Un artículo de las colaboradoras del Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales de Galicia (COTOGA)
Alba Vila Paz, Doctora en Psicología del desarrollo y Terapeuta Ocupacional
Celia Lumbreras Gómez, Terapeuta Ocupacional
María del Carmen Miranda Duro, doctora en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y Terapeuta Ocupacional
Bibiana Salomé San Miguel Montes, Terapeuta Ocupacional
Verónica Blanco, Terapeuta Ocupacional
Según la OMS las caídas se definen como un suceso que de forma involuntaria hace perder el equilibrio a la persona. La prevalencia de las caídas varía entre un 20% y un 50%, aumentando el riesgo a medida que las personas envejecen.
Influencia de las caídas en el día a día
Las consecuencias de las caídas pueden ser inmediatas o tardías. Como consecuencias inmediatas se producen lesiones en las partes blandas del cuerpo (p.e. hematomas internos) o fracturas (p.e. cadera, fémur, muñecas y costillas). Estas lesiones tienen repercusiones importantes en la funcionalidad y autonomía precipitando la incapacidad o dependencia.
Las consecuencias tardías son aquellas que aparecen tiempo después de la caída. Pueden ser:
- Inmovilidad: producida por una limitación que aumenta el riesgo de complicaciones. Por ejemplo, estreñimiento o malas digestiones, de obesidad y de úlceras por presión, entre otras complicaciones en el sistema muscular y la cognición.
- Síndrome post-caída: caracterizada por el miedo a tener una nueva caída y la pérdida de confianza en uno mismo para realizar actividades de forma autónoma y segura, provocando menor movilidad y capacidad funcional, como limitar la vida social.
Valoración y prevención de caídas desde Terapia Ocupacional
Para valorar el riesgo de caídas y establecer medidas de prevención es necesario identificar los factores de riesgo y las consecuencias a medio y largo plazo de estas. El objetivo de la valoración es detectar y evaluar los problemas físicos, cognitivos y del entorno existentes para ofrecer un plan de prevención.
- Valoración geriátrica integral (VGA)
La VGA indica el estado clínico (exploración de la salud, búsqueda de enfermedades y situación de los órganos y los sentidos), funcional (nivel de autonomía en las actividades de la vida diaria y situación de dependencia), mental (situación cognitiva) y social (situación socioeconómica y de la red de apoyos) de la persona adulta con riesgo de caídas. Las herramientas más utilizadas son el Índice de Barthel, el Índice de Katz y la escala de la Cruz Roja. En la evaluación cognitiva son el Miniexamen Cognoscitivo de Lobo y la Geriatric Depresion Scale de Yesavage.
La exploración clínica y social se realiza con entrevistas, mediante la observación o con exámenes específicos que valoran la situación de salud.
- Valoración del equilibrio y la marcha
Tiene por objetivo explorar la fuerza muscular, la velocidad de los pasos, la flexibilidad en los miembros inferiores y conocer el estado del equilibrio estático y en marcha. Las herramientas más utilizadas son el Test de Romberg, Test de la estación unipodal, Prueba de alcance funcional, Timed get up and go, Short Physical Performance Battery y el Test de Tinetti de Equilibrio y Marcha.
- Valoración del entorno
Se realiza un estudio de los obstáculos en el hogar y se realiza una corrección de estos en todas las estancias.
Tras esta evaluación exhaustiva, se contemplan todas las medidas para prevenir el riesgo de caídas. Las medidas destinadas a evitar las caídas incluyen las mencionadas a continuación.
Actuar ante una caída en el hogar y en la calle
Dada la complejidad de las caídas y los diversos factores que influyen sobre ellas, es importante enseñar a la persona adulta mayor a cómo caer y de qué forma se debe levantar con seguridad. El objetivo de este aprendizaje es evitar los mayores daños posibles. Es necesario el entrenamiento en espacios controlados con la propia persona para facilitar su reacción ante una posible caída. Las principales recomendaciones son mantener la calma tras la caída y evitar levantarse de forma inmediata.
El primer paso es pedir ayuda, ya sea por teléfono o haciendo ruido para que alguien pueda acudir a auxiliar. Es necesario, además, revisar si hay heridas abiertas, fracturas o sensación de mareo.
En caso de que no existan complicaciones palpables y/u observables, la persona se intentará levantar colocándose en posición de cuadrupedia (gateo). A continuación, se gatea hasta un apoyo firme, procediendo a levantarse lentamente y apoyándose en una superficie estable. Nunca deberá utilizar un bastón, andador o muleta para levantarse.
Después de un episodio de caída, se recomienda acudir a un centro médico, o en su defecto, que un profesional le realice una revisión para descartar cualquier complicación.
Modificación del entorno
Las principales modificaciones en la vivienda para evitar o reducir las caídas son:
- Mobiliario y diferentes estancias en general: retirar alfombras y cables, muebles redondeados, asientos altos, entre otros.
- Baño: uso de pavimentos antideslizantes, plato de ducha en vez de bañera, colocar asideros, entre otros.
- Cocina: uso de sillas o banquetas estables, los utensilios más habituales al alcance, entre otros.
- Dormitorio: altura de la cama según la altura de la persona, los interruptores deben de ser abundantes y conmutadores, así como los enchufes, entre otros.
En los accesos de la vivienda es necesario que haya una iluminación buena y constante, así como rampas para facilitar la deambulación o en su defecto ascensores. Estas son actuaciones genéricas, pero siempre se debe de individualizar con cada persona teniendo en cuenta sus características.
Estas modificaciones en el entorno son llevadas a cabo por un/a terapeuta ocupacional y la propia persona o su familia mediante una visita domiciliaria para valorar la vivienda y alrededores.
Productos de apoyo para la movilidad
Después de valorar el estado funcional de la persona, se procede al asesoramiento y entrenamiento con los productos de apoyo (PA) que sean más adecuados para favorecer la seguridad y la autonomía en las actividades diarias.
En el mercado, existe un gran número de PA para la movilidad desde bastones, andadores y muletas hasta otros que se incorporan en el baño (tabla/ silla giratoria, agarradores, elevador WC), para las transferencias (tablas, discos giratorios) o calzado específico.
Cada PA se usa según las recomendaciones del o la profesional. Es muy importante mantenerlos en buen estado (mantenimiento de tacos o ruedas) y situarlos próximos para usar siempre en las transferencias y desplazamientos.
Uso de la tecnología en la prevención de caídas desde Terapia Ocupacional
El abordaje de las caídas mediante la tecnología se realiza con la Xbox o la Wii y con aplicaciones de simulación/concienciación sobre la modificación del entorno. En los últimos años, también se han introducido los dispositivos wearables como herramientas de evaluación para la prevención de caídas y/o seguimiento para facilitar el análisis y valoración.
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