El recorrido que realiza el paciente crónico por el sistema sanitario implica que su atención esté compartida entre diferentes profesionales sanitarios de Medicina, Enfermería y Farmacia, los cuales deben trabajar de manera multidisciplinar y coordinada para asegurar un correcto seguimiento y, entre otros aspectos, una buena adherencia a los tratamientos, tal y como indican desde Grupo OAT.
Lograr una correcta adherencia al tratamiento es una cuestión multifactorial y que afecta a las diferentes dimensiones de la vida del paciente, por lo que teniendo en cuenta la relación que este tiene con cada profesional sanitario, hoy en día la adherencia no puede garantizarse sin una intervención de forma multidisciplinar en la que se incluyan médicos, enfermeros y farmacéuticos, tal y como advierte el doctor Emilio Márquez, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y vocal del Comité Científico del Grupo OAT.
A juicio de este experto, “los médicos por sí solos no somos capaces de incrementar la adherencia terapéutica. Se necesita la intervención multidisciplinar de otros profesionales sanitarios como personal de enfermería o farmacéuticos comunitarios. Estos profesionales tienen capacidades para mejorarlo y disponen de la formación y un mayor tiempo para implementar con los pacientes, sobre todo incumplidores, las diferentes estrategias que han demostrado que favorecen la adherencia”, subraya el doctor Márquez, para quien el médico es el “iniciador” de estrategias individuales, mientras que enfermeros y farmacéuticos comunitarios son los “continuadores” de dichas estrategias, además de los “diagnosticadores” de la mala adherencia.
“Si tras iniciar un tratamiento farmacológico, sobre todo en crónicos, el médico no lo previene, el paciente tiene muchas más posibilidades de ser mal adherente, y más teniendo en cuenta si el régimen terapéutico es complejo y múltiple. Por ello, este profesional debe conseguir una buena relación médico-paciente, establecer medidas para evitar los olvidos, simplificar el tratamiento al máximo e individualizar en cada paciente de forma coordinada con los otros profesionales las estrategias a desarrollar con ellos”, comenta el doctor Márquez.
En este sentido, Natividad Calvente, directora de Innovación, Formación y Relaciones Institucionales del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) y vocal del Comité Científico del Grupo OAT, considera que el farmacéutico comunitario es el “primer profesional” que puede ser consciente de la falta de adherencia al tratamiento de los pacientes, además de otros aspectos relacionados con la medicación, como la aparición de efectos adversos. Y es que “el farmacéutico es el profesional sanitario que está más en contacto con el paciente porque este acude a recoger su medicación a la farmacia comunitaria, pero no podemos olvidar que dicho paciente debe tener una atención sanitaria multidisciplinar donde intervengan diferentes profesionales. La coordinación entre estos tiene que ser un punto importantísimo para realizar un abordaje integral, pues de otra manera, la atención no sería todo lo completa que tendría que ser para atajar el problema de falta de adherencia”, recalca la directora de Innovación, Formación y Relaciones Institucionales del CGCOF.
Por su parte, Encarna Fernández, directora de Enfermería del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) y también vocal del Comité Científico del Grupo OAT, coincide tanto con el doctor Márquez como con Calvente en que el trabajo multidisciplinar es fundamental, incidiendo en que “si en el seguimiento de un paciente es necesario el trabajo en equipo multidisciplinar, a la hora de fomentar la adherencia es imprescindible”. Para esta experta, cada profesional aporta su conocimiento, y en base a eso, se puede determinar cuál es la necesidad que va a tener el paciente.
Además, Fernández hace especial hincapié en que es necesario contar con el paciente, pero también con la familia o cuidador/a, para así tomar decisiones consensuadas, “porque ante un objetivo común, que es mejorar la adherencia, las estrategias tienen que ser comunes y unificadas, siempre teniendo en cuenta la opinión y las necesidades de cada paciente”.
“En este equipo multidisciplinar, las enfermeras/os juegan un papel muy importante, ya que nuestro cuerpo de conocimiento favorece la valoración integral del paciente, no solo desde el punto de vista de su enfermedad, sino también desde la dimensión bio-psico-social, analizando aquellos aspectos en los que el paciente gestiona de manera ineficaz algún aspecto de su vida diaria que impida que su adherencia al tratamiento no sea la adecuada. Podemos añadir, que, además, trabajamos muy codo a codo con la familia y la cuidadora/or principal que es tan importante en el paciente crónico”, destaca la directora de Enfermería del Hospital Clínico San Carlos.
Mejorar los sistemas de coordinación entre la farmacia comunitaria y el resto de profesionales sanitarios
Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer para que la multidisciplinariedad sea una realidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS), y en esta línea, para Calvente uno de los retos en relación a este aspecto de la asistencia es mejorar los sistemas de coordinación entre la farmacia comunitaria con el resto de profesionales sanitarios. “Hay que pensar que la farmacia no está plenamente integrada en los sistemas de información de los sistemas sanitarios autonómicos y este proceso podría mejorar el trabajo multidisciplinar”, apunta.
Por su parte, el doctor Márquez señala que, además de mejorar dicha coordinación, si se quiere abordar la adherencia a los tratamientos de una manera efectiva, es necesario implicar a las autoridades políticas, así como concienciar sobre el problema de la falta de adherencia. “Se debe conocer el impacto real en la población tanto a nivel de salud como económico, y a partir de ahí, establecer múltiples estrategias para favorecer la adherencia, como por ejemplo, establecer en cada comunidad autónoma un Programa de Adherencia”, señala el experto.
La adherencia al tratamiento continúa siendo un grave problema de salud pública
Según el Estudio Nacional de Adherencia en Patologías Crónicas del Grupo OAT, la adherencia al tratamiento continúa siendo un grave problema de salud pública, tanto que solo el 51,56% de los pacientes crónicos son adherentes, lo que supone un coste directo e indirecto en España de 11.250 millones de euros.
Se trata de un aspecto de la asistencia que requiere de un trabajo multidisciplinar en el que se incluya a todos los profesionales sanitarios de Medicina, Enfermería y Farmacia. En este sentido, alrededor del 87% de estos considera que tiene claro el concepto de adherencia; no obstante, solo el 60% realiza seguimiento de la misma con los pacientes.
Hay que tener en cuenta que la adherencia no supone únicamente que el paciente tome su medicación, sino que, además, lo haga de forma correcta (como en los casos que es necesario utilizar un dispositivo inhalador), persista a largo plazo, siga hábitos de vida saludable, cuide su estado emocional y psicológico o esté formado y concienciado sobre su patología, entre otros.