La presbiacusia o pérdida de audición asociada a la edad tiene una mayor incidencia a partir de los 65 años y si no se trata correctamente puede provocar aislamiento social en las personas mayores, que tienden a limitar progresivamente las situaciones en las que deben interactuar con otras personas. De hecho, el 94% de la población considera que la pérdida auditiva es un problema de salud que afecta al ánimo y puede limitar las relaciones sociales, tal y como recoge el estudio «Bienestar y salud auditiva de los españoles», realizado por Aural Widex Centros Auditivos.
La pérdida auditiva aparece de forma progresiva y cuando los demás empiezan a darse cuenta y la persona acepta ese déficit, aparece la tristeza y el aislamiento. Para alertar sobre esta problemática, la Fundación Edad&Vida, en colaboración con Aural Widex Centros Auditivos, ha puesto en marcha la campaña de concienciación ‘¿Ya no me oyes como antes?‘ sobre el aislamiento provocado por los problemas de audición.
«Desde la Fundación Edad&Vida hemos detectado que la pérdida de audición asociada a la edad provoca un aumento del aislamiento social de las personas mayores. Por eso, queremos concienciar a la sociedad que una buena salud auditiva es clave para mantener una vida activa y fortalecer la vida social», explica María José Abraham, directora de esta Fundación centrada en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores y de las que van a serlo.
Por su parte, Marta Saiz, psicogerontóloga y vocal de la Asociación Española de Psicogerontología, destaca que «podemos detectar problemas de audición cuando observamos que la persona deja de hacer actividades en grupo, de participar en conversaciones, cambia su estado de ánimo o prefiere no salir de casa». De hecho, en los primeros estadios, las personas tienden a negar el problema y a culpar al interlocutor. Creen que es algo normal, asociado a la edad, y eso hace imprescindible el papel de su entorno para alertar sobre el problema.
Pero si la pérdida auditiva no se trata, la situación va empeorando y la persona con el paso de los años deja de oír más cantidad de sonidos en determinadas frecuencias, por lo que va aumentando la dificultad de comprensión y poco a poco van quedando fuera de las conversaciones, por lo que tienden a aislarse. Además, los problemas de audición pueden derivar en problemas cognitivos, ya que la falta de estimulación genera un deterioro prematuro y acelera el proceso de envejecimiento, advierte Marta Saiz.
A pesar de la importancia de la audición, casi el 40% de la población entre 35 y 65 años nunca se ha hecho una revisión auditiva. Por eso, «cuando aparecen los primeros síntomas de pérdida auditiva es muy importante acudir al especialista y hacerse una revisión. Los audífonos permiten volver a conectarse con el entorno, relacionarse de una forma óptima, evitando problemas de incomodidad social y de aislamiento, mejorando así la calidad de vida de las personas mayores«, apunta Jaume Forner, audioprotesista con más de 20 años de experiencia en el trato de hipoacusias y actual Gerente de la Escuela Aural Widex.
La familia y el entorno cercano son fundamentales para detectar la pérdida auditiva
Según datos del IMSERSO, en España, hay cerca de 4,7 millones de hogares unipersonales, 2 millones de los cuales (42%) corresponden a personas mayores de 65 años, por lo que el papel de la familia y el entorno cercano son fundamentales para detectar los primeros signos de la pérdida auditiva y buscar soluciones. Detectar a tiempo la aparición de problemas auditivos es clave para evitar el aislamiento y volver a relacionarse socialmente.
Según Jaume Forner, «tras muchos años adaptando audífonos a pacientes, la gran mayoría coinciden en que deberían haberse hecho una revisión antes, porque los audífonos les permiten recobrar la confianza en sus relaciones sociales». Para ello, es importante estar atentos a las señales de alarma frente a la pérdida de audición. Tal y como señala en la campaña de concienciación ‘¿Ya no me oyes como antes?’ es importante estar atentos a las señales de alarma frente a la pérdida de audición como por ejemplo:
- Cuando estoy en lugares con mucha gente hablando a la vez, siento un ruido constante que no me permite escuchar nada con claridad.
- Prefiero evitar los eventos sociales o reuniones familiares porque me cuesta seguir las conversaciones, especialmente si me hablan más bajo.
- Me cuesta escuchar el sonido del móvil y aunque oigo la conversación no la acabo de entender.
- Necesito subir el volumen de la televisión para escucharla con claridad.
- Estoy más triste, irritable y prefiero estar solo/a, sin hablar con los demás.
Y una vez detectado el problema es importante dar el primer paso para solucionarlo:
- Compartir con mi entorno la problemática, lo que estoy sintiendo.
- Acudir al médico (otorrino) para que pueda realizar un diagnóstico y determinar si tengo pérdida auditiva: ¿qué la ha provocad y cómo podría mejorar?
- Reservar una cita con un experto en un centro de audición para evaluar el nivel de pérdida y buscar la solución que mejor se adapte a mis necesidades para mejorar mi audición.
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