Un artículo de Cinta Pascual, Presidenta de ACRA – Associació Catalana de Recursos Assistencials
El sector de la atención a los mayores en situación de dependencia en Cataluña inicia un nuevo curso marcado por la incertidumbre acerca de la Covid-19 y por los distintos retos que necesariamente habrá que afrontar en los próximos meses. En primer lugar, quiero recordar que la quinta ola de este verano ha vuelto a elevar los contagios, los ingresos hospitalarios y las defunciones, a pesar de la amplia vacunación entre residentes y personal.
No cabe duda de que las vacunas son muy efectivas y que funcionan muy bien cuando hay inmunidad. La diferencia entre el antes y el después de la vacuna es indudable. Pasamos de 190 defunciones semanales a inicios de enero a una mortalidad cero en abril. Lo que ahora no sabemos es si la respuesta inmunitaria es la misma que antes. Desde ACRA hemos pedido y seguimos insistiendo en la necesidad de una tercera dosis para las personas en situación de dependencia, las más vulnerables, y de forma especial a las que viven en centros residenciales.
Para incrementar la protección es necesario también que la cobertura vacunal entre el personal trabajador sea del 100%. Hoy, 9 de cada 10 trabajadoras y trabajadores de residencias están protegidos, pero todavía falta por convencer el 10% restante. Se nos ha preguntado mucho sobre la obligatoriedad de la vacuna entre el personal trabajador y nuestra respuesta siempre ha sido la misma: que en el ámbito de la sanidad y del cuidado de personas dependientes es necesario que se determine esta obligatoriedad.
Esperemos que los próximos meses sean mejores, que recuperemos la normalidad de forma progresiva. Hoy, sin embargo, considero que hay dos retos fundamentales, que marcarán la evolución del sector en los próximos meses: la falta de personal y la desocupación de los servicios.
Es muy difícil encontrar personas que quieran trabajar en los servicios asistenciales, un tema que se agrava en determinados perfiles, sobre todo en enfermería. Casi todos los centros los necesitan, según los últimos barómetros de ACRA. Los porcentajes van del 69% al 92% de centros que necesitan enfermeras. Es por eso que desde ACRA, como patronal mayoritaria del sector, consideramos que es necesario incorporar, cuanto antes mejor, un total de 1.000 enfermeras que puedan desarrollar sus funciones. Ya hemos hecho la petición al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, pero somos conscientes de que un contingente extracomunitario no llegará de forma inmediata.
Por tanto, hemos trasladado al Govern de la Generalitat de Catalunya que es preciso buscar alternativas que nos permitan avanzar en la atención, como la reestructuración de una cartera de servicios sociales, que data de los años 2010-2011 (mayor flexibilización e introducción de nuevos perfiles profesionales) y trabajar por ratios globales.
Por otro lado, tenemos la desocupación en residencias y centros de día. Según distintos barómetros de ACRA, la desocupación en las residencias antes de la pandemia era del 3%, mientras que ahora se mueve entre el 15% y el 20%. En centros de día, la situación es aún peor. Los que están integrados en una residencia permanecen todavía cerrados, una situación que ACRA ha pedido corregir a la administración con la mayor brevedad posible. En el caso de los autónomos, se calcula que la desocupación puede alcanzar hasta el 45% Son cifras que ponen en riesgo la viabilidad de los centros y que se pueden explicar por los efectos de la pandemia, el miedo que ha producido entre buena parte de la población.
Es hora de que los centros nos abramos, que recuperemos la normalidad, la interacción con el entorno comunitario y que las visitas y las salidas se produzcan con la misma frecuencia que antes de la Covid-19. Todo esto, obviamente, siguiendo las pertinentes medidas de seguridad y de salud en nuestros servicios.
Por último, y no por ello menos importante, será necesario que sigamos trabajando para situar la ayuda a domicilio y la teleasistencia como protagonistas de la atención. La compatibilización de estos servicios junto a otros recursos asistenciales debe guiar nuestra actuación. En este sentido, es básica la revisión de modelo del sector que debe permitir actualizar la cartera de servicios y fijar como queremos que sea la atención a los mayores en los próximos años. Una visión menos institucional, con la persona situada en el centro, y con verdaderas plataformas de servicios adaptadas a unos perfiles cambiantes, con usuarios que cada vez demandan aplazar al máximo su institucionalización para seguir viviendo en sus casas.
El sector necesita un módulo específico para poder atender a las personas en situación de final de vida, personas más dependientes que nunca, con enfermedades crónicas avanzadas…. Esta es la realidad de muchas personas usuarias que llegan a los centros residenciales, un perfil más complejo de atender y marcado por la urgencia vital. Por tanto, hay que iniciar una negociación que vaya en este sentido, en la incorporación de un módulo que permita atender mejor esta complejidad.
Desde ACRA seguiremos trabajando con la misma determinación en beneficio de los asociados y del conjunto del sector. Ya os avanzo que nos hará falta vuestro apoyo para alcanzar aquello que nos propongamos. Ahora más que nunca, tenemos que ir juntos.