La afasia puede afectar a cualquier edad, pero es más común que afecte a personas adultas, sobre todo a partir de los 60 años. Se trata de un trastorno en el lenguaje producido como consecuencia de una lesión o una alteración en el funcionamiento en las partes del cerebro responsables de la expresión, la comprensión, la lectura y/o la escritura.
En España, más de 350.000 personas padecen afasia y cada año se producen unos 25.000 nuevos casos, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En función de las áreas cerebrales en las que se localice la lesión y del grado de estas lesiones, la afasia puede tener distintos tipos de gravedad y el paciente manifestará problemas diferentes en el lenguaje.
Así, algunas personas con afasia tienen problemas en el empleo de las palabras o a la hora de construir oraciones, otras personas pueden tener problemas para entender a los demás, algunas personas pueden tener problemas tanto de expresión como de comprensión, otras personas pueden tener problemas con la lectura y la escritura, etc.
Los expertos de la Sociedad Española de Neurología aclaran que la afasia no es una enfermedad, es un síntoma de que se ha producido una lesión en el cerebro y las causas pueden ser diversas. En ocasiones, esta alteración del lenguaje puede ser transitoria (por ejemplo, en pacientes con epilepsia, con migraña con aura o con ataques isquémicos transitorios), en otras persisten mientras se manifieste la enfermedad (ictus, infecciones -como por ejemplo una encefalitis- o un tumor cerebral) y en otras forma parte de una enfermedad neurodegenerativa, como en la afasia primaria progresiva, que es un síndrome clínico asociado a demencias como la enfermedad de Alzheimer o la demencia frontotemporal (se calcula que la demencia frontotemporal afecta a un 0,2-0,3% en la población mayor de 65 años, de los cuales el 20-40% correspondería a casos con afasia progresiva primaria).
No obstante, las principales causas de la afasia son:
- haber sufrido un ictus
- un traumatismo craneoencefálico
- una infección (como por ejemplo una encefalitis)
- un tumor cerebral
- algún tipo de enfermedad neurodegenerativa (como por ejemplo Parkinson o algún tipo de demencia, como Alzheimer).
En función de las características y gravedad de la enfermedad subyacente, el paciente presentará una capacidad variable de recuperación. Si el daño cerebral es leve, existe la posibilidad de que la persona recupere las habilidades del lenguaje sin tratamiento. Sin embargo, la mayoría de las personas van a necesitar rehabilitación a manos de expertos del lenguaje, logopedas y foniatras, etc.
En estos casos, la recuperación de las habilidades del lenguaje suele ser un proceso relativamente lento y el grado de recuperación variable, pudiendo permanecer secuelas y siendo complicado que recuperen la normalidad anterior a la lesión, señala la Sociedad Española de Neurología.
Por otra parte, si la afasia se ha producido por una enfermedad neurodegenerativa, que en estos casos se denomina afasia progresiva, el paciente va a ir empeorando progresivamente a medida que avance su enfermedad. La afasia progresiva puede ser el modo de presentación de diversas enfermedades neurodegenerativas, y a diferencia de otras causas que producen afasia de forma repentina, en estos casos los síntomas comienzan gradualmente y el trastorno del lenguaje es el síntoma más destacado.
Se denomina afasia progresiva primaria a un síndrome neurodegenerativo caracterizado por un deterioro progresivo del lenguaje, mientras que, inicialmente, el resto de funciones cognitivas están preservadas. Se relaciona habitualmente con un tipo de demencia frontotemporal, un grupo de trastornos relacionados por la degeneración de los lóbulos frontal o temporal del cerebro, que incluyen tejido cerebral relacionado con el habla y el lenguaje, o con una variante de la enfermedad de Alzheimer. La edad de inicio habitual de la afasia primaria progresiva se considera en torno a los 50 a 70 años.