una necesidad cada vez más creciente del servicio ofrecido por los Centros de Día ya que las características sociosanitarias y económica, e incluso de modo de vida actual, ha derivado en una saturación de los mismos para lo cual hay que dar solución. Para ello, se entiende los centros de día o centros de estancias diurnas como aquellos servicios en los que permiten a los adultos mayores seguir viviendo en su domicilio habitual, recibiendo cuidados especializados, apoyando a las familias y previniendo la sobrecarga en el cuidador. El objetivo principal del servicio de centro de día para adultos mayores con enfermedad neurodegenerativa es facilitar la permanencia e integración de los adultos mayores en su entorno y en la Comunidad, mejorando la calidad de vida de los mismos.
Deterioro cognitivo vs demencia
El deterioro cognitivo y su progresión a algunas de las enfermedades neurodegenerativas constituye uno de los mayores problemas de nuestra sociedad. Su prevalencia está aumentando rápidamente, hasta el punto de convertirse en la actualidad en uno de los problemas sociales, sanitarios y económicos de máxima prioridad.
El (DCL) está frecuentemente asociado a la edad, ya que lo presentan aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años, y hasta el 50% de los pacientes con deterioro cognitivo leve desarrollará un tipo de demencia. Se establece las principales diferencias entre deterioro cognitivo y demencia:
Criterios diagnósticos para el deterioro cognitivo son los siguientes:
- Deterioro objetivo de la memoria
- Función cognitiva general conservada
- No afecta a la realización de las actividades de la vida diaria
- No se cumple ninguno de los criterios de demencia
Criterios diagnósticos para la demencia:
- La memoria reciente se deteriora
- Difícil el aprendizaje y la retención de nueva información
- Aparecen problemas de lenguaje (en especial dificultades para encontrar las palabras)
- Oscilaciones del estado de ánimo y cambios de la personalidad
- Dificultad progresiva con las actividades independientes de la vida cotidiana
- El pensamiento abstracto, la introspección o el juicio pueden estar deteriorados
- Pérdida de independencia
- Irritabilidad, hostilidad y agitación
Los Centros de Día Stima ofrece una atención profesional especializada para las distintas enfermedades neurodegenerativas, a saber: deterioro cognitivo leve, Enfermedad de Alzheimer, Enfermedad de Parkinson, ICTUS, pseudodemencia depresiva u otra manifestación clínica de demencia. Son tratadas por un equipo multidisciplinar integrado por diversos departamentos: Medicina y Enfermería, Neuropsicología, Terapia Ocupacional, Fisioterapia y el conjunto de profesional de atención directa (Técnicos de Atención Socio-Sanitaria).
Nuestro trabajo comienza cuando una familia solicita nuestra atención para la persona mayor que está cuidando. En el momento de ingreso en nuestro centro, los diferentes profesionales les acogen y el equipo técnico procede a realizar una valoración completa. A través de dicha evaluación, es cuando se pueden establecer los diferentes objetivos para trabajar con el adulto mayor, siempre en relación con sus preferencias y ajustándose a las condiciones cognitivas, físico y funcionales que presenta la persona. Por lo tanto, se tratan la amplia gama de grados de deterioro, demencias y otras dificultades cognitivas. En concreto, nos encontramos personas que presentan desde cambios cognitivos asociados al envejecimiento normal, ligero déficit cognitivo y los grados de deterioro cognitivo leve, moderado y severo.
El tratamiento farmacológico sigue siendo, en la actualidad, insuficiente y limitado si no se acompaña de otras estrategias de intervención cognitivo-conductuales que involucren al ámbito neurocognitivo y conductual.
Específicamente, el objetivo principal de la intervención no farmacológica neuropsicológica en las demencias es intentar conseguir un incremento en la calidad de vida del paciente con demencia tipo EA con base en la mejora o mantenimiento del funcionamiento neuropsicológico de la persona mayor que compensen el declive cognitivo, el conductual, el emocional, el rendimiento y sostenimiento de su autonomía funcional, permitiendo al paciente funcionar de forma más adaptativa en su entorno.
