Un artículo de Sònia Shah Llois,
Psicogerontóloga y Psicóloga General Sanitaria
Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Psicogerontología (AEPG)
Fundadora de Senior Coach y Centre de Dia Vincles
Profesora colaboradora en la Universitat Oberta de Catalunya
A parte de las afectaciones cognitivas y funcionales que van sucediendo durante el transcurso de la enfermedad, suelen también acontecer ciertos síntomas conductuales y psicológicos asociados a la demencia, los cuales llamamos SCPD. Los SCPD contemplan delirios, alucinaciones, trastornos del estado del ánimo, agitación, desinhibición, alteración del sueño, etc.
Es común asociar esta sintomatología a los cambios neurológicos propios producidos por la misma enfermedad, sin tener en cuenta ni explorar otras posibles causas. Sin embargo, desde hace un tiempo y en acorde con el modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP), se sabe que estos síntomas están fundamentados, ya que pueden estar causados por unas necesidades psicológicas y sociales insatisfechas y la Psicología Social Maligna (PSM), entendida como la interacción negativa y poco comprensiva de estas necesidades.
Kitwood (2003) definió 5 necesidades universales de las personas, y como tales, también presentes en las personas con demencia:
- confort (necesidad de trato cálido y cercano)
- identidad (necesidad de saber quiénes somos)
- vínculo (necesidad de tener vínculos y compromisos)
- ocupación (necesidad de sentirse útiles y participar en actividades significativas)
- inclusión (necesidad de sentirse parte de un grupo social, evitar el aislamiento y la soledad)
La PSM se refiere a actitudes de perjuicio que la mayoría de veces llevamos a cabo de manera inconsciente o no voluntaria (infantilizar, etiquetar, desautorizar, desempoderar, imponer, ignorar y excluir, entre otras).
Si tenemos en cuenta la pirámide de necesidades humanas de Maslow (1943), mucho más antigua, ya se hablaba de una jerarquía de necesidades que cada ser humano debía cubrir:
Por lo que, de manera unificada e integral, podríamos decir que los SCPD,son secundarios a:
- El daño neurológico y los cambios neuroquímicos propios de la enfermedad, ya que pueden generar dificultad de regulación emocional y de control de impulsos, entre otras
- Necesidades descubiertas (fisiológicas y psicosociales)
- Alteraciones sensoriales (pérdida de visión/audición que puedan estar facilitando delirios y/o alucinaciones)
- Alteración del estado de salud (resfriados, estreñimiento, infecciones, dolor…)
- Alteración del ambiente (cambio de entorno, rutinas…) y Psicología Social Maligna
¿Por qué son importantes las intervenciones no farmacológicas?
Los medicamentos antipsicóticos se usan muy frecuentemente para controlar los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia (SCPD). Es una vía rápida y aparentemente económica (sin embargo genera un coste € muy elevado a largo plazo). El porcentaje de prescripción oscila entre el 60% y el 80% en personas que padecen SCPD. Además, existe un riesgo acumulativo del 9% a lo largo del curso de la enfermedad.
Muchas investigaciones demuestran que estos fármacos producen efectos muy adversos en las personas mayores, especialmente si éstas padecen deterioro cognitivo. Algunos de estos efectos son: mayor deterioro cognitivo, caídas recurrentes, movilidad reducida, rigidez muscular, hiporexia, apatía, etc.
Por desgracia, los fármacos suelen ser la primera opción como tratamiento para la mayoría de problemas ya sean médicos o psicológicos. Sin embargo, en muchos casos, los fármacos, solamente “taparán” y no solucionaran el problema raíz del síntoma o conducta. En otras ocasiones, apenas se evidencian cambios de comportamiento e incluso puede empeorar.
Por lo tanto, es conveniente explorar las causas de estos SCPD e intentar resolverlos o minimizarlos a través de intervenciones no farmacológicas personalizadas y adaptadas a cada caso.
¿Qué es una Historia de Vida?
