La Plataforma de Mayores y Pensionistas de España (PMP) se ha fijado como uno de sus objetivos prioritarios para 2022 promover programas para combatir la soledad no deseada de los más de dos millones de personas que la sufren en nuestro país. Y para ello demanda una estrategia a largo plazo, que sea transversal y con medidas específicas en todas las áreas y niveles de las administraciones, y que implique activamente a toda la sociedad.
La Plataforma de Mayores y Pensionistas se ha propuesto combatir una de las grandes pandemias -y la más olvidada- que se vive en la actualidad: la soledad no deseada. Y es que más de dos millones de ancianos viven en una situación de soledad y desamparo en España y un 6% de la población mayor europea también lo padece.
Vivir la vejez en soledad repercute un grave peligro no solo a nivel físico, sino que psicológicamente las personas mayores que viven solas son más propensas a sufrir ansiedad, depresión, pensamientos suicidas y un mayor deterioro cognitivo.
Así pues, la PMP se pone «en pie de guerra» para combatir una situación considerada ya como la pandemia del sigo XXI, y para ello solicita al Gobierno y a las Comunidades Autónomas la puesta en marcha, de manera urgente, de una Estrategia para prevenir y combatir la soledad no desead, que para la PMP deben liderar los programas y estrategias de convivencia e integración social para que ningún ciudadano se sienta solo y sin capacidad de resolver sus problemas para vivir con dignidad y sentirse acompañado.
Esta estrategia debe establecer un marco de actuación global, que oriente los esfuerzos de integración que se hacen desde los Ayuntamientos y organizaciones sociales. Para la PMP, estas estrategias deben ser a largo plazo, transversales y con medidas específicas en todas las áreas y niveles de las administraciones y que impliquen activamente a toda la sociedad y que prioricen la atención a los grupos con mayor riesgo de aislamiento.
Avanzar hacia una sociedad que cuida y acompaña
En este contexto, la PMP llama la atención sobre este “grave problema que afecta muy negativamente al bienestar y a la salud de más de dos millones de personas en nuestro país, y alrededor del 6% de la población de los países de la UE”. Número va creciendo año a año, que se ha acentuado con la Covid-19 y que desde el punto de vista estadístico la sufren sobre todo las personas mayores, especialmente las de avanzada edad que son mayoritariamente mujeres.
De hecho, la existencia de tantas personas que sufren soledad no deseada supone “un fracaso” para lograr una sociedad que quiere ser inclusiva y cohesionada, “que no sabe estar a la altura de un mundo que cambia constantemente, y que nuestra inercia impide tejer vínculos que no dejen a nadie fuera del tejido social”, indica la Plataforma de Mayores y Pensionistas.
La PMP reivindica que las personas que sufren este tipo de soledad tienen derechos sociales que la comunidad les niega en cierto sentido al desentenderse de ellas. Además explica que prevenir y combatir la soledad no deseada es también una forma de abordar el reto demográfico y el del envejecimiento activo, puesto que la gran parte de la España despoblada está habitada por personas mayores solas, que carecen de los servicios imprescindibles.
Por otra parte, las ciudades que agrupan a la mayoría de la población, en su mayor parte no han sabido abordar el reto de la convivencia vecinal que integre a las personas aisladas y/o solas. Tienen más servicios, pero no están suficientemente preparadas para promover un sistema de convivencia ciudadana, en el que todos se integren.
“Hemos de avanzar hacia una sociedad que cuida y acompaña. Algo que tradicionalmente han hecho las familias y, sobre todo, las mujeres. Hoy ya no se puede lograr sin la implicación de toda la comunidad”, concluye la PMP.