Grupo Colisée ha abierto su segunda residencia en la capital vizcaína bajo el nombre de Colisée Bilbao. Con una capacidad para 138 plazas residenciales, este centro, que tiene una connotación muy hotelera, cuenta con instalaciones y servicios de alta calidad y con un equipo profesional multidisciplinar.
Al ser un edificio de nueva construcción todas las instalaciones de Colisée Bilbao han sido diseñadas expresamente en función de las necesidades y requerimientos de los usuarios. Uno de los puntos fuertes de este nuevo equipamiento, que está situado en el número 40 de la avenida del Ferrocarril de la capital vizcaína, “son sus exteriores, ya que se encuentra en una zona con vista privilegiadas sobre Bilbao y sus montes, con un parque justo enfrente y a escasos 40 metros del ambulatorio”, nos comenta Borja Díaz, director de la residencia.
La estructura del centro permite implantar un plan personalizado de atención al residente y adaptado a sus necesidades específicas, en base a su grado de dependencia y/o discapacidad cognitiva. En total, Colisée Bilbao cuenta con siete unidades de convivencia diferenciadas por plantas, que pueden operar de forma independiente, ya que cada una cuenta con su propio comedor, zona de estar, pasillo, office y un punto de control para el personal auxiliar.
“Esta distribución nos viene muy bien a la hora de poder sectorizar el centro de cara a situaciones como la generada por la Covid-19, pero también a nivel social y a la hora de trabajar con los usuarios. Y es que uno come más a gusto en un comedor acogedor con 14 personas que en otro más impersonal para 60 personas. Además, a la hora de realizar una terapia, ya sea física, cognitiva, de reminiscencia, etc., las personas mayores se ‘sueltan más’ y la participación es mayor. Además identifican mejor a los cuidadores y a sus compañeros de la unidad convivencial”, destaca el director de Colisée Bilbao.
La planta baja y la cubierta-terraza son las zonas más sociales del centro. “Cada usuario hace vida en su planta y para acudir al médico, estar con su familia o hacer determinadas terapias se puede desplazar a estos espacios”, señala Borja Díaz. La plata baja ofrece instalaciones como salón polivalente, peluquería, enfermería, servicio médico, unidad de rehabilitación con grúa de techo, un moderno gimnasio y un espacio exterior seguro.
La primera planta es una estancia sociosanitaria, “lo más parecido a una clínica, donde todas las habitaciones cuentan con grúa de techo, oxígeno medicinal de pared y silla de cortesía diseñada para sustituir la silla de ruedas convencional, y contará con servicio de enfermería las 24 horas”, señala Borja Díaz.
Colisée Bilbao cuenta con dos plantas de Unidades de Vida Protegida para personas con demencia, con capacidad para 22 usuarios cada una. “Están diseñadas especialmente para proteger el déficit y mantener la autonomía de las personas el mayor tiempo posible, para que se sientan reconocidas. En ellas hemos tratado de dar un toque diferencial jugando con los colores de las paredes para dar mayor sensación de volumen y profundidad y ‘camuflando’ elementos como ascensores o puertas para minimizar el riesgo de desorientación. A lo largo de la planta están repartidos diferentes elementos propios de las salas Snoezelen (techo de estrellas, columna de burbujas, máquina de aromas…) para poder trabajar en compañía del terapeuta la estimulación multisensorial sin necesidad de desplazamientos ni tener que abandonar la planta”.
En estas dos Unidades de Vida Protegida también se trabaja el concepto de reminiscencia mediante la integración de elementos propios de una casa de los años 70 fácilmente reconocibles para las personas con deterioro cognitivo, “un concepto pionero en nuestro país”, destaca Borja Díaz.
El resto de plantas son estándar y cuentan con una unidad convivencial propia cada una de ellas. De las 14 habitaciones de cada planta, 13 son individuales, todas exteriores y muy luminosas, y algunas disponen de terraza tipo suite. Están equipadas con la más moderna tecnología, como un sistema de comunicación paciente-enfermera de última generación que permite “recuperar los cuidados a pie de cama y eliminar la necesidad de que el personal tenga que rellenar registros y partes, pudiendo dedicar más tiempo a los cuidados y a trabajar la historia de vida del residente”.
