Entre el 10 y el 20% de los pacientes con enfermedades crónicas padece depresión, porcentaje que aumenta hasta el 30% en el caso de enfermedades cardiovasculares, neurológicas y oncológicas, como se advirtió en el webinar “Ansiedad y depresión en enfermedad crónica” del ciclo SEMERGEN con los pacientes.
En este webinar de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), organizado en colaboración con Lundbeck, también se resaltó que la prevalencia de depresión aumenta a medida que también lo hacen el número de enfermedades crónicas. “Los estudios indican que esa prevalencia se sitúa en el 23% si se padece una enfermedad crónica y puede llegar hasta el 41% si se vive con cinco o más patologías crónicas”, según explicó el Dr. José Ángel Arbesú, miembro del grupo de trabajo de Salud Mental de SEMERGEN, del Comité de Redacción y Seguimiento de la Estrategia Nacional en Salud Mental del Ministerio de Sanidad y exresponsable de Salud Mental del Principado de Asturias. Además, advirtió que “la asociación entre enfermedad física y depresión da lugar una menor percepción de salud por parte del paciente”.
Esa percepción queda respaldada, además, por diversas investigaciones. “En ellas se observa que las personas con depresión y otras enfermedades tienden a tener síntomas más graves de ambas enfermedades”, según indicó el Dr. Daniel Núñez, psiquiatra en el Complejo Hospitalario Universitario de El Ferrol.
Y si hay un momento crítico a la hora de desarrollar un trastorno mental comórbido, ese es el del diagnóstico. Como apuntó el Dr. Núñez, “los trastornos que más afectan a las personas mayores que conviven con enfermedades crónicas son la ansiedad, depresión y estrés, que se dan especialmente en el momento del diagnóstico de la enfermedad, tal y como revela el reciente ‘Estudio del Impacto de la discapacidad y/o la enfermedad crónica en las personas mayores y sus familias’ de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes. Además, esa depresión, ansiedad y estrés puede afectar tanto al paciente como a sus familiares”.
Cuando se recibe un diagnóstico de enfermedad crónica “es frecuente que aparezcan síntomas como insomnio, tristeza, llanto, aislamiento, soledad, miedo, pérdida de apetito…, lo que no significa, necesariamente, que se padezca depresión. Una cosa es la tristeza y otra, la depresión”, afirma el Dr. Núñez, al tiempo que ha recordado la importancia de consultar con el médico de atención primaria ante la presencia de esta sintomatología, especialmente, si se prolonga en el tiempo y cobra mayor intensidad. “La depresión es una enfermedad para la que hay un tratamiento protocolizado y establecido, que es seguro y eficaz. Los pacientes tienen que confiar en los profesionales sanitarios”, concluyó el experto.
El seguimiento y acompañamiento del paciente crónico es fundamental
La situación de pandemia provocada por la Covid-19 ha tenido un impacto en el seguimiento y control de los pacientes con enfermedades crónicas, en un contexto en el que necesitan, en palabras del Dr. Arbesú, “seguridad, percepción de control de su enfermedad, un autocuidado eficiente y mantener sus hábitos de vida saludables” y, posiblemente, retrasará el diagnóstico en nuevos pacientes en los que, además de detectar y abordar la patología crónica que padecen, se debe prestar, de igual modo, atención a su salud mental.
“La actual situación que todos estamos viviendo ante la Covid-19 nos ha servido para saber lo que se siente cuando a uno le cambia la vida ante el diagnóstico de una enfermedad crónica”, aseguró el Dr. Núñez como la principal lección positiva que se puede extraer de la pandemia.
No en vano, “el diagnóstico de una patología crónica significa que se te cae el mundo encima, es como un duelo. Se puede perder la autoestima, el futuro previsto hasta ese momento, desesperación, enfado con uno mismo, con la familia, aislamiento, apatía, rumiación del proceso hasta llegar a la aceptación. Y todo esto puede llevar a una enfermedad añadida, a una enfermedad mental”, recalcó el Dr. Isidoro Rivera, médico de Atención Primaria y uno de los responsables de Pacientes SEMERGEN, además de enfermo de EPOC.
El Dr. Rivera remarcó la importancia de la resiliencia y que “el mundo no se termina con una enfermedad crónica”, poniendo en valor el papel de las asociaciones de pacientes en este camino, así como de fuentes y recursos de información fiables como Pacientes SEMERGEN. Y en todo ello, la atención primaria juega un papel fundamental en la atención, seguimiento y acompañamiento del paciente crónico. Profesional sanitario y paciente deben formar un equipo unido y en constante comunicación, según han concluido los expertos.
Pueden acceda aquí al webinar “Ansiedad y depresión en enfermedad crónica” del ciclo SEMERGEN con los pacientes.
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[…] haber sentido mucha ansiedad o miedo frente al 18% de la población. Por otro lado, el 58% declara sentirse muy triste o deprimido, frente al […]