Para explorar y poder comprender el motivo del comportamiento de una persona necesitamos conocerla previamente. La mejor forma de llevar esto a cabo es mediante una entrevista de Historia de Vida (HDV).
Una Historia de Vida no es una simple recopilación de datos biográficos de la persona. Es una entrevista con estructura narrativa que puede durar entre 1-2 horas y que se compone de una introducción, cuerpo y cierre. En el cuerpo de la entrevista se exploran todas las etapas de la vida, desde la infancia, pasando por la adolescencia, juventud, madurez, jubilación, hasta el momento presente y el futuro de la persona, intentando seguir un orden cronológico.
Una vez terminada, realizaremos un análisis e interpretación de los datos y extraeremos unas conclusiones. Este análisis técnico producirá un documento muy útil para ajustar nuestro modelo de intervención a las particularidades de cada persona.
Voy a exponer un ejemplo práctico de un caso real, para constatar la relevancia de esta técnica.
El Sr. J., debido a un proceso de demencia moderado, se encontraba ingresado en una residencia y le obligaban a pasar la mayor parte del día en el salón, junto con el resto de residentes.
El Sr. J. se mostraba inquieto, agitado, siempre pendiente de la puerta para intentar salir. No participaba en ninguna actividad y no quería interaccionar socialmente con nadie. Muchas veces se ponía agresivo, empujaba a las personas y apenas quería comer.
Después de cenar, ya en su habitación, parecía otra persona, se mostraba afable, tranquilo, receptivo y agradecido cuando le ayudaban en sus AVD.
Después de realizar la Historia de Vida con la mujer del Sr. J. (en esta fase de la demencia fue inviable realizarla con él), pudieron conocer su personalidad, valores, estilo de vida y proporcionarle entornos confortables y actividades significativas.
El Sr. J. era un hombre introvertido, muy independiente, el cual siempre había disfrutado de sus aficiones en solitario (leer, montar maquetas de barcos, cuidar de las plantas…).
La residencia accedió a dejarle pasar el tiempo que quisiera en su habitación. Además, la personalizaron con algunas maquetas y fotografías de barcos y le pidieron si quería ayudar en el cuidado del jardín.
El estado de ánimo y actitud del Sr. J. cambiaron por completo y ahora se mostraba calmado, sonriente y en algunas ocasiones, hasta interaccionaba con otras personas por voluntad propia. No se comunicaba, pero les sonreía al pasar por su lado.
¿Cómo podemos aprender a realizar una buena Historia de Vida?
Una HDV no sirve exclusivamente para incidir en los SCPD, sino que, cuando se puede realizar con la propia persona, la ayuda a reconciliarse con el pasado, aceptarse y redefinir su autoconcepto. Además, la persona consigue una integración de su vida para que considere que ha merecido la pena de vivir.
Para llevar a cabo una buena HDV, es necesario formarse correctamente. Desde la Asociación Española de Psicogerontología, os recomendamos el curso Elaboración de Historias de Vida.
Bibliografía:
– Hernández, M. H., Mestres, C., Modamio, P., Junyent, J., Costa-Tutusaus, L., Lastra, C. F., & Mariño, E. L. (2019). Adverse drug events in patients with dementia and neuropsychiatric/behavioral, and psychological symptoms, a one-year prospective study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 16(6), 934. https://doi.org/10.3390/ijerph16060934
– Kitwood, T. (2003). Repensant la demència: pels drets de la persona. Vic: Eumo. [Dementia Reconsidered. People’s rights first. Open University Press, Oxford 1997]
– Villar, F. & Triadó, C. (2006). El estudio del ciclo vital a partir de historias de vida: Una propuesta práctica. Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona
– Villar, F. (2006). Historias de vida y envejecimiento. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 59. Lecciones de Gerontología, VII [Fecha de publicación: 29/06/2006]. http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/villar-historias-01.pdf
1 Comment
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Me parecen excelentes los artículos, importante aporte para todos los que trabajamos con A.M.