Es incuestionable que la Inteligencia Artificial está siendo clave para mejorar la salud y es bienestar de las personas mayores, pero su diseño, implementación y uso también supone un riesgo a la hora de perpetuar la discriminación por edad, tal y como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El potencial de la Inteligencia Artificial en el campo de la medicina para las personas de edad avanzada es enorme a la hora de predecir riesgos de salud, permitir el desarrollo de medicamentos y ayudar a personalizar la gestión de la atención sanitaria, entre otros aspectos. Así, no sólo ayuda a mejorar su salud, sino que puede tener un gran impacto positivo en su bienestar general.
Sin embargo, por su diseño, implementación y uso, esas tecnologías conllevan el riesgo de replicar la discriminación por edad que existe en las sociedades y minar la calidad de la atención médica y social que recibe ese grupo poblacional, señala la OMS. Y es que los datos que alimentan a estas tecnologías pueden no ser representativos de las personas mayores o estar sesgados por estereotipos, prejuicios o conceptos discriminatorios.
A ello se suman las suposiciones erróneas sobre cómo desean vivir o interactuar con la tecnología las personas mayores en su vida diaria y el riesgo de reducir el contacto intergeneracional o profundizar las barreras existentes para el acceso digital.
Para garantizar que las tecnologías de Inteligencia Artificial tengan un impacto positivo en la vida de los ancianos, hace falta identificar y eliminar la discriminación por edad de su diseño, desarrollo, uso y evaluación. Con este objetivo, la OMS ha presentado una serie de políticas que incluye medidas legales, no legales y técnicas.
Se engloban en ocho puntos que buscan asegurar que la Inteligencia Artificial tome en cuenta la discriminación por edad y que las personas mayores participen en la concepción de los procesos, sistemas, tecnologías y servicios que les competen:
- Participación de las personas mayores en el diseño de la Inteligencia Artificial que usarán. Supone capacitación y oportunidades educativas para que intervengan en el proceso de diseño. Su inclusión no sólo debe basarse en la edad, sino que debe considerar elementos como el género, la etnia, la raza y sus capacidades.
- Formación de equipos de proceso de datos con personas de distintas edades. Los grupos responsables de seleccionar, validar y aplicar los datos para el diseño y operación de las tecnologías deben incluir a personas mayores y ser diversos no sólo en sus criterios de edad, sino también en los demográficos
- Recopilación de datos que incluyan edad. Si las personas de edad están subrepresentadas en un conjunto de datos, el servicio que recibirá de la Inteligencia Artificial tendrá menor calidad con respecto al que obtendrán otros grupos de población mejor representados.
- Inversiones en infraestructura y alfabetización digital para personas mayores, sus proveedores de atención médica y sus cuidadores. Muchas veces las tecnologías de Inteligencia Artificial pueden tener un diseño adecuado para las personas mayores pero carecer de infraestructura apropiada, lo que puede contribuir a la idea discriminatoria de que las personas mayores no comulgan con las tecnologías digitales.
- Derecho de las personas mayores a consentir u oponerse. Las personas deben tener la última palabra en decisiones críticas y ejercer su capacidad de elegir y dar su consentimiento respecto a cómo usar las tecnologías digitales. Y en ningún caso deben sustituir la atención o tratamiento proporcionado por un profesional de la salud o cuidador
- Marcos de gobernanza y regulaciones para empoderar y trabajar con las personas mayores. Las regulaciones no deben recurrir a prácticas excluyentes y discriminatorias que podrían perjudicar el diseño de las tecnologías de Inteligencia Artificial. Gobiernos, sector privado y todos los actores implicados deben trabajar en conjunto con las personas mayores
- Mayor investigación para comprender los nuevos usos de la Inteligencia Artificial y evitar sesgos. A medida que las personas mayores aumenten el uso de la Inteligencia Artificial se deben hacer más estudios para determinar si existe discriminación por edad, raza o sexo e identificar medidas para mitigarla o eliminarla
- Procesos de ética estrictos en el desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial. Es necesario basar el desarrollo y la aplicación de la Inteligencia Artificial en una ética sólida que identifique los riesgos de discriminación por edad y que evalúe los efectos positivos y negativos de esa tecnología en las personas mayores
Las personas interesadas pueden consultar aquí el documento ‘Ageism in artificial intelligence for health: WHO policy brief’ de la OMS.
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