Un artículo de María Aurora Menéndez Fernández,
Enfermera especialista en Enfermería Geriátrica,
Comisión Sociosanitaria CODEPA
Se han dado muchas y muy variadas definiciones para describir el envejecimiento. Como base para la reflexión tomamos la de la Organización Mundial de la Salud (OMS); ésta lo define como el «Proceso fisiológico que comienza en la concepción y ocasiona cambios en las características de las especies durante todo el ciclo de la vida; esos cambios producen una limitación de la adaptabilidad del organismo en relación con el medio. Los ritmos a que estos cambios se producen en los diversos órganos de un mismo individuo o en distintos individuos no son iguales».
Un proceso fisiológico, por tanto, como parte de un ciclo natural de vida, lo que apunta a la idea de que envejecer no es una enfermedad en sí misma. Sin embargo, se tiende a etiquetar como propios de la vejez diversas enfermedades o procesos de deterioro que no le son exclusivos. Envejecer se convierte en “el saco donde todo cabe”.
La definición de enfermedad crónica es la de ‘una dolencia no contagiosa que tiene una progresión lenta y larga duración‘. La OMS utiliza también la denominación “enfermedades no transmisibles” para referirse a esas dolencias.
Una enfermedad crónica no es un proceso fisiológico, no forma parte del ciclo vital del ser humano, es una enfermedad de naturaleza no universal que se mantiene en el tiempo.
A medida que el individuo pierde capacidad de adaptación, se van produciendo cambios anatómicos y funcionales en los aparatos y órganos que lo sustentan, la fragilidad biopsicosocial se ve incrementada, se va cerrando su propio ciclo.
Las enfermedades crónicas a menudo pueden coexistir con el envejecimiento, agravar la situación de salud, aumentar la mortalidad en situaciones de riesgo, pero no parece poder afirmarse que todos los mayores cronifiquen sus dolencias, ni tampoco que haya datos que apoyen las tesis que buscan tratar el envejecimiento, como si de una patología se tratase en un intento de romper el ciclo natural de la vida humana, “el elixir de la eterna juventud” no parece ser un objetivo realista, quizás no debiera ni ser considerado como tal.
Conclusiones
El envejecimiento es un proceso inherente a la vida humana, se entiende como un fenómeno multidimensional que involucra todas las dimensiones de la vida humana.
Las enfermedades crónicas son patologías cuyos síntomas no se resuelven con el paso del tiempo.
El envejecimiento es compatible con la enfermedad crónica, la que a menudo suele manifestarse en edades tempranas, pero no cabe considerar que sea patognomónico, no cabe tal consideración una vez establecida la condición de “no enfermedad” del proceso de envejecer.
BIBLIOGRAFÍA
“Análisis del concepto de envejecimiento” Alejandra María Alvarado García y Ángela María Salazar Maya. Gerokomos vol.25 no.2 Barcelona jun. 2014 https://dx.doi.org/10.4321/S1134-928X2014000200002
3. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/envejecimiento-y-salud
4. «La vejez no es una enfermedad» José Manuel Ribera Casado y José Augusto García Navarro. Revista Española de Geriatría y Gerontología 56 (2021) 257–258