Con el objetivo de mejorar el deterioro funcional de las personas mayores, desde la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) y diversas Sociedades Médicas se ha solicitado al Ministerio de Sanidad que priorice la atención a las enfermedades cardiovasculares ante sus socios europeos, en el marco de las ayudas y programas que planea poner en marcha la Comisión Europea en los próximos años.
La crisis provocada por la Covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar el sistema público de salud para hacer frente a los grandes desafíos sociales y sanitarios, siendo uno de ellos el reto demográfico. Y las enfermedades cardiovasculares ocupan un lugar eminente en esta problemática, por su relación directa y creciente con el envejecimiento.
Este es el motivo por el que la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular y Endovascular (SECCE), la Asociación de Cardiología Intervencionista, la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), con el apoyo de las portavoces parlamentarias de sanidad Elvira Velasco (PP) y Esther Carmona (PSOE), han remitido una carta conjunta a la Ministra Darias recordado que las patologías cardíacas constituyen «la primera causa de muerte e ingreso hospitalario en nuestro país», además de suponer un grave perjuicio a la calidad de vida de las personas que las padecen.
Según datos oficiales, el 42% de los ciudadanos padece más de un factor de riesgo cardiovascular, que se incrementa con la edad. En este sentido, las valvulopatías, cardiopatías estructurales consistentes en el fallo de las válvulas del corazón, son una de las patologías más directamente relacionadas con el deterioro funcional de las personas mayores.
En muchos casos, estas pueden derivar en insuficiencia cardíaca, «primera causa de hospitalización entre personas mayores de 65 años». Por todo ello, los firmantes de la misiva insistene en que el correcto abordaje y diagnóstico de estas patologías es fundamental para asegurar un envejecimiento activo y saludable.
En la carta se denuncia también que factores como la cultura edadista favorecen a que exista una percepción generalizada de que los síntomas provocados por patologías cardiacas son inherentes al envejecimiento. Este hecho ha provocado que se normalicen situaciones de vulnerabilidad que de otro modo podrían abordarse, diagnosticarse y tratarse adecuadamente.
Pese a que la nueva Estrategia de Salud del Sistema Nacional de Salud promovida por el Ministerio de Sanidad es recoinocida como un notable avance para la elaboración de planes y medidas que garanticen la capacidad funcional de las personas mayores, los firmantes advierte de la necesidad de convertir la salud cardiovascular en una prioridad, y así, mejorar los protocolos para su diagnóstico y tratamiento es un reto compartido en todo el continente europeo.
A este respecto, se hace mención a la reciente solicitud formal a la Comisión Europea que han llevado a cabo varios eurodiputados, en nombre de la Coalición SHD, para la puesta en marcha de una Acción Conjunta en enfermedad cardíaca estructural que dé respuesta a estas necesidades. Así pues, se insta al Ministerio de Sanidad a que, en cumplimiento con los objetivos de salud marcados en la acción de Gobierno y en línea con las prioridades de la Unión Europea a través de programas como EU4Health, lidere formalmente, junto con la Comisión Europea, una Acción Conjunta sobre las cardiopatías estructurales y la salud cardiovascular.