La iniciativa de Fundación La Casa que Ahorra para mejorar la estancia de los usuarios en el Hospital Niño Jesús de Madrid se ha realizado en colaboración con la Fundación Purple Day y el propio hospital a través de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Gracias a la iniciativa promovida por la Fundación La Casa que Ahorra, las nuevas instalaciones de la Sala San Vicente del Hospital Niño Jesús ya están operativas. Este proyecto ha podido desarrollarse gracias a la colaboración de Rockwool Peninsular, compañía especializada en aislamiento de lana de roca que ha participado en este proyecto que busca mejorar la calidad de vida de los pacientes y las condiciones de trabajo de sus cuidadores.

La rehabilitación integral de la sala incluye: la división de la planta en 13 habitaciones individuales y 1 doble, cada una de ellas con su propio cuarto de baño, lo que supone una gran mejora con respecto a la situación previa cuando todos los pacientes tenían que compartir un único espacio de aseo.

Además, se ha mejorado la protección contra el ruido entre las diferentes estancias mediante la instalación de placas de yeso y de lanas minerales aportadas por las empresas que componen la Fundación La Casa que Ahorra.

El aislamiento para la rehabilitación y acondicionamiento de la sala, donado por Rockwool, dotará al recinto de la máxima eficiencia energética, con el mínimo impacto ambiental mediante sus soluciones de aislamiento de lana de roca y, al mismo tiempo, mejorará la seguridad, el confort y la calidad del aire interior.

En relación a esta donación, Miguel Ángel Gallardo, Business Unit Director de Rockwool Peninsular, subray< que para la compañía «es un orgullo
contribuir a la mejora de la calidad de vida del personal sanitario,
pacientes y sus familiares a través de nuestros productos».

Por su parte, la Fundación, además de proporcionar el apoyo material y financiero para el Hospital Niño Jesús, ha colaborado en la búsqueda de fondos y colaboración de otras entidades empresariales, financieras e institucionales para asegurar que la reforma tuviera en cuenta todas las necesidades técnicas y de habitabilidad de la planta.

En este contexto, Enrique Ramírez Asperilla, presidente de la Fundación La Casa que Ahorra, afirma que “nos sentimos orgullosos de haber podido colaborar con tantas otras empresas y organizaciones que han trabajado conjuntamente de forma solidaria para mejorar la calidad de vida de los pacientes, familiares y trabajadores de este centro, tan importante en la atención a niños que padecen condiciones muy duras”.

“La reforma ha sido un gran reto, sobre todo por la dificultad de llevarla a cabo en medio de la situación sanitaria. Sin embargo, por fin lo hemos conseguido y confiamos en que gracias a nuestro esfuerzo y el de tantos otros hayamos podido contribuir a que la experiencia de los pacientes en este centro, tanto ahora como en el futuro, sea lo mejor posible”, señala.