La pandemia actual ha tenido un fuerte impacto en las personas que sufren dolor crónico y en muchas ocasiones ha favorecido el empeoramiento del dolor como consecuencia del miedo a solicitar una consulta médica, tal y como revela una encuesta realizada por Boston Scientific a 2.000 personas que padecen dolor en Alemania, España, Italia y el Reino Unido.
Esta encuesta revela que las personas que sufrían dolor crónico han pospuesto las visitas al médico durante la pandemia, lo que ha generado estrés, incertidumbre y, en muchas ocasiones, empeoramiento del dolor. Si bien la gran mayoría de los encuestados en todos los países cree que las consultas médicas presenciales son esenciales para el tratamiento, el 83,5% afirmó haber pospuesto la visita a un médico durante la pandemia de Covid-19.
En el caso de España, los resultados de la encuesta muestran que 7 de cada 10 españoles afirman haber evitado buscar consejo médico durante la crisis del Covid-19, y el 69% de los participantes a los que se les preguntó, afirma haber evitado o retrasado una consulta. Además, el 52% de los encuestados españoles afirman haberse sentido incómodos ante la idea de tener que pedir una consulta médica presencial en relación con su dolor, y el 16% asegura no saber cuándo se sentirán cómodos con una cita cara a cara con su médico.
En este sentido, son los encuestados de mayor edad los que menos han pospuesto la búsqueda de asesoramiento médico. Así, mientras que el 73% de los menores de 34 años están de acuerdo con esa afirmación, el porcentaje se reduce al 62% en el caso de los mayores de 55 años. En general, son los pacientes no diagnosticados los más propensos a retrasar la consulta médica (el 21% de los diagnosticados frente al 32% de los no diagnosticados) y el tratamiento respecto al nuevo dolor que padecen (19% en diagnosticados frente al 31% en no diagnosticados).
Para el 31% de los encuestados, retrasar la visita a un profesional sanitario ha supuesto un mayor nivel de estrés o ansiedad y, mientras que el 25% dice sentirse preocupado por el futuro debido al dolor que experimenta, el 18% relaciona su experiencia a sentimientos de soledad y aislamiento.
Como alternativas al consejo de su profesional médico, el 49% de los encuestados afirma que a veces lo ha sustituido por automedicación, a pesar que 1 de cada 3 pacientes españoles con dolor está de acuerdo con que podría ser tratado mediante una consulta virtual. El 29% de los encuestados considera que las consultas virtuales son igual de eficaces para el tratamiento del dolor crónico que las presenciales.
Las mujeres sufren mayores niveles de estrés, ansiedad y preocupación
Por lo que se refiere a las diferencias por sexo, la indecisión en la búsqueda de ayuda médica fue un poco más común entre las mujeres. Mientras que el 26% de los hombres afirmó haber tenido una consulta médica presencial en los últimos dos o tres meses, esta cifra se reduce al 19,7% en las mujeres. Sentir un mayor nivel de estrés o ansiedad también fue más común; el 33,8% de las mujeres mencionó un mayor nivel de estrés o ansiedad como la razón para posponer la visita al médico, en comparación con el 25,4% de los hombres.
Las mujeres también fueron más propensas a preocuparse por el futuro debido al dolor que experimentaban (el 27,7 % en comparación con el 22,6 %). Mientras que los hombres se mostraron más favorables a las consultas virtuales, con un 29,2% de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación de que son tan eficaces como las consultas presenciales, en comparación con el 23,2 % de las mujeres.
En general, las diferencias en educación solo tuvieron un impacto menor, con la excepción de la aceptación de consultas virtuales con un profesional sanitario, a lo que solo el 16,8% de los encuestados con educación superior se opusieron rotundamente en comparación con el 21,4% de aquellos con educación secundaria superior como máximo. No obstante, este resultado también podría estar condicionado a la disponibilidad de tecnología adecuada en el hogar para realizar una consulta virtual correctamente.
En cuanto a la edad, el 35,2% de las personas mayores de 55 años o más no evitó ni pospuso la búsqueda de asesoramiento médico para su dolor. Pero en los grupos de edad de 34 años o menos, esta cifra se reduce al 28,5%. Si bien las consultas presenciales siguen siendo el tipo de consulta preferida en todos los grupos de edad, los encuestados más jóvenes fueron más propensos a estar de acuerdo en que las citas virtuales son igual de eficaces.
Concienciar sobre el dolor crónico y su impacto en la vida de quienes lo padecen
A raíz de estos datos, la compañía Boston Scientific ha lanzado en Europa la campaña “Ahora me escuchas” (Now You Hear Me), para concienciar sobre el dolor crónico y su impacto en la vida de quienes lo padecen, cómo puede afectar a su vida cotidiana hasta ser incapacitante y alentar a las personas afectadas a consultar con su médico para buscar las opciones de tratamiento. Esta campaña busca visibilizar a quienes sufren dolor al mostrar la historia de cinco personas con dolor crónico en Alemania, España, Italia y el Reino Unido en tres vídeos.
Y es que, tal y como señala Vincent Sourdaine, vicepresidente de Neuromodulación para EMEA en Boston Scientific, «el dolor crónico puede afectar enormemente incluso las actividades cotidianas más simples. Los resultados de la encuesta que hemos realizado muestran que es importante arrojar luz sobre las personas con dolor crónico que luchan aún más en medio de la situación actual. El dolor no es necesariamente visible desde el exterior, por eso es tan importante para nosotros dar voz a los afectados, y esperamos alentar a quienes lo padecen a hablar con su médico y valorar las opciones de tratamiento».
El dolor crónico afecta a aproximadamente 100 millones de personas en toda Europa. Las razones del dolor a largo plazo pueden no ser evidentes y pueden variar mucho, pero pueden tener efectos negativos graves en la calidad de vida de las personas que lo sufren. Según un informe de 2017 de la Alianza Mundial para el Acceso de los Pacientes (GAfPA), un tercio de las personas que sufren de dolor crónico declararon que el dolor era tan intenso que no podían tolerarlo más, y una quinta parte de los encuestados declararon que habían perdido su trabajo o que se les había diagnosticado depresión como consecuencia de ello). Es preocupante que más de un tercio de todos los encuestados (36,4%) en la encuesta actual afirmaron que sienten que los profesionales sanitarios no se toman suficientemente en serio su dolor.