Entre las intervenciones no farmacológicas de tipo neuropsicológico, se han planteado diversas propuestas que se han aplicado de forma individual o mediante un programa de intervención neuropsicológica integral. Dichas técnicas se agrupan en función del ámbito de la salud en la que inciden, considerándose básicamente los ámbitos cognitivo (Terapia de orientación a la realidad, Taller de estimulación cognitiva), emocional (Terapia de validación con el fin de mejorar y adecuar la comunicación aceptando su realidad; Terapia de Snoezelen con el propósito de favorecer la estimulación sensorial residual; Técnicas de modificación de conducta para modificar las alteraciones de conductas), psicosocial (Musicoterapia, Terapia Asistida con Animales y mantenimiento de aficiones), funcional (adaptación al entorno físico y entrenamiento en Actividades de la Vida Diaria significativas) y motor (Psicomotricidad y Fisioterapia).
Las técnicas descritas anteriormente se utilizan para trabajar con todos los grupos de deterioro, adaptando las actividades a desarrollar al estado de la persona mayor. Si bien es cierto que utilizamos de manera más específica: la Terapia de Snoezelen para personas con un deterioro cognitivo severo y/o alteraciones de conductas; y, Técnica de modificación de conducta para aquellas personas con presencia de alteraciones conductuales.
Beneficios de la asistencia del adulto mayor a los Centros de día
Uno de los principales beneficios que nos encontramos de la asistencia del adulto mayor a los Centros de día es la vuelta a la socialización. En numerosas ocasiones observamos que cuando se van cumpliendo años a menudo tienden a quedarse en casa y sin ver a nadie durante días. De esta situación se pueden derivar otras complicaciones asociadas al deterioro cognitivo como son la apatía y la sintomatología depresiva. La asistencia al Centro de Día ofrece un lugar de encuentro con personas de edades similares, que compartirán no sólo experiencias vividas, sino también valores e incluso ideas de futuro. Asimismo, constituye una actividad que rompe con la rutina establecida de la persona mayor ya que el hecho de acudir presencialmente al Centro le deja sin excusas para quedarse en casa.
Otro de los beneficios es Atención Profesional Integral Individualizada. El equipo, la dirección del centro, la familia y los adultos mayores se reúnen para conocer sus preferencias y necesidades, lo cual implica una intervención profesional individualizada, ajustada y hecha a medida para esa persona. Medicina especialista, Enfermería, Neuropsicología, Terapia Ocupacional, Fisioterapia y los profesionales de atención directa, forman el equipo de profesional que velan por el mantenimiento de la salud tanto a nivel mental como física y funcional de las personas mayores.
En relación a la atención especializada ofrecida, nos encontramos con una amplia gama de actividades. El aprendizaje y el mantenimiento de las capacidades son otros de los objetivos principales, por lo que, los Centros de Día se convierten en el lugar más recomendables para personas mayores que presenten alguna enfermedad neurodegenerativa.
Por último, y uno de los mayores beneficios, es la posibilidad por parte de la persona a volver a su casa tras finalizar su estancia en el Centro. Es decir, vuelve a su propio hogar, con sus cosas, sus costumbres, etc. lo cual retrasa la decisión familiar de institucionalizar a la persona en una residencia.
No obstante, los beneficios del Centro de día no sólo se observan en los adultos mayores que asisten a ellos sino también en los familiares y/o cuidadores principales. Para los familiares supone un alivio y apoyo a los cuidados que ofrecen a su familiar. Les proporcionamos la ayuda necesaria para llevar de una manera más fácil todo el esfuerzo que conlleva atender a una persona mayor con dificultades cognitivas. Las horas de estancia en el centro constituye un espacio de aire, de descanso tan necesario para volver a reunir las energías necesarias.
Por último, ofrece la tranquilidad de saber que la persona mayor estará adecuadamente atendida, con un cuidado específico, por un equipo de profesionales, que además les facilitará toda clase de ayudas siempre que la necesiten. Se convierte en un entorno seguro para la persona mayor y para su familia, la cual puede recuperar el equilibrio en su vida diaria a través de dicha conciliación.
Sobre la autora
Ana María Camacho Rodríguez es Coordinadora de Neuropsicología de Stima Mayores.y Neuropsicóloga de Stima Aluche. Licenciada en Psicología, especializada en Neuropsicología Cognitiva por la Universidad Complutense de Madrid y en Neurociencias por la Universidad de Salamanca. Colaboradora en diferentes investigaciones sobre la Enfermedad de Alzheimer de la UCM.
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