El uso racional y controlado de los psicofármacos mejora la socialización y el estado físico de los mayores, tal y como indica el estudio “Comparativa de tres métodos de reducción de psicotrópicos en mayores sin demencia”, realizado por el Dartmouth Institute for Health Policy and Clinical Practice, de la Universidad de Dartmouth, y Sanitas Mayores.
Este estudio sobre psicofármacos se realizó entre personas mayores sin demencia, con edades comprendidas entre 70 y 99 años, residentes en toda la red de residencias de Sanitas Mayores en España durante cinco meses durante 2018.
El estudio mostró que el control del uso de benzodiacepinas y los antipsicóticos es la práctica que más beneficios positivos ha aportado a los residentes. Este dato tiene especial importancia ya que estos medicamentos son precisamente los más utilizados en España con fines restrictivos en pacientes con demencia, generalmente para evitar conductas desafiantes.
Esta iniciativa también confirmó una reducción en el registro de caídas y menor número de lesiones graves asociadas. Además, se reducen los efectos secundarios asociados al consumo de psicotrópicos, como somnolencia o efectos cardiovasculares, así como los posibles efectos nocivos cuando se combinan con otros medicamentos, que puede provocar una potenciación, reacciones cruzadas o sobremedicación.
La investigación se realizó a través de un ensayo aleatorio controlado, implementando tres tipos diferentes de intervenciones:
- reuniones de coordinación
- criterios stopp-start
- ayudas a la decisión clínica
Los resultados de todas fueron positivos, pero a diferencia del ensayo realizado en personas con demencia, la intervención menos efectiva fue la aplicación de los criterios stopp-start. Estos criterios constituyen una de las mejores herramientas para la identificación de prescripción inapropiada en personas mayores.
De este modo, quedó probado que un uso racionalizado de este tipo de medicamentos beneficia a la salud de las personas mayores, con y sin demencia, y permite a los profesionales sanitarios trabajar con mucha más seguridad en la práctica médica habitual.
Como destaca señala David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, “esto se debe a que las personas sin deterioro cognitivo responden mejor a las intervenciones que requieren compromiso activo y, sin embargo, aquellas con demencia se benefician de las que conllevan medicamentos y requieren un compromiso menos activo, como los criterios stopp-start”.
El estudio “Comparativa de tres métodos de reducción de psicotrópicos en mayores sin demencia”, que fue publicado por la revista Journal of General Internal Medicine (JGIM), demuestra que reducir la medicación en pacientes con demencia tiene numerosos beneficios para la salud. Y es que “las personas sin demencia que han participado en el estudio se han mostrado más activas físicamente, con una mejoría en otros aspectos relativos al riesgo de caídas; también a nivel cognitivo son más ágiles a la hora de realizar actividades mentales”, señala el Dr. Curto.
El análisis de los resultados del estudio, tanto en personas con deterioro cognitivo como sin él, ha permitido crear un cuadro de mando donde se analiza de manera detallada el uso de psicofármacos en las residencias de Sanitas Mayores. De este modo, todos los equipos clínicos implicados pueden realizar un seguimiento de cada residente y ajustar la medicación a las necesidades reales en cada momento.
Esta investigación tiene como objetivo concienciar al sector para normalizar la racionalización del uso de fármacos como sujeciones químicas. Esto pasa por reducir el uso inapropiado de esta medicación, medir con mayor precisión las dosis y conocer las cantidades mínimas efectivas para esta clase de medicamentos.
Pueden consultar aquí el estudio ‘Reducción del uso de psicotrópicos en residentes de centros de ancianos españoles no dementes: una comparación antes y después de tres intervenciones’.