Un artículo de Mariló Almagro Cabrera,
Presidenta de CEAFA
Las Terapias No Farmacológicas (TNF) son intervenciones no químicas, teóricamente sustentadas, focalizadas y replicables, realizadas sobre el paciente o el cuidador y potencialmente capaz de obtener un beneficio relevante (Olazarán et al, 2010) que buscan aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y la de sus familias.
De hecho, hay muchas investigaciones que han demostrado que las TNF combinadas con las Terapias Farmacológicas (TF), pueden ser tan efectivas, o incluso más en algunos casos, que el uso exclusivo de fármacos para el tratamiento de algunos de los principales síntomas de algunas demencias.
Las TNF deben ser denominadas con criterios científicos, es decir, deben ofrecer intervenciones con resultados válidos y fiables, ya que, si no lo hacemos así, nos arriesgaríamos a que dentro del abanico de terapias que disponemos para proceder, nos podríamos encontrar con actuaciones de diversas índoles, guiadas por los criterios personales que no avalarían su inclusión como intervención terapéutica.
Las TNF se clasifican en distintas categorías según: el área de intervención propuesta (área cognitiva, área funcional, área emocional y área integral) y dependiendo de la persona a la que va dirigida: la persona que padece la demencia, la persona que la cuida o la persona cuidadora profesional y ha de contar con un manual de intervención para que los profesionales puedan ponerlas en práctica.
Los objetivos terapéuticos de la aplicación de las TNF en las personas con algún tipo de demencia se pueden concretar en:
- Estimular, mantener o potenciar las capacidades preservadas de la persona.
- Evitar la desconexión con su entorno y fortalecer las relaciones sociales.
- Dar seguridad e incrementar la autonomía de la persona en las actividades de la vida diaria (AVD).
- Estimular la propia identidad y autoestima.
- Minimizar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas.
- Retrasar o enlentecer la evolución de la enfermedad, mejorando el rendimiento cognitivo y funcional.
- Mejorar la calidad de vida de la persona enferma y sus familiares cuidadores.
Los beneficios que se obtienen con la implementación de las TNF en las personas con algún tipo de demencia son variados: el alivio de los síntomas propios de la demencia, el aprendizaje de afrontamiento y aceptación de la enfermedad, el refuerzo de las áreas preservadas en la persona con demencia, el fomento de la autonomía personal, la preservación de la dignidad (aumento de autoestima, empoderamiento…), la mejora en el estilo de convivencia, la disminución del consumo de fármacos de índole psiquiátrica, tanto para la persona diagnosticada, como para su cuidador/a y la mejora en la integración social.
Los objetivos terapéuticos de la aplicación de las TNF en los cuidadores familiares de una persona con demencia:
- Apoyar al cuidador mediante información y apoyo estructurado.
- Educar y entrenar técnicas de tipo cognitivo-conductual dirigidas al manejo del estrés derivado del papel de cuidador
- Asesorar y gestionar sobre los diferentes recursos y servicios sociales y sanitarios existentes.
- Apoyar emocionalmente para gestionar las emociones que surgen del propio cuidado del familiar.
La implementación de las TNF en los cuidadores familiares tiene varios beneficios. Principalmente reducen la ansiedad y el estrés originado tras el diagnóstico, aumenta la resiliencia y de la inteligencia emocional, mejor percepción del tiempo que es utilizado por parte de los familiares en el propio autocuidado y en su propio ocio, empoderamiento del cuidador para responder a las necesidades que surgen en el cuidado y en la búsqueda de los diferentes recursos.
Los objetivos terapéuticos de la aplicación de las TNF en cuidadores profesionales.
- Entrenar en los cuidados generales, ofreciendo pautas teóricas y prácticas sobre demencia, sus causas, su tratamiento no farmacológico, etc.
- Prevenir sobre el uso de sujeciones físicas o químicas, como alternativas dignas y seguras, basadas además en los cuidados centrados en la persona.
Los beneficios obtenidos tras la aplicación de dichas terapias es un mayor control sobre las demencias y un mejor cuidado y atención, aumento del conocimiento sobre los distintos comportamientos del paciente y capacidad de resolverlos de forma óptima, así como la comprensión de la “no necesidad” del uso de sujeciones y del uso de otras formas alternativas de cuidado de la persona.
Para obtener un buen resultado en la aplicación de las TNF es importante que las terapias sean supervisadas y desarrolladas por un profesional, que realice el asesoramiento, seguimiento y validación de la actividad.
No obstante, los familiares cuidadores pueden realizar actividades con el paciente en casa en casa, con materiales o “herramientas” de su entorno habitual, que favorezcan conservar su autonomía, sobre todo en el ámbito de autocuidado (aseo personal), del ocio (juegos de mesa, leer, hacer puzles, ver fotos, etc.), pequeñas actividades productivas, etc. Contribuyendo así a mejorar su autoestima y su calidad de vida.