Disponen también de ventilación forzada por oxígeno, que permite la renovación constante del aire sin recirculaciones; aire acondicionado; Smart TV equipada con un sistema de webcam para realizar videoconferencias con mayor comodidad y visibilidad; diferentes modelos de camas estándar o geriátricas a ras de suelo para personas con riesgo de caída, etc. Algunas cuentan con detalles como timbre con señalización luminosa para las personas con déficit auditivo.
Tanto en las zonas comunes como en las habitaciones, la luz natural es la protagonista. Esto permite “regular los ritmos circadianos de los residentes durante el día. Para determinadas personas con cierto deterioro cognitivo el desayuno y la merienda se pueden llegar a parecerse, sufriendo más ciertas patologías como el síndrome crepuscular, y el poder contar con luz natural ayuda a mejorar la orientación temporal”, indica el director de Colisée Bilbao.
Los techos de las zonas comunes están insonorizados para que el ruido no se propague, mejorando el confort acústico, y para que las conversaciones se escuchen mejor y sean claras para los residentes. El centro cuenta con cocina propia en la que se elabora un menú diario con dos primeros y dos segundos a elegir, postres caseros y una “minicarta” con platos sencillos que permiten a la persona autónoma elegir en función de sus gustos. “Son pequeños detalles que permiten trabajar todos los días de forma individualizada con cada residente para que las personas tengan la mayor autonomía personal y capacidad de elección en función a sus gustos y deseos”. Además, esta residencia cuenta con el Certificado de Construcción Sostenible Breeam y cuando esté a pleno funcionamiento generará más de un centenar de puestos de trabajo.
Compromiso con el envejecimiento positivo
El director de la residencia Colisée Bilbao señala que en este centro, como en el resto de los que integran el grupo Colisée, se trabaja para fomentar el envejecimiento positivo. “Para nuestros equipos, fomentar el envejecimiento positivo de cada individuo es un deber y una responsabilidad, en línea con nuestro compromiso de promover la salud y el bienestar de las personas mayores teniendo en cuenta las distintas esferas de su vida”, explica Borja Díaz, que destaca que con la vacunación se ha vuelto a recuperar el modelo de residencia propio de Grupo Colisée, basado en la atención centrada en la persona y el concepto de residencia como prolongación de la vida en el hogar.
“El coronovirus ha puesto de relieve que las residencias no son hospitales, son centros de vida en los que se tiene en cuenta un componente bio-médico-psico-social de los cuidados. Contar con atención médica 24 horas al día es un beneficio, indudablemente, pero caminamos hacia un modelo de residencias más sociales, donde los valores de ‘hogar’ priman sobre los aspectos médicos”, señala.
La puesta en marcha de Colisée Bilbao ha supuesto una inversión de unos 2,5 millones de euros, y se enmarca dentro de los planes de crecimiento de Colisée en España, que pasan actualmente por mejorar los centros de la compañía en el territorio español, para lo que ha planificado inversiones para los próximos años con el objetivo de mejorar las instalaciones y equipamientos de los centros para adaptarlos al modelo de cuidados que impulsa la compañía. Respecto a nuevos centros, el Grupo Colisée ha abierto en el último año dos residencias: esta de Bilbao y otra en Igualada. Además ha adquirido recientemente un centro residencial en Las Rozas (Madrid) y otro en Oviedo.
Colisée también centra sus esfuerzos en seguir dando respuesta a algunos de los mayores retos mundiales, especialmente en el ámbito de la salud y el bienestar. En este sentido, cuenta con una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) orientada a objetivos sociales y medioambientales. Algunas metas destacadas del Grupo Colisée en materia de responsabilidad social son: favorecer la accesibilidad de los residentes a la tecnología, para facilitar su comunicación con familiares y profesionales de los centros; la instauración de un modelo de cuidados que ponga en valor las aptitudes individuales de cada persona; la implantación de medidas para la eficiencia energética, y potenciar el trabajo inclusivo.