Hoy en día existen múltiples opciones de tratamiento quirúrgico y no quirúrgico para controlar los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer de próstata en hombres, como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, y que pueden suponer un punto de inflexión en la adaptación a su nueva vida, tal y como indican desde la firma de tecnología médica Boston Scientific.
En España, el cáncer de próstata es el de mayor incidencia en varones (por encima de pulmón y colon) con más de 30.000 casos al año. Afortunadamente, la posibilidad de sobrevivir al cáncer de próstata se ha triplicado en los últimos 40 años gracias a los tratamientos y hoy en día hay un rango de supervivencia relativa a 10 años casi del 80%. Sin embargo, los sobrevivientes a menudo tienen que vivir con los efectos secundarios de esos tratamientos, sin conocer la existencia de tratamientos efectivos.
El tratamiento viene acompañado de la preocupación habitual del paciente y sus familiares por su estado de salud y, en ocasiones, de indeseados efectos secundarios como son la incontinencia o la disfunción eréctil. Pese a que no existe una serie de factores determinantes que se puedan asociar a la aparición de la incontinencia tras la cirugía para el tratamiento del cáncer de próstata, los expertos inciden en algunos aspectos previos y posteriores a la cirugía que pueden contribuir a su aparición. De hecho, algunos efectos secundarios, como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, están empezando a reducirse con tratamientos de hidrogeles espaciadores durante la terapia de radiación para el cáncer de próstata.
Tal y como señalan desde Boston Scientific, la incontinencia urinaria acostumbra a generar en quienes la sufren un elevado grado de ansiedad debido a la pérdida de control de la actividad vesical. A nivel psicológico genera rabia, tristeza, vergüenza y pérdida de confianza en la propia valía personal. Esto puede traer consigo cambios en la forma de ser y relacionarse del paciente, desde volverlo más introvertido hasta generar en él aislamiento a nivel social, sexual o laboral. El miedo a la opinión de terceros puede generar un cuadro de depresión y mermar la calidad de vida, siendo la propia vergüenza la que en muchos casos impide hablar de ello o consultar a profesionales sanitarios, lo que impide que se lleve a cabo un tratamiento para recuperar la continencia.
Tratamientos para la incontinencia urinaria y disfunción eréctil
En este sentido, es importante visibilizar la presencia del cáncer de próstata y sus consecuencias ya que, como indica el Dr. López Alcina, jefe de departamento de Urología del Hospital General de Valencia, «es fundamental seguir trabajando para acabar con los mitos y los tabúes que rodean a los hombres. Es importante educar y concienciar con el objetivo de mejorar la salud de todos los hombres«.
Por su parte, Miguel Aragón, vicepresidente para EMEA de la División de Urología y Salud pélvica de Boston Scientific, anima «a todos los hombres a cuidar su salud con un estilo de vida saludable y trabajando para prevenir enfermedades. La salud masculina nos impacta a todos, por lo que la educación y la prevención pueden marcar la diferencia. En caso de padecer incontinencia hoy en día existen diversas opciones innovadoras de tratamiento quirúrgico y no quirúrgico, por lo queremos insistir en la necesidad de que los pacientes hablen con su especialista y confiamos en los profesionales sanitarios para proponer la opción más adecuada para cada persona según las expectativas y la gravedad de su dolencia«.
Pese a que en la mayoría de los casos este efecto secundario es temporal y puede mejorarse con fisioterapia, entre el 9% y el 16% de los casos la incontinencia podría ser persistente y necesitaría potencialmente un tratamiento, que a veces pasa por practicar soluciones quirúrgicas como el esfínter urinario artificial o el cabestrillo de la uretra media, entre otros.
Por lo que respecta a la función sexual, es el área más afectada tras el tratamiento del cáncer de próstata, y el 54% de los pacientes declara algún tipo de problema de disfunción eréctil tras el mismo. Pese a ello, sólo 1 de cada 3 hombres ha probado algún tratamiento para mejorar su función sexual, y al 56% no se les ofrece ninguna solución para este efecto secundario.