Cada vez mayor la presencia de pacientes neurocríticos en las Unidades de Cuidados Intensivos, registrándose un aumento de los ingresos por traumatismo craneoencefálico, la hemorragia subaracnoidea e ictus hemorrágico. Son patologías en las que la medicina actual cuenta con avances en métodos diagnósticos, tratamientos y monitorización, pero en donde aún hay mucho por mejorar, tal y como se expuso en la I Jornada Virtual sobre Aspectos Clínicos de Pacientes Neurocríticos organizada por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
Los experto reunidos en este foro señalaron que el objetivo de un intensivista que atiende pacientes neurocríticos es prevenir que aparezcan nuevas lesiones cerebrales que empeoren el resultado final. “Para ello, es fundamental que optimicemos el aporte de oxígeno al cerebro y realicemos un buen manejo global del paciente. Esto incluye una correcta tensión arterial, que el paciente esté bien oxigenado, que esté bien nutrido y que tratemos correctamente todas las complicaciones sistémicas que presente. Es decir, individualizar todo lo posible los tratamientos”, explica el Dr. Jon Pérez Bárcena, intensivista del Hospital Universitario Son Espases (Palma) y co-director de la Jornada.
En este sentido, este especialista recalca que “los pacientes con traumatismo craneal precisan una monitorización específica que incluye el medir la presión intracraneal y la presión tisular de oxígeno. Sin embargo, el tratamiento no ha experimentado grandes cambios, a pesar de los numerosos ensayos clínicos que se han llevado a cabo en los últimos años”. Además, “las técnicas de embolización y la cirugía para cerrar el aneurisma y evitar el resangrado sí que han mejorado significativamente en la última década, pero son tratamientos que no están disponibles en todos los hospitales 365 días al año y que consideramos una de las áreas a mejorar”.
Durante la Jornada, los intensivistas y neurocirujanos que participaron de las mesas redondas expusieron cómo la evidencia disponible no siempre es tan robusta que no permita el debate. Así, se abordó, por ejemplo, el uso del ácido tranexámico y del nimodipino en estos pacientes. Según indicaron los expertos, los ensayos clínicos permiten interpretaciones no solo desde el punto de vista estadístico, sino también clínico. Coincidieron al afirmar que, si el beneficio de un tratamiento no es clínicamente relevante, no hay motivo para pautarlo, aunque su efecto sea ‘estadísticamente significativo’.
Este evento sirvió para plantear la puesta en marcha de proyectos coordinados entre Medicina Intensiva y Neurocirugía, así como seguir avanzando en los que ya están en marcha, como el ensayo clínico DEX-CON, financiado parcialmente por la Fundación Española del Enfermo Crítico, y que analiza la eficacia de la dexametasona en pacientes con traumatismo craneal, contusiones cerebrales y edema pericontusional. Realizar un registro coordinado, así como editar una guía de práctica clínica entre la SEMICYUC y la Sociedad Española de Neurocirugía (SENEC) fueron algunas de las ideas planteadas.
La I Jornada Virtual sobre Aspectos Clínicos de los Pacientes Neurocríticos contó con la colaboración de Prim y Laboratorios Ferrer y fue coordinada por los servicios de Medicina Intensiva y de Neurocirugía de los hospitales universitarios Son Espases (Palma) y 12 de Octubre (Madrid), respectivamente. Más de 600 expertos de ambas especialidades participaron de la misma de manera virtual , en una acción que desde la SEMICYUC se espera poder seguir organizando de manera regular.