Un artículo de Alfonso de Lucas David,
Director de Tecnología e Innovación en Valdeluz Mayores (Grupo Arpada)

La “transformación digital” es probablemente uno de los términos de mayor actualidad en nuestro país, especialmente acentuado durante esta terrible pandemia que hemos sufrido los dos últimos años. Con la llegada de los fondos de rescate europeos, la maquinaria de las grandes empresas de consultoría tecnológica se engrasa con tremenda celeridad para identificar cientos de posibles proyectos que las empresas de nuestro país puedan abanderar como “transformadores” o “digitales” y así aprovechar una de las pocas consecuencias positivas que nos ha brindado el Covid-19.

Pero ¿qué es exactamente la transformación digital? Este artículo busca dar una respuesta sencilla y humana sobre este concepto, con el objetivo de acercar a aquellos que se consideran ignorantes en la materia, o quienes sencillamente asumen que la tecnología es un campo que avanza con tal celeridad que jamás podremos alcanzarla, las posibilidades que nos puede brindar la tecnología en la mejora de la salud de las personas mayores.

Entre los tecnólogos es frecuente debatir si la tecnología se debe considerar un medio o un fin en sí misma. Tras 15 años de experiencia profesional en el mundo de las tecnologías, habiendo tenido la oportunidad de conocer diferentes culturas, vivir en varios continentes y trabajado en multitud de sectores, mi conclusión en cada caso es siempre la misma: la tecnología debe ser un medio, y en concreto cuando hablamos de la tecnología aplicada en el sector sociosanitario, ésta debe ser un medio para acercar a las personas.

Se atribuyen muchas acepciones a la transformación digital, no obstante, una forma sencilla de abordarlo es entender la transformación digital como la aplicación de las tecnologías actuales a la mejora de nuestro día a día. Cuando adquirimos un nuevo software para sustituir un proceso que hasta ese momento hacíamos manual, eso es transformación digital. Pero también es transformación digital cuan una pandemia no nos permite visitar a nuestra madre, tío, o abuelo, que se encuentra en una residencia y decidimos sustituir la visita por una videoconferencia que nos permita vernos virtualmente con ellos.

Una de las grandes virtudes de la tecnología en nuestro tiempo es la tremenda velocidad a la que se están reduciendo sus costes. El acceso a la tecnología de valor hace 15 años estaba al alcance de un puñado de empresas con gran presupuesto, sin embargo, este mundo globalizado en el que vivimos ha acercado la tecnología hasta nuestras puertas, y convertido en inexcusable no hacer uso de ella en el ámbito empresarial.

En el sector sociosanitario encontramos cada vez más soluciones que nos ayudan a mejorar la salud de nuestros mayores. Algunas de ellas muy complejas, muy caras, y muy específicas. Sin embargo, encontramos otras muchas tecnologías y servicios mucho más económicos que ayudan a acercar a nuestros mayores y colaboran en la mejora de su salud. Hablemos de algunas de estas soluciones:

Los más sencillos de implantar

• Sistemas de videoconferencia

En el mundo tecnológico hemos querido inventar infinidad de soluciones que en última instancia todas tienen el mismo cometido, conectar unos con otros. Es interesante ver cómo en el ámbito empresarial, profesionales del sector sanitario de repente muestran una aversión al cambio y temor a la tecnología, y sin embargo en el ámbito personal a veces demuestran unas habilidades inusuales para sacar todo el partido a su teléfono móvil.

Este debe ser el objetivo de la implantación de un sistema de videoconferencia en el ámbito sociosanitario. Debemos buscar sistemas sencillos de manejar, intuitivos, y sobre todo compatibles con las soluciones de videoconferencia que ya existen en el mercado. Extraño es el caso de una persona que hoy en día no utilice por ejemplo WhatsApp, y esta aplicación está disponible tanto en Android como Apple (las dos plataformas móviles más conocidas en el mercado). Podemos implantar soluciones tan sencillas como una Tablet con una tarjeta 4G (si no disponemos de red WiFi en el centro), o si queremos hacer una inversión mayor podemos convertir cualquier habitación con televisión en un centro de videoconferencia con un dispositivo como el PortalTV de Facebook.

En este ámbito las últimas tecnologías han permitido el desarrollo de robots o sistemas autónomos que son capaces de moverse de forma independiente por el centro, realizar una visita virtual del mismo a potenciales clientes, o incluso hacer rondas nocturnas entrando y saliendo de las habitaciones sin ayuda humana.

Los que no pueden faltar

• Sistemas de llamada a enfermera

En mi opinión es un sistema que no debe faltar en ningún centro de mayores. El objetivo de estos sistemas es permitir a nuestros mayores solicitar ayuda del personal médico de forma inmediata. Podemos implantar soluciones muy sencillas y económicas que a través de un sistema inalámbrico permitirán activar un dispositivo que el equipo médico y gerocultor llevará encima para avisar cuando un mayor necesite asistencia.

Estos equipos básicos son muy económicos y tienen la gran ventaja de que no necesitan cablear el centro, lo cual es siempre un hándicap para aquellos centros ya en fase de explotación. Por el contrario, no tienen la posibilidad de comunicación de voz, lo que no permite discernir las llamas que son urgentes del resto.

En centros de nueva construcción se debe aprovechar la coyuntura para cablear el centro y así tener acceso a sistemas más completos y fiables. En función de la inversión podremos tener acceso a sistemas con voz analógicos, o adentrarnos en el mundo de las soluciones IP que nos permitirán gestiones mucho más avanzadas y completas, a través de pantallas táctiles en las habitaciones o dispositivos móviles. La gran ventaja de éstos últimos es la posibilidad de integración con los sistemas de información del centro, lo que nos permitirá optimizar y automatizar infinidad de procesos de negocio.

El futuro de este tipo de sistemas pasará por integrar toda la información del residente en un dispositivo móvil que, de forma sencilla y rápida, permita al equipo del centro ejecutar tareas, prescribir tratamientos o hacer evaluaciones de nuestros mayores.

Los de más actualidad

• La sensorización de habitaciones

En el ámbito del hogar ya existen multitud de productos que permiten la sensorización de los espacios. No es complejo ni costoso aplicar algunas de estas soluciones a los centros de mayores. Las soluciones más básicas pasan por sensorizar el elemento central de la habitación, el colchón, que nos permita analizar si nuestro mayor ha podido sufrir alguna caída o accidente. Soluciones más avanzadas nos permiten combinar sensores en cama, habitación y baño, con algoritmos matemáticos que nos ayuden a identificar patrones de comportamiento de nuestros mayores, lo que en último término nos puede ayudar a prevenir situaciones de riesgo.

Mi teoría sobre el futuro de este tipo de soluciones pasa por sensorizar no los espacios, sino las personas. A través de sensores adheridos a la piel podremos monitorizar constantes vitales, con acelerómetros identificar caídas o accidentes, y sin limitación alguna una vez el residente abandone el espacio de la habitación.

• El uso de robots como apoyo en terapias

Al igual que el resto de tecnologías la robótica está dando pasos de gigante, tanto en su desarrollo como en la reducción de sus costes. Aún no son soluciones al alcance de todos los centros, pero empezamos a encontrar en el mercado soluciones de robots que permiten la programación de movimientos relativamente avanzados que, combinados con voz o música, pueden ser de utilidad en el desarrollo de terapias de recuperación de deterioro cognitivo. Aún es un campo con mucho recorrido, pero sin duda será un área de desarrollo que cada vez más traerá soluciones de aplicación práctica en centros de mayores.

El objetivo último de la tecnología es, y debe seguir siendo, el de acercar a las personas y, en el ámbito de los centros sociosanitarios, el de ayudar a la mejora de la salud y cuidado de nuestros mayores.

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