El envejecimiento saludable, el autocuidado y la atención domiciliaria y ambulatoria son los pilares básicos para el bienestar de las personas mayores, tal y como se puso de manifiesto en la cuarta y última jornada del I Foro de Envejecimiento, que contó con la participación de representantes del sector médico, sociosanitario, universitario y empresarial.
El I Foro de Envejecimiento organizado por la Fundación Edad&Vida concluyó con una jornada centrada en dos aspectos básicos para responder a los retos de la mayor longevidad con una óptima calidad de vida: el envejecimiento saludable, y la importancia del autocuidado y la atención domiciliaria y ambulatoria.
La jornada arrancó con una ponencia inicial de María Victoria Zunzunegui, experta en geriatría y gerontología, quién explicó que “el buen envejecimiento depende de dos aspectos: el primero está vinculado a la salud y el funcionamiento, como ser capaces de realizar actividades básicas, desplazarse sin ayuda, no sentir dolor, tener una buena función cognitiva y sentirse con buena salud. El segundo está relacionado con aspectos psicológicos y sociales, como sentir que controlamos nuestra propia vida, tener relaciones sociales satisfactorias, no estar deprimidos, realizar actividades productivas y, en definitiva, sentirnos satisfechos con nuestra vida”.
Según Zunzunegui, para favorecer este buen envejecimiento deberían desarrollarse una serie de políticas, como “aumentar el gasto público en salud y asegurar una orientación preventiva del sistema sanitario para evitar o retrasar el deterioro físico y cognitivo, así como la discapacidad. De hecho, la pobreza es un motor de la discapacidad, así que sería básico asegurar que la pensión mínima que reciben las personas mayores sea suficiente para envejecer de forma saludable, en todos los aspectos”.
El 25% de los españoles confía en el sistema privado de salud
Posteriormente, Fernando Bandrés Moya, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Fundación Tecnología y Salud (Fenin), condujo un espacio de debate entre Alicia Sánchez, directora del Área Asistencial de SegurCaixa Adeslas; Ana Lozano, médico general de QuirónSalud; Joan Pinyol, director general de la Fundación Salud y Persona; y Ignacio Dávila, Health & Education Innovation Manager de Vodafone Business.
Según Alicia Sánchez, de SegurCaixa Adeslas, “la longevidad es un reto para las aseguradoras de salud, que deben repensar sus servicios para lograr una oferta adecuada a las necesidades de las personas mayores. Hay que tener en cuenta que casi el 25% de los españoles confía en el sistema privado de salud, así que es fundamental que exista una óptima colaboración entre el sistema público y privado para dar respuesta a todas estas necesidades”.
Ana Lozano, de QuirónSalud. resaltó el concepto de fragilidad asociado al ingreso hospitalario, señalando que “debemos tener una visión holística y multidisciplinar del paciente mayor, implicándole en sus cuidados, para que el ingreso hospitalario no sea hostil. La fragilidad es un estado asociado al envejecimiento y los hospitales deben coordinarse con otros niveles asistenciales para hacer un seguimiento del paciente, así como a la hora de darle el alta, para que se sienta seguro”.
En la misma línea, Joan Pinyol, de la Fundación Salud y Persona, resaltó la importancia de cubrir las necesidades emocionales de las personas mayores: “Actualmente hay 2,5 millones de personas en España que se sientes solas. Debemos prestar atención a sus necesidades para combatir el aislamiento, la tristeza, el miedo o la gestión del duelo. La salud emocional es un pilar básico para su bienestar”, advirtió.
En este sentido, la tecnología juega un papel clave para acercar los servicios sociosanitarios a las personas mayores. Pero, tal y como alertó Ignacio Dávila, de Vodafone Business, “la teleasistencia, la telemedicina o la medicina predictiva son realidades imposibles sin tecnologías como el 5G, el Internet de las Cosas, la Nube, o la Realidad Virtual y Aumentada. La tecnología contribuye al envejecimiento saludable y activo y otorga una mayor autonomía cuando la movilidad está limitada”.
Autocuidado, atención domiciliaria y ambulatoria
La segunda sesión de la jornada se centró en el autocuidado, y en la importancia de la atención domiciliaria y ambulatoria para las personas mayores, también en situación de vulnerabilidad. Susana Rodríguez Gómez, directora de proyectos de Atención Primaria de la Dirección General de Cuidados de Andalucía, explicó que “la crisis del coronavirus ha denotado aún más la situación de vulnerabilidad de muchas personas mayores a medida que avanzan en edad, enfermedades y mayor dependencia. Desde los servicios sanitarios debemos focalizarnos en la atención domiciliaria y en un enfoque asistencial que sea más proactivo para adelantarnos a situaciones de riesgos o de mayor deterioro prematura. El desarrollo de las TIC y una mejor coordinación social y sanitaria van a jugar un papel altamente relevante para la atención de estas personas”.
María José Molina Gil, vicepresidenta de la Asociación Andaluza de Enfermería Comunitaria, recalcó que “la atención domiciliaria es la cercanía, el agradecimiento y la afectividad del paciente, sus familiares, y sus cuidadores. Deben impulsarse planes de acción personalizados, porque el nivel de conocimiento del paciente es clave para ofrecer unos cuidados óptimos dentro del domicilio”.
Tras ambas intervenciones tuvo lugar un debate, moderado por Gonzalo Casino, director de operaciones de Salud de DKV, en el que se presentaron diferentes productos y servicios dirigidos tanto a pacientes como a cuidadores. Pablo Perlado (Hartmann), subrayó que “la cronicidad y la dependencia son los dos grandes retos que tiene el entorno sociosanitario de nuestro país a corto y medio plazo. En el caso de la dependencia hay una figura clave que lo sustenta todo: el cuidador, que casi siempre es un familiar directo. Y nadie está preparado para ser cuidador. ¿Quién se ocupa de ellos y ellas? En Hartmann hace 5 años que pusimos en marcha una iniciativa, “El Rincón del Cuidador”, una plataforma digital que hoy en día apoya a más de 400.000 personas cuidadoras y que es una herramienta útil y práctica en la atención y seguimiento de los cuidadores y su calidad de vida”.
Otra herramienta de apoyo a los cuidadores es el Programa de Teleasistencia de Apoyo a las Personas Cuidadoras (PTAC), desarrollado por Tunstall Televida. Como explicó Arianna Núñez, “la evolución de la teleasistencia ha sido clara, de un modelo reactivo a un servicio proactivo, personalizado, flexible y predictivo. Con el PTAC apoyamos a las personas cuidadoras, influimos en la calidad del cuidado y en su bienestar, prestándoles apoyo, seguimiento, asesoramiento, herramientas tecnológicas para tratar de disminuir su sobrecarga emocional y mejorar su calidad de vida”.
El I Foro de Envejecimiento organizado por la Fundación Edad&Vida, finalizó con la intervención de Helena Oller, de OrtoRent, que puso el foco en el servicio Ortorent, “que tiene como objetivo crear una red de colaboradores expertos en la atención social y sanitaria de las personas mayores, para mejorar su calidad de vida, identificando las necesidades reales del paciente en su domicilio gracias a una valoración funcional de la persona. A partir de aquí, proponemos un plan de actuación personalizado para mejorar su seguridad y bienestar”.