Con el objetivo de establecer un marco de colaboración para el co-diseño y asesoramiento técnico en materia de economía del cuidado e innovación social, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y la Fundación Ageing Lab han suscrito un acuerdo de colaboración.
Este acuerdo contempla cuatro objetivos principales: contribuir a la modernización y refuerzo del conjunto de los servicios sociales en Andalucía; abrir un espacio de encuentro y reflexión que ayude a la mejora de los servicios públicos; favorecer espacios de co-diseño y co-gestión para la puesta en marcha de proyectos tractores en materia de servicios sociales para la administración local andaluza; e impulsar procesos de autodiagnóstico y testeo que permitan reorientar tanto las políticas como los servicios en esta materia.
El presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, destaca que la “economía del cuidado” es un término de nuevo cuño que define la actividad económica que se desarrolla en torno a los trabajos vinculados con la salud, el cuidado de niños y niñas, la educación de la primera infancia, los cuidados dirigidos a las personas con discapacidad, a las personas de mayor edad y los cuidados de larga duración.
Los cuidados de larga duración hacen referencia al apoyo que necesitan las personas de edad con una capacidad limitada para cuidarse de sí mismos debido a afecciones físicas o mentales, incluidas enfermedades crónicas y problemas de salud múltiples. El apoyo necesario, dependiendo del grado de limitación, puede proporcionarse en el hogar, en la comunidad o en instituciones, e incluye, por ejemplo, la asistencia para realizar actividades de la vida diaria como vestirse y gestionar los medicamentos, pero también servicios básicos de atención de salud.
Debido al envejecimiento demográfico de la población mundial, se prevé que el número de personas de edad que necesitan cuidados de larga duración aumentará considerablemente. En este sentido, el avance hacia una agenda de desarrollo con base en la sostenibilidad económica, ambiental y social debe incorporar el concepto de “cuidado” para asegurar un cambio estructural en el marco de un crecimiento inclusivo.
La inversión en políticas de cuidado genera un impacto positivo en el empleo para hombres y mujeres. A mediano y largo plazo, la inversión en los sectores del cuidado produce externalidades positivas sobre el nivel de educación y la fuerza del trabajo, ya que la provisión de infraestructuras publica y social de cuidado reduce las desigualdades educativas que afectan a los niños.
El presidente de la FAMP indica que, a corto plazo, “la profesionalización y certificación de quienes trabajan en forma remunerada en el sector de los cuidados aumenta sus capacidades laborales, sus salarios y su productividad. También si se regula se formaliza el sector, se robustecen los sistemas de pensiones y de protección social”.
Rodríguez Villalobos también recalca que la economía del cuidado “está creciendo a medida que aumenta la demanda de cuidado de niño y niñas y de las personas de edad en todas las regiones, por lo que creará numerosos empleos en los próximos años. Sin embargo, el trabajo de cuidados en todo el mundo sigue estando caracterizado por la falta de beneficios y protecciones, por bajos salarios o nula compensación. Es evidente que se requieren nuevas soluciones a la prestación de cuidados en dos frentes: en lo que respecta a la naturaleza y la facilitación de políticas y servicios de cuidado, y en términos de las condiciones en que los cuidados se prestan”.
“Invertir en la economía del cuidado contribuye a la diversificación de la estructura productiva, sin transgredir los límites ecológicos para la reproducción, lo que a su vez permite gestionar de forma más eficiente patrimonio natural y garantizar la sostenibilidad de la vida. De igual manera, es “encontrar soluciones a la prestación de cuidados es esencial para que las mujeres gocen de igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo”, concluye el presidente de la FAMP.
Por su parte, el presidente de la Fundación Ageing Lab, Alfonso Jesús Cruz Lendínez, recalca que “desde su creación en 2013, Ageing Lab ha fomentado y promovido la colaboración entre entidades públicas y privadas de la economía plateada, para hacer frente al reto demográfico que supone el envejecimiento, a través de la creación y transferencia de conocimiento a nivel nacional e internacional”.
En este sentido, asegura que “la firma de este convenio supone el aprovechamiento de esta experiencia pudiéndola transferir y compartir a nivel andaluz, que se materializará en la elaboración y desarrollo de iniciativas conjuntas entre ambas entidades, que reforzarán la apuesta por la economía de los cuidados y la innovación social, con el fin de volver a situar a las personas como centro y motor, así como promover y poner en valor una sociedad del cuidado más sostenible, digital e igualitaria”.