Es necesario dar voz a las personas mayores y empoderarlas para que puedan decidir por si mismas cómo envejecer. Esta es una de la principales conclusiones extraídas de la Jornada ‘Reflexiones tras la pandemia. El futuro de los cuidados a las personas mayores’, organizada por Foro Andaluz de Dependencia (FADE), en Sevilla.
En este foro, centrado en cómo envejecer, se han abordado los distintos planteamientos que se están debatiendo en la actualidad sobre las respuestas asistenciales y residenciales que requiere la atención al colectivo de personas mayores, tanto desde el punto de vista de la Administración como de las entidades gestoras.
La jornada fue inaugurada por el presidente de FADE, Gabriel Almagro, y el director general de Personas Mayores y Pensiones no Contributivas, Pedro Miguel Mancha, quién abogó en su intervención por la consolidación de espacios para el encuentro entre la Administración y organizaciones como FADE y resto de patronales, con la vista puesta en alcanzar «una Andalucía más justa, más igualitaria, más inclusiva y más accesible».
Los cuidados a las personas mayores durante y después de la pandemia
En la primera mesa redonda, moderada por el vocal de la Junta directiva de FADE Narciso Navarro, se abordó el escenario de los cuidados a las personas mayores durante la pandemia. Contó con la participación de Antonio Carrión, presidente de la Asociación Almeriense de Atención a la Dependencia; Isabel Valdés, directora gerente de la Federación Almeriense de Personas con Discapacidad; Aurora Requena, presidenta de la Comisión de SAD en FADE, y Ángeles Peñuelas, presidenta de la Comisión de Centros de Día en FADE.
Tras recordar los 2.255 fallecidos que la Covid-19 dejó en las residencias de mayores en Andalucía, los integrantes de la mesa reivindicaron un incremento de los presupuestos, además de otras propuestas como un plan de reducción de las listas de espera en dependencia, la minimización de tiempos y simplificación de trámites o más acciones de formación para los profesionales del sector.
Se abogó también porque los cuidados sociosanitarios y los sanitarios vayan de la mano, para un buen funcionamiento del sistema, y se lanzó, asimismo, un mensaje de “esperanza en el futuro de las residencias, como entidades que amplíen y mejoren cada vez más la libertad y dignidad de las personas, y que tienen como uno de sus retos principales implicar a las personas mayores y darles voz, que puedan decidir cómo envejecer”.
El Padre Ángel, fundador y presidente de la ONG Mensajeros de la Paz, protagonizó una de las ponencias del seminario. Afirmó en su intervención que «aunque se nos haya roto, el mundo post pandemia es mejor que el anterior. ¿Cuándo habíamos visto a los líderes de más de 120 países reunidos para intentar luchar contra la pobreza o preocupados por el medio ambiente? Cuando lo importante era salvar vidas, miles de personas se pusieron a hacer mascarillas con sus manos, los vecinos de ofrecían para ir a la farmacia o las compañías aéreas se prestaban para transportar materiales sanitarios». Aseguró que la ola de solidaridad generada en torno a lo que está sucediendo en La Palma es la prueba más reciente de que «el mundo es cada vez mejor».
Respecto al actual modelo de cuidado a los mayores, el Padre Ángel hizo hincapié en la importancia de que continúen en casa siempre que sea posible, y que cuando tengan que ingresar en una residencia cuenten con centros diferenciales y adaptados a las circunstancias y patologías de cada persona.
Por su parte, Carmen María Lama, subdirectora de Atención Sociosanitaria, Estrategias y Planes de la Consejería de Salud y Familias, abordó en su turno el nuevo modelo organizativo para la mejora de la atención sanitaria en los centros residenciales de personas mayores, desde la perspectiva de las necesidades relacionadas con el personal, la mejora de la formación y la investigación, de la atención sanitaria, de la calidad y de las TICs.
Por su parte, Víctor Bellido, director gerente de ASSDA (Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía), analizó el Plan de Choque en Dependencia para Andalucía, un plan que, tal y como aseguró, tiene un triple objetivo: “Reducción de la lista de espera y los tiempos de tramitación de solicitudes; asegurar que las condiciones laborales y profesionales de las personas que trabajan en el SAAD son adecuadas, como garantía de la calidad de la atención que reciben las personas beneficiarias del sistema; e introducir mejoras en los servicios y prestaciones para garantizar la atención adecuada de las personas dependientes”.
Presente y futuro del modelo de atención a las personas mayores dependientes
La segunda mesa redonda, moderada por el vocal de FADE Antonio Montero, se centró en presente y futuro del modelo de atención a las personas mayores dependientes en Europa, España y Andalucía,. Reunió a Alberto Echevarría, presidente de European of Care Home Organisations; Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de Dependencia nacional; y Gabriel Almagro, presidente de Foro Andaluz de Dependencia.
En la mesa se puso de relieve, entre otras cuestiones, el déficit actual de plazas en residencias, cifrado en 28.000 en la comunidad andaluza; o la necesidad de un incremento del presupuesto estatal, que alcanza “un insuficiente 0,7% del PIB, frente al 1,5 de países como Alemania o el más del 2% en los países escandinavos. Hace falta inversión pública, acercar los costes de plaza por mes a la realidad”. También se reclamó mayor seguridad jurídica y asistencial.
La clausura del encuentro corrió a cargo de José Repiso, director general de Cuidados Sociosanitarios de la Consejería de Salud y Familias, quien aseguró que, “más allá de la cuestión económica, la Administración tiene un gran margen de mejora en muchos aspectos”, conluyendo con un esperanzador mensaje: “El sector de la dependencia es una apuesta segura por el empleo en Andalucía, y además es generador de actividad económica en su entorno”.