El Hospital de Barcelona ha ampliado su oferta de los menús para los pacientes con una nueva opción para las personas con dificultad para deglutir y cansadas de la monotonía de los alimentos triturados. Esta nueva dieta texturizada, fruto del trabajo conjunto entre los equipos de dietistas y cocina del Hospital de Barcelona, está pensada para estimular el apetito y recuperar el placer por la comida.
La dieta se basa en platos de aspecto atractivo, gusto sabroso e ingredientes naturales, que tiene como objetivo facilitar la recuperación de los pacientes y mejorar su estado de salud gracias a una ingesta más abundante, además de mejorar la experiencia del ingreso hospitalario.
Estos menús se elabora a diario con productos naturales. Después de cocinarlos, los alimentos se procesan con un robot y adoptan una textura específica mediante un espesante. El resultado se introduce en un molde para que se asemeje a la forma original de los alimentos. Tal y como aseguran desde el Hospital de Barcelona, platos como los jamoncitos de pollo con judía verdes y salsa de asado (en la imagen) o el redondo de ternera con zanahorias y salsa española, gracias a su nuevo aspecto, recuperan el aliciente por la comida los pacientes que lo han perdido.
Para garantizar el éxito de la iniciativa, el personal de cocina ha recibido formación específica y, con su implicación, ha dado una óptima respuesta a un reto ambicioso. Las pruebas piloto han demostrado la buena acogida de la iniciativa y la satisfacción de las personas que han participado en ella.
La polimedicación, un problema de salud pública
En otro orden de cosas, en el marco de su programa docente del Hospital de Barcelona acogió una conferencia sobre polifarmacia y desprescripción a cargo de la Dra. Laura Iglesias, médica del Hospital de Barcelona y miembro del Programa de Atención al Paciente Pluripatológico de Assistència Sanitària.
Esta experta destaca que «el progresivo envejecimiento de la población, con el consiguiente aumento de la morbilidad y del consumo de medicamentos, han hecho que la polimedicación se haya convertido en un problema de salud pública por las graves consecuencias que de ella se derivan. Además, en estos años, cada vez se ha avanzado más en cuanto a la disponibilidad de fármacos para atender a las diferentes patologías y en la complejidad del abordaje terapéutico de los pacientes».
A juicio de esta experta, «es muy importante tomar conciencia del problema de la polimedicación e intentar realizar una prescripción prudente en la atención continuada de nuestros pacientes, tratando de ajustar los tratamientos a cada paciente y su contexto. Es necesario mantener una buena comunicación e informar de los cambios propuestos y realizar seguimiento y monitorización posterior, valorando adherencia y posibles efectos adversos de la propia desprescripción».
Y en todo este proceso «el cuidador es una figura indispensable en la atención a los pacientes pluripatológicos frágiles del PAPPA (Programa de Atención al Paciente Pluripatológico de Assistència Sanitària). Es necesario que conozca el funcionamiento del programa, informarle del plan terapéutico e implicarlo y hacerlo partícipe en el abordaje, cuidado y seguimiento evolutivo de los pacientes», recalca la Dra. Iglesias.