Un artículo de Sergio García Bri,
fisioterapeuta en Asociación Parkinson Elche,
miembro del Foro de profesionales de fisioterapia de la Federación Española de Párkinson
La pirámide de población de España continúa su proceso de envejecimiento. Estos ya más que conocidos datos, junto al aumento de la esperanza de vida en nuestro país, lleva a muchos mayores al replanteamiento de un nuevo estilo de vida con el inicio de la jubilación o retiro laboral, que cada vez se aleja más y más de la etapa real considerada como vejez. De algún modo estamos ante la creación de un nuevo ciclo vital entre estos dos conceptos, compuesto por personas cada vez mejor formadas y de mejor condición de salud que sus generaciones anteriores.
Este nuevo paradigma nos lleva a reflexionar sobre el concepto de envejecimiento activo, el cual fue definido por cuatro pilares fundamentales en la II asamblea mundial sobre envejecimiento (OMS 2002). Estos pilares son: la salud, la participación, la seguridad y el aprendizaje.
La fisioterapia asume la labor de promoción, prevención y asistencia durante el proceso de salud de una persona. El modelo clásico contribuye a prevenir, recuperar, mantener o paliar esta condición a través de los servicios que las diferentes instituciones y entidades sanitarias y sociosanitarias pueden ofrecer. Las citas individuales o los programas de ejercicio terapéutico son algunos de los ejemplos de ellos. Ahora bien, ¿cuáles son las barreras que los fisioterapeutas pueden encontrar en relación al resto de pilares que componen esta definición de envejecimiento activo?
- Los fisioterapeutas, al igual que otros profesionales sanitarios, se encuentran envueltos a menudo en antiguas prácticas de “modelo paternalista’‘, tanto en sus propios servicios en lo que a ellos respecta como desde niveles superiores. Esto ocurre cuando se impone imperativamente un tratamiento o terapia sin considerar las preferencias personales y el contexto social de la persona.
- Por otro lado, la falta de profesionalización, financiación o la precariedad laboral de determinados puestos de trabajo, entre otros, terminará afectando en última instancia a la calidad de asistencia de las personas mayores en sus servicios.
¿Qué alternativas tiene por tanto la fisioterapia para fomentar una mejor implementación del modelo de envejecimiento activo en la atención geriátrica integral?
La motivación importa, y mucho. Cuando la motivación es autodeterminada las personas valoran el ejercicio terapéutico porque acaba convirtiéndose en algo importante para ellos mismos o porque simplemente lo disfrutan. Cuando esto ocurre, se cumplen las necesidades psicológicas básicas (Hancox J., et al., 2015) y el éxito de adherencia a la terapia será mayor. Ofrecer opciones dentro de la actividad o promover la capacidad de decisión sobre la intensidad de trabajo, así como fomentar la interacción entre los usuarios son algunos ejemplos de herramientas de las que se puede servir.
A su vez, se requiere en el tratamiento un empoderamiento del mayor. Esto debe convertirse en una regla para el diseño de nuestros programas. La persona debe estar incluida en todo el proceso, de principio a fin. Debemos ser capaces de desarrollar sistemas que evalúen de algún modo el aprendizaje y la comprensión de la intervención. Para este fin, los cuestionarios de satisfacción y la formación en habilidades comunicativas y en escucha activa por ejemplo puede sernos de una herramienta potente y de gran ayuda para cubrir estas necesidades.
Finalmente, y para que los servicios logren profesionalizarse, la comunicación también debe moverse en ambas direcciones entre los diferentes niveles sanitarios; entre los servicios de terapia y los de especialidades o de atención primaria. Para ello nos podemos servir de la implantación de protocolos profesionales avalados por instituciones, colegios o acciones federativas que ayuden al diseño y mejora del programa en el centro de trabajo y a justificar su importancia y necesidad.
Definitivamente, hoy podemos decir que la población más longeva de la historia cuenta con la fisioterapia más moderna y con mejor evidencia científica. Esta debe crecer afrontando estos retos de salud en correcta comunicación y participando en conjunto y beneficio de nuestra comunidad más mayor.
Bibliografía
Hancox, J., Ntoumanis, N., Thogersen-Ntoumani, C., & Quested, E. (2015). Self-Determination Theory. In Middelkamp, J. (Ed). Essentials of Motivation & Behaviour Change. Brussels: EuropeActive. 68-85.
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2002). Envejecimiento activo: Un marco político. Revista española de geriatría y gerontología, 37, 74-105.