Un estudio prospectivo del CIBEROBN y la Universidad Rovira i Virgili-IISPV evidencia que seguir una dieta mediterránea en la tercera edad, incluso a corto plazo, ayuda a mantener la salud cognitiva.
El deterioro cognitivo es una seria preocupación en salud pública, sobre todo a medida que la población envejece. Los ancianos y otras personas que lo experimentan pueden ser incapaces de cuidar de sí mismos o de realizar las actividades cotidianas, como ejercicio físico, la preparación de comidas, la administración del dinero o las tareas domésticas.
Dado que actualmente no existe un tratamiento eficaz para el deterioro cognitivo, la prevención mediante cambios en el estilo de vida, como en la ingesta dietética, se han propuesto como enfoques prometedores para promover un correcto funcionamiento cognitivo.
Puesto que los individuos no comen nutrientes individuales o un solo tipo de alimento, la evaluación de los patrones dietéticos permite valorar en condiciones del mundo real las posibles interacciones de los alimentos dentro de enfoques dietéticos completos. Sin embargo, hasta la fecha, existe una limitada evidencia científica que permita hacer recomendaciones para prevenir el deterioro cognitivo en personas de edad avanzada a corto plazo.
Cabe recordar que la salud cognitiva se define como la capacidad de pensar, aprender y recordar con claridad, siendo un componente importante para realizar correctamente las actividades diarias y mantener la calidad de vida.
Por otro lado, la dieta mediterránea se caracteriza por el uso del aceite de oliva como principal fuente de grasa; un alto consumo de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales o frutos secos ricos en componentes antioxidantes, así como cantidades bajas o moderadas de alimentos de origen animal (lácteos, carnes rojas) y alimentos altamente procesados o ricos en azúcar.
Por su parte, la dieta DASH responde a las siglas de Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) y fue diseñada para ayudar a tratar o prevenir la presión arterial alta (hipertensión). Este patrón dietético es rico en verduras, frutas y cereales integrales. Incluye productos lácteos sin grasa o bajos en grasa, pescado, aves de corral, legumbres y frutos secos, y limita los alimentos con alto contenido en grasas saturadas, como las carnes grasas y los productos lácteos enteros.
La dieta MIND se basa en una combinación de los patrones dietéticos mediterráneos y DASH y son las siglas de intervención mediterránea-DASH para el retraso neurodegenerativo. Esta dieta hace hincapié en los alimentos que se cree que ayudan a la salud del cerebro y a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, como las verduras de hoja verde, los frutos secos y los frutos rojos.
Salud cognitiva y alimentos ricos en grasas saludables
Bajo este marco, se realizó un estudio prospectivo elaborado por CIBEROBN y la Universidad Rovira i Virgili-IISPV, publicado en la revista Frontiers in Aging Neuroscience, en el que se evaluó la salud cognitiva y la ingesta dietética en 6.647 participantes del estudio PREDIMED-Plus.
Se llevó a cabo una batería de ocho pruebas neuropsicológicas estandarizadas, así como una evaluación general de la salud cognitiva global, para evaluar la función cognitiva. La dieta se evaluó con un cuestionario en el que se preguntaba a los participantes sobre la ingesta de alimentos durante el año anterior.
Los investigadores examinaron el impacto de tres patrones dietéticos, entre ellos las dietas mediterránea, DASH y MIND, sobre los cambios en el rendimiento cognitivo a los dos años en ancianos españoles con sobrepeso u obesidad con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
Los resultados mostraron que los participantes que se situaron en el tercil superior en cuanto a la adherencia a la dieta mediterránea obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas relacionadas con la función cognitiva general y ejecutiva durante un período de dos años. Otros análisis sugirieron que los beneficios cognitivos estaban relacionados con el consumo de alimentos ricos en grasas saludables, como el aceite de oliva.
La adherencia a la dieta MIND también se asoció positivamente con la salud cognitiva, pero esta observación beneficiosa sólo se observó en una prueba en relación a la memoria de trabajo. En cambio, una mayor adherencia a la dieta DASH no se asoció con una mejor función cognitiva en la presente población.
El presente artículo apoya el fomento de la dieta mediterránea para la salud y la necesidad de seguir investigando en el futuro en el impacto que puede tener la dieta para poder informar mejor sobre las pautas a seguir para mantener una salud cognitiva óptima.
Artículo de referencia:
Nishi SK, Babio N, Gómez-Martinez C, et al. Mediterranean, DASH, and MIND Dietary Patterns and Cognitive Function : The 2-Year Longitudinal Changes in an Older Spanish Cohort. Frontiers in Aging Neuroscience, 2021;13. DOI: 10.3389/fnagi.2021